Prueba del smart #5 Summit Edition: el SUV eléctrico que nadie te cuenta

Prueba del smart #5 Summit Edition: el SUV eléctrico que nadie te cuenta
smart #5 Summit Edition nace de un acuerdo firmado en 2019 entre Mercedes Benz y Geely.

El apellido smart siempre sonó a ciudad, a sprint de aparcamiento imposible y a giros de muñeca. Ahora el #5 Summit Edition llega para cambiar el guion sin pedir permiso. Es grande, es eléctrico y se mueve en el segmento D, donde mandan los centímetros y la vida familiar. Y sí, es el más prestacional de la nueva smart. Detrás de esta transformación hay una historia que no suele contarse, y es donde empieza a entenderse por qué este SUV apunta a ser la pieza más versátil de su gama.

La nueva smart nace de un acuerdo firmado en 2019 entre Mercedes Benz y el grupo Geely. Producción en China con escala industrial y músculo tecnológico, y una división europea con base en Stuttgart que se encarga de vender, comunicar y atender en postventa. Traducción directa. la ingeniería se apoya en un ecosistema que acelera el desarrollo eléctrico, mientras la estructura en Europa pone cara y manos locales a la experiencia del cliente. El resultado se nota en el producto y en cómo se percibe.

El truco de diseño que mejora la vida a bordo no es el que crees. Más que una cara bonita, el #5 apuesta por volúmenes sólidos, techo alto y trasera muy vertical. Eso libera espacio real y utilizable. El frontal, con faros trapezoidales unidos por una firma luminosa que integra cuatro luces horizontales tipo pastilla, no es un capricho. Es lenguaje de marca y también un recurso para ensanchar visualmente el coche y dar presencia. Detrás se repite el patrón para mantener coherencia. Quien vea uno de noche no lo confundirá. Para un fabricante que quiere hacerse hueco en un segmento repleto, esa identidad luminosa es un arma silenciosa.

En el interior aparece la revelación que define a este coche. la ergonomía y el confort. Cinco plazas de verdad, generosas en altura y muy decentes para las piernas, con un techo que no obliga a pedir perdón a tus cervicales. Los asientos delanteros Gravedad Cero son la sorpresa que no te esperas. Integran su propio cinturón y pueden reclinarse hasta 121 grados. La idea no es improvisar una habitación, es permitir descanso real en paradas y que el cuerpo recupere. Ese ángulo y el mullido están pensados para descargar tensión y favorecer la circulación. En viajes largos es oro. Detrás, la verticalidad del portón hace que el maletero se aproveche como un cubo, sin perder litros en formas caprichosas. Que quepa una nevera de camping sin jugar al Tetris no es solo una anécdota.

La otra parte del puzzle es la tecnología. Tres pantallas de alta resolución trabajadas para que no parezcan tres islas. Instrumentación clara frente al conductor, centro neurálgico en la consola y una tercera pantalla específica para el copiloto. Ahí se activan funciones de entretenimiento y puedes proyectar contenidos desde tu móvil. Películas, series o lo que tengas en el smartphone. Si viajas con niños comprenderás el valor de diez minutos de silencio. El asistente virtual entiende órdenes naturales con solvencia y reduce el tiempo de navegación por menús. Es la diferencia entre tecnología que impresiona y tecnología que sirve.

Y aquí llega el secreto que pocos relacionan con un SUV. la capacidad de alimentar dispositivos externos. En el maletero hay una toma de 220 V. No es un enchufe de postureo. Permite alimentar un hornillo, una nevera o un portátil de forma directa. Lo que en el mundo eléctrico se conoce como función de alimentación externa. Es una extensión lógica de tener una batería a bordo y convierte al #5 en un aliado fuera de la carretera. Acampar deja de ser un proyecto romántico para volverse práctico. Eso sí, como siempre en un eléctrico, sentido común. lo que gastas fuera es energía que no destinas a rodar, así que conviene planificar.

