Tesla se la pega en China mientras los eléctricos se multiplican

Tesla se la pega en China mientras los eléctricos se multiplican
Tesla y Musk se la pegan en China

China era el patio de juegos perfecto para Tesla. Coches eléctricos por todas partes, fábricas propias, una clientela fan de la tecnología y mucho margen para crecer. Pero algo se ha torcido. Y no es que los chinos estén dejando de comprar eléctricos, al revés: se venden más que nunca. El problema es que cada vez pasan más de Tesla.

La caída en picado

En abril, Tesla ha vendido un 18% menos en China que el mes anterior. Y eso, en un mercado que sigue creciendo. O sea, mientras el resto sube, Tesla baja. En números: unas 62.000 unidades frente a más de 75.000 en marzo. En abril de 2023, vendieron aún más. Y eso que han bajado precios, han hecho campañas y han lanzado el nuevo Model 3 renovado.

Pero no ha servido. El Model 3 Highland, con su diseño más limpio y mejores acabados, no ha sido el éxito esperado. No es mal coche, lo he probado en carretera y sigue teniendo una aceleración de escándalo y buena eficiencia. Pero en China, eso ya no basta.

Competencia por todas partes

El mercado chino está lleno de eléctricos buenos, bonitos y baratos. BYD, Nio, Xpeng, Leapmotor… marcas que no te suenan pero que en China arrasan. Coches con pantallas enormes, asistentes de voz que no fallan y acabados que ya no son de juguete. Y encima, con precios muy ajustados.

Tesla sigue sin bajar del todo a ese terreno. Su imagen premium está perdiendo tirón, y sus interiores minimalistas ya no impresionan. Muchos chinos prefieren un coche que tenga 200 botones, luces por todos lados y pantallas que hagan cosas. Y lo tienen.

El precio no lo es todo

Aunque Tesla ha bajado precios, no es suficiente. El consumidor chino quiere valor por su dinero, y muchos ven que por lo que cuesta un Model 3, se pueden comprar un BYD Seal con más autonomía, mejor equipamiento y un interior más currado. Así de simple.

Además, el ritmo de lanzamientos en China es brutal. Cada mes hay modelos nuevos, versiones mejoradas, ediciones especiales. Tesla va a otro ritmo. Tarda más en actualizar, y eso en un mercado tan rápido, se paga.

Musk y sus líos tampoco ayudan

La imagen de Elon Musk en China no está precisamente en su mejor momento. Sus salidas de tono en redes, su acercamiento político a ciertos bloques, y su juego con la geopolítica no pasan desapercibidos. China no olvida. Y aunque Tesla fabrica allí y genera empleo, las autoridades no ven con buenos ojos algunas de sus posturas.

Esa guerra fría silenciosa con el gobierno chino también pasa factura. Algunas administraciones ya están apostando por eléctricos locales. Algunas flotas públicas directamente excluyen a Tesla. No es un boicot oficial, pero casi.

Demasiado occidental, demasiado previsible

Tesla nació como disruptora. Pero en China, ya no lo es. Su diseño no ha cambiado demasiado, su software no evoluciona tan rápido como otros, y su política de producto es demasiado cerrada. Mientras tanto, las marcas chinas permiten más personalización, más funciones OTA, más integración con ecosistemas locales.

Y eso gusta. El coche en China ya no es solo transporte. Es un gadget más. Un espacio de entretenimiento, trabajo, relax. Tesla va por detrás en eso.

La caída en abril no es solo un susto. Es la señal de que Tesla ya no es intocable. Y en un mercado que mueve millones de eléctricos al año, eso puede doler. Mucho.