Prueba de Seat León e-Hybrid, 25 años y sigue haciendo ruido o silencio eléctrico

Prueba de Seat León e-Hybrid, 25 años y sigue haciendo ruido o silencio eléctrico
Prueba de Seat León e-Hybrid, 25 años haciendo ruido

Vale, lo del Seat León ya es casi religión en España. ¿Quién no conoce a alguien que aprende a conducir con uno? Ahora lo sacan con motor híbrido enchufable y, ojo, no es postureo. El compacto español estrena autonomía eléctrica de hasta 134 km y un chorro de tecnología, pero el rollo de conducir no se lo han cargado. Para que no digas que es solo un coche “de padres”.

De los Cupra a los Plug-in, el León evoluciona pero no se aburguesa

Hace 25 años apareció el León, bien vestido por Giugiaro y plantándole cara al VW Golf, pero con mucho menos pijerío y más mala leche. Mimos de Martorell, acabados FR para los que teníamos la L calentita y Cupra para los que quitan el control de tracción aunque llueva. Ahora, el León se ha electrificado, pero sigue corriendo. Palabra de uno que ha visto a su hermano sonreír mientras hundía el pie en el acelerador: los 204 CV del León e-Hybrid no son para ecolovers de pega. El empuje es de los que pega al asiento y como dice Ricardo, recuerda a los Cupra R de cuando hacías botellón en un polígono.

Chasis de los que molan y carga rápida: ni eco-niños ni geriátricos al volante

No busques excusas: esto no es un Prius para señor con gorra. Puedes ir fino gastando 0,3 litros o liarla con los modos deportivos y sacar los colores a más de un premium. Si el plan es ahorrar, vas tirando "solo a pilas", y en ciudad ni te enteras del ruido del motor. Si tu vida es "tengo prisa", le metes caña y en autopista tira con alegría. El León admite carga rápida en 26 minutos si pillas un punto de corriente continua, no te clavas ahí leyendo el Marca.

El chasis hace que cualquier rotonda se vea pequeña. La dirección es directa de verdad, y la suspensión FR aguanta el meneo. La última vez que lo llevé por un tramo revirado, parecía que era más corto de lo que es.

El FR sigue marcando la diferencia… y el asiento te envuelve

Alejandro, que aprendió en el León de hace dos generaciones (ojo, el de los tiradores camuflados), dice que este enchufable aún conserva el tacto aquel, de cuando te entraba todo en la curva. El modo FR añade esa gracia en la suspensión y la dirección, lo que convierte cada trayecto en una excusa para hacer un desvío "accidental" por esa carretera con curvas. La primera vez que aceleras, dices "venga, seguro que esto es solo por la batería llena". Pero no, repite la jugada vuelta tras vuelta.

Por dentro, el asiento FR es de esos que te abrazan. No hablo de masaje nonsense, sino de agarre y posición bajita. Víctor, que se sentó y le tuvo que sacar la grúa, flipaba con lo cómodos que son para conducir a lo largo (y trastear la pantalla de casi 13 pulgadas, que parece el último iPad).

Especificaciones para fardar en la terraza del bar

  • Longitud: 4,39 metros (ideal para el parking de la uni o del centro comercial).
  • Peso: 1.657 kilos.
  • Maletero: 270 litros (baja por las baterías, pero sigues metiendo la compra sin sacar los asientos; abatiendo, llega a 1.187 litros).
  • Motor: Gasolina 1.5 + eléctrico. 204 CV. Par máximo: 350 Nm.
  • Caja: Automática 6 velocidades, solo tracción delantera.
  • Batería: 19,7 kWh (Los eléctricos puros se asustan).
  • Carga máxima: 50 kW en CC.
  • Acelera de 0-100 km/h: 7,7 segundos. No está nada mal con el peso que maneja.
  • Velocidad máxima: 220 km/h.
  • Frenos: Discos ventilados delante de 306 mm, traseros de 272 mm.
  • Consumo: 0,3 l/100 km (homologado, luego el pie hace lo suyo).
  • Emisiones: 8 g/km CO₂.
  • Precio: Desde 33.950 €. Con MOVES, te meten un rebajón de hasta 7.000 pavos. Y si eres de Seat Flex, por 170 €/mes.

La autonomía en eléctrico les ha quedado fina: 134 km si tienes el día zen, que en ciudad es más que suficiente para olvidarte de las gasolineras varias semanas.

Tecnología de las que molan, no "peta-pantallas"

Matrix LED para fardar de luces, y un arsenal de asistentes: control de crucero adaptativo, semi-autonomía nivel 2, cambio autónomo de carril, asistente de atascos (importante si curras o estudias en Madrid y tragas tráfico). El climatizador y la multimedia son de los más intuitivos que he probado. La barra táctil retroiluminada sustituye la ruleta y da menos coraje de lo que pensaba: con los dedos mojas la música o el clima sin apartar la vista.

Lucía, que tiene un novio con León TSI, notó el plus de espacio para piernas en las plazas traseras. El salto es real, se nota que han currado para que no vayas con las rodillas en el techito.

Carga inalámbrica de móvil rápida y con refrigeración, perfecto para no achicharrar el móvil en veranito.

Distintivo 0 de la DGT y mucho más que dos letras para presumir

Etiqueta 0: menos multas, más libertades para entrar en Madrid, Barcelona… y postureo bueno en la plaza. Antes el híbrido enchufable era solo para FR, ahora con el Style también puedes elegirlo y llevarte medio equipamiento de regalo.

Opciones para todos, Sportstourer para los que viajan con medio Ikea

El que quiera más maletero, está el Sportstourer: 470 litros de espacio, y aún con la batería bajo el piso. Eso sí, las versiones de combustión tienen hasta 620, pero oye, no se puede tener todo.

Opinión y experiencias sobre el terreno

Víctor lo ve clarísimo: se maneja genial y la visibilidad es mejor de lo esperado. Los asientos eléctricos son la caña y en curvas sujetan tan bien que te crees que vas en un Cupra. Alejandro repite que la dirección y la suspensión están en su punto dulce y que el coche es mucho más bonito en vivo, con llantas que parecen robadas de una versión tocha.

Ricardo sigue pasmado con la autonomía y cómo se recarga en 26 minutos. Dice que no esperaba ese silencio ni ese tirón y que por él, todos los coches deberían “enchufarse”.

Lucía, la más de fiestera, fue la sorpresa: nunca había ido tan cómoda ni delante ni detrás. El hueco para las piernas ha mejorado y no tienes que pedirle al de delante que “te eche el asiento pa’ alante”.

El León más maduro. Pero sigue presente el alma gamberra de siempre

Sigue siendo ese compacto español con ADN picante, pero ahora con la ventaja de callarle la boca al del Tesla en la rotonda y entrar al centro de cualquier ciudad sin dramas ni pegatinas de denuncias ecológicas. El futuro, para el León, suena mucho y muerde, pero en eléctrico.