Porsche 963 RSP ¿Se han vuelto locos?

Esto es lo que pasa cuando la peña de Porsche se aburre y decide saltarse todas las reglas del aburrido club del "no puedes hacer coches de Le Mans para la calle". Pam, llega el 963 RSP y se lo pasan todo por el forro. Así, como el que se pone una camiseta nueva. Ojo, esto no es cualquier Porsche de esos que ves de paseo en la Castellana. Este es el monstruo de Le Mans, vitaminado, legal y todo para tocar calle.
Un poco de historia y mucha flipada
Saca el cronómetro y échale ganas, porque la historia viene con linaje: rollo rey emérito del automovilismo. Esto viene desde 1975, cuando el conde Rossi, un italiano más puesto que el Google Maps, convenció a los alemanes de Porsche para que le dejaran un 917 de carreras para “pasear” por París. El bicho iba forrado en cuero marrón (sí, lo sé, marrón… pero de pasta iba el tío).
Ahora, 50 años después, Porsche ha pensado: “el 917 ya mola, pero ¿por qué no pulir al sobrino macarra moderno?”. Así nace el Porsche 963 RSP. Dale, 963 de carreras, pero adaptado para Roger Penske, el jefe de la escudería Porsche más ganadora. Si no sabes quién es, busca su palmarés y llora en un rincón.

Cero miedo al papeleo y a la burocracia
En 2023, en una tarta de esas de networking, Timo Resch, Thomas Laudenbach y Urs Kuratle se liaron a hablar de hacer el “Rossi 917” pero con un 963. En serio, estos tíos no vieron peligro. La idea: pasar un Hypercar de Le Mans al lado oscuro (matrícula y seguro, ojo). Claro, los alemanes son brutos, pero la de permisos y normas que hay que saltar… Tela. Aquí no vale poner una pegatina y pista. Hay mucho más curro.
El resultado, puro Porsche, pero no ese de ir a la playa a posturear. Aquí hay un trabajo de pintura (sí, la carrocería de kevlar y carbono está pintada, no vinilada como el coche de carreras), detalles de los 70, emblemas “old school”, y hasta las llantas OZ Racing mantienen los logos Michelin retro. Sí, estos no saben lo que es la cutrez.

Por dentro: lujo racing, pero con aire
El interior es que te vuela la cabeza. Te mete en el 917 pero mejorado. Nada de esos paneles sosos de carreras. Aquí cuero y piel vuelta en marrón (ando flipando con el detalle del color after eight de los 70). Paneles con acolchado, consola con hueco a medida para el casco de fibra de carbono de Penske, soporte especial para cascos y, ojo, soporte de bebida hecho en 3D. Porque la sed es el verdadero enemigo del piloto.
¿El aire acondicionado? Se mantiene, que aquí el calor en España no te lo quita ni el guardia civil. Muy a favor.
Suspensión y confort: deja que la bestia ruja, pero sin destrozarte la espalda
Esto no es una tabla de planchar. Lleva suspensión Multimatic DSSV pasada al tarado más blandito que permite, para que las tapas de alcantarilla y los baches no te dejen el lumbago para fisioterapia. Todo pensado para carreteras reales, y no para esos circuitos limpios de la tele.
El motor, el dato que quieres
Porsche combina un motor V8 biturbo de 4.6 litros hibridado, ajustado para poder funcionar con gasolina de la de aquí, de la de la gasolinera del barrio. Hecho para perder un poco de potencia (hay que cumplir terna de homologaciones), pero saca 680 caballos, más ayuda puntual de 50 kW gracias al sistema eléctrico de 800 voltios. Y ni de coña han puesto cambio de doble embrague automático como en los Cayenne: aquí sigue una secuencial Xtrac, bien dura y de carreras. Me encantaría meterle la zarpa, lo reconozco, pero este nivel de bestia solo lo tienen unos pocos afortunados... Roger, si lees esto, dame una vuelta y lo cuento a lo bestia.

Faros, warnings y legalidad: que DGT no te pille descuidado
Si te cruzas este armatoste en la M-30, no te asustes por los faros. Tiene luces y warnings como cualquier microcoche, pero aquí toca tech racing para que el bicho sea legal. La matrícula es francesa, porque el Automobile Club de l’Ouest (sí, los del pastelón de Le Mans) se la ha jugado y ha dejado que este Porsche sea "legal" para circular. Aquí en España… ni lo sueñes.
Sólo para Roger Penske
¿Quieres uno? Olvídate. Es un "one-off". Solo hay uno y es para Roger Penske. No habrá subastas, ni peleas en foros, ni movida de especuladores. Se va para Estados Unidos, y aquí nos quedamos a volver a mirar los 911 del parking como meros mortales. El valor de esto, ni lo sueñes: incalculable. Los coches de verdad, los de leyenda, no tienen precio en euros, sólo lágrimas de petrolhead.

Detalles técnicos para los muy cafeteros
- Motor: V8 Biturbo de 4.6 litros con tecnología híbrida.
- Potencia: 680 CV de combustión + 50 kW de ayuda eléctrica puntual, con sistema eléctrico de 800 voltios.
- Transmisión: Secuencial Xtrac, de carreras.
- Suspensión: Multimatic DSSV ajustada al modo blandito.
- Carrocería de kevlar y carbono, pintada en Martini Silver, no vinilada.
- Emblemas e inspiración estética muy años 70.
- Aire acondicionado racing (¡aquí sí, señores!).
- Llantas OZ Racing de competición, neumáticos Michelin con logo old school.
- Matriculado provisionalmente, por lo menos en el país del croissant. Por aquí ni lo olemos.
- Homologado sólo para su dueño (no hay unidades extra).
Si querías fardar en el parking del Santiago Bernabéu, este no es tu coche. Aquí hablamos de la joya inalcanzable, el capricho racing que hace que el resto de hiperdeportivos parezcan compactos diésel.
Ah, y si alguna vez tienes la suerte de ver uno de estos rodando por alguna carretera europea, hazle fotos: lo más probable es que nunca repitas. Ni con toda la "flota" de influencers patrios juntos.