La puesta a punto del chasis revela otra decisión inteligente. smart ha optado por una suspensión convencional, sin esquema neumático ni amortiguación adaptativa. A priori parece renunciar a la floritura, en la práctica gana en ligereza, simplicidad y fiabilidad. Y cuando el tarado está bien calibrado, como aquí, el coche contiene con eficacia los movimientos de la carrocería y filtra los baches con un equilibrio que sorprende. En un eléctrico, el peso de la batería baja el centro de gravedad y ayuda mucho a la estabilidad. El reto es domar los balanceos y la respuesta inicial. Aquí se ha logrado con un ajuste fino del muelle y la barra estabilizadora, además de una geometría de dirección que no exige pelear con el volante. Resultado. viajes largos con menos fatiga, que al final es lo que separa el marketing del producto.

¿Y los programas off road? No hablamos de trialeras, hablamos de sacar partido a la tracción eléctrica en superficies deslizantes o pistas. La electrónica ajusta el par y la respuesta del acelerador para ganar motricidad y suavidad. Un modo que alivia la tentación de hundir el pie en arena o barro y que se complementa con ayudas de control de descenso o la dosificación del freno cuando el firme se rompe. En un coche así, que apunta a familias y aventura moderada, más vale un software listo que unos neumáticos de tractor. Lo sensato es entender sus límites y jugar dentro de ellos. Con eso, te llevará a playas, puertos de montaña y zonas de picnic sin drama.

La etiqueta de más prestacional dentro de la gama smart se entiende desde otra óptica. No se trata solo de una cifra de aceleración, sino de la capacidad de sostener ritmos de viaje cómodos, con silencio a bordo y una respuesta que no desfallece al adelantar. La sensación de empuje lineal es un clásico de los eléctricos y aquí se acompaña de una gestión que no te zarandea. Si vienes de un urbano ágil y ligero, vas a notar la evolución hacia un coche más grande que filtra el mundo a su manera. Si llegas desde un SUV de combustión, te llamará la atención cómo el silencio y la ausencia de vibraciones cambian tu tolerancia a los kilómetros.

Hay un aspecto del que nadie te habla cuando mira pantallas y luces. la posventa. La existencia de una organización europea específica con base en Alemania es un mensaje de confianza. Compras un coche hecho en China dentro de una estructura que piensa y resuelve a la europea. Eso afecta a la disponibilidad de recambios, a los tiempos de taller y a cómo se gestionan campañas y actualizaciones. En eléctricos, el soporte de software y la gestión remota marcan la diferencia. Que la marca combine escala industrial con atención local no es marketing, es una necesidad si quiere que el coche envejezca bien.

Otra ventaja poco glamourosa, pero clave, es la optimización de peso y complejidad al prescindir de sistemas neumáticos. Menos componentes delicados significa menos posibles ruidos y menos gastos a futuro. En un segmento en el que el cliente exige confort y tecnología, mantener el foco en lo que aporta valor y evitar lo superfluo es una estrategia con sentido. A cambio, te llevas un aislamiento honesto, asientos pensados para cuerpos reales y un conjunto que no pide perdón si lo cargas hasta los topes.

Volvamos al interior para una última visita. La calidad percibida, más allá del brillo de la pantalla, depende de ajustes, tacto de mandos y ausencia de crujidos. El #5 da esa sensación de pieza bien rematada que antes asociabas a marcas muy concretas. Las superficies suaves, el cuidado en la unión de paneles y un diseño que evita el barroco ayudan a que no te canses del coche a los tres meses. El lenguaje de Mercedes en detalles y la ejecución industrial del grupo se dan la mano. Y eso no era tan habitual en las primeras aventuras eléctricas del mercado.

¿Dónde lo acampamos entonces? En el lugar que quieras si planificas. El #5 Summit Edition es una declaración clara. smart ya no va de colarse en huecos mínimos, va de abrir espacio a tu vida. Es el coche con el que te llevas la nevera, el hornillo, las mantas y las ganas. El secreto no está en un número escondido, está en cómo han unido decisiones discretas que suman en la experiencia. Si buscas un eléctrico que no te encierre en la ciudad, aquí hay una revelación interesante. Queda por ver con qué ojos lo mira tu familia cuando descubra que la pantalla del copiloto también sirve para poner su serie favorita. Ahí la negociación ya es cosa tuya.