He probado el Jeep Avenger 4xe y me ha demostrado que un 4x4 ECO también sabe mancharse
Barato y 4x4 rara vez comparten frase. Normalmente, cuando a un coche le pones tracción total, las cifras de consumo y de precio se disparan como un drone sin GPS. Por eso este Jeep Avenger 4xe me ha llamado tanto la atención: etiqueta ECO, un consumo homologado de 5,4 l/100 km y un precio que, financiando, se queda en 259 euros al mes. Si prefieres pasar por caja de una, la configuración Upland arranca en 31.445 euros. Con estos mimbres, me lo llevé donde este tipo de coches tiene que justificar su apellido: al campo, al barro y a esas pistas que separan a los SUV de postureo de los todoterrenos de verdad.
Qué hay detrás del 4xe: la receta que funciona
La clave de este Avenger está en su planteamiento híbrido. Combina un motor de gasolina 1.2 turbo de tres cilindros con dos eléctricos, uno solidario al propulsor térmico y otro en el eje trasero. El conjunto entrega 145 CV y 230 Nm, que pasan a las ruedas a través de un cambio automático de doble embrague con seis relaciones. Traducido a números, acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos y puede llegar a 194 km/h, aunque lo importante aquí no es correr, sino traccionar.
El papel de ese motor eléctrico posterior es decisivo. Es el que convierte a este Avenger en un auténtico 4x4 cuando la adherencia se complica, y lo hace de forma automática y sin dramas. En uso real, el sistema prioriza el eje delantero por eficiencia y manda par detrás cuando las ruedas delanteras lo piden, siempre por debajo de 90 km/h. En pistas deslizantes, esa patadita eléctrica trasera te saca del apuro con una inmediatez que una transmisión puramente mecánica muchas veces no consigue.

Cotas y modos que marcan la diferencia
Las cotas off-road no engañan. El Jeep Avenger 4xe declara un ángulo de ataque de 22 grados, uno de salida de 35 y un ventral de 21, con 21 centímetros de altura libre al suelo. No son cifras de un coche extremo, pero sí muy respetables para un SUV de su tamaño. En una subida con roderas profundas, el ventral marca la frontera entre seguir avanzando o besar el lomo de la pista. Aquí, el Avenger pasó con solvencia, sin asomar paragolpes ni dejar la panza colgando.
Ayuda mucho el sistema Select Terrain con seis programas de conducción, que ajusta la respuesta del acelerador, el control de tracción y el reparto de par para sacar partido del grip que haya. Con neumáticos M+S de serie, en tierra suelta puedes ir a ritmo alegre con la tranquilidad de que el coche va a leer bien el terreno. No, no es un Wrangler, y tampoco falta que hace para el uso del 99% de los mortales. El mérito está en que, dentro de lo razonable, este Avenger 4xe te deja explorar sin sustos y sin dejarte medio sueldo en gasolina.
Consumo y etiqueta ECO: números que cuadran
Hablemos de dinero en la gasolinera. Homologa 5,4 l/100 km y, en conducción mixta con un tramo de pista y otro de carretera nacional, el dato que me devolvió el ordenador de a bordo fue muy contenido, cercano a esa cifra. En autovía sostenida sube, como en todos los híbridos ligeros, pero en ciudad y vías secundarias el apoyo eléctrico y la gestión del cambio ayudan a bajar la media. La etiqueta ECO no es un simple adorno: te abre puertas en zonas restringidas y suaviza el golpe del día a día si vives en grandes urbes.

Comportamiento en asfalto: más ágil de lo que parece
Fuera del campo, este Jeep también sabe comportarse. El conjunto de 145 CV mueve con soltura al Avenger, y el doble embrague de seis marchas cambia con lógica siempre que no lo atosigues a punta de gas en maniobras muy lentas. En enlazadas y rotondas, el eje trasero eléctrico, cuando entra, añade esa sensación de coche asentado que no esperas en un SUV pequeño. No es deportivo, ni lo pretende, pero transmite una seguridad agradecida para viajar con la familia y el maletero lleno.
Equipamiento que suma, sin artificios
La terminación Upland viene bien pertrechada para su papel de todocamino sensato: llantas de 17 pulgadas, faros LED, cámara de visión trasera, ayuda al aparcamiento trasero, control de crucero adaptativo, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, cuadro digital de 10 pulgadas y pantalla central de 10,1 compatible con Apple CarPlay y Android Auto. No hace falta marear con gadgets. Lo importante está, funciona y no distrae de lo que interesa: conducir.
Precio y posicionamiento: el 4x4 barato que España necesitaba
Lo de los 259 euros al mes exige pasar por la financiación de la marca, eso conviene tenerlo claro, pero incluso pagando al contado los 31.445 euros de esta configuración, el Avenger 4xe se coloca como uno de los 4x4 más asequibles con etiqueta ECO. Y eso tiene un valor añadido en España, donde las restricciones anticontaminación ya son nuestro pan de cada día. Si buscas un coche que te lleve al trabajo entre semana y a la cima del mirador el sábado, sin arruinarte en el intento, aquí hay mimbres.
Lo que me ha demostrado
Después de sacarlo del asfalto, de probar sus modos y de medirlo con pistas donde muchos SUV se dan la vuelta, este Jeep Avenger 4xe me ha demostrado que se puede democratizar el 4x4 sin caer en el “ni chicha ni limoná”. Tiene límites, como cualquier coche de su tamaño: la tracción total trabaja por debajo de 90 km/h y aquí no hay reductora ni bloqueos para trialeras imposibles. Pero justo ahí está su virtud. Es eficaz donde debe, eficiente cuando toca y honesto siempre. Y con eso, en mi libreta, ha ganado muchos puntos.
No todos los días un 4x4 te hace sonreír en una pista y, al mismo tiempo, te deja la conciencia tranquila al pasar por la gasolinera. El Avenger 4xe lo consigue. Y eso, hoy, vale oro.