El Renault Symbioz híbrido de 160 CV, más que números y postureo ecofriendly

El Renault Symbioz híbrido de 160 CV, más que números y postureo ecofriendly
Renault Symbioz se pasa a la hibridación a lo grande

El Renault Symbioz se pasa a la hibridación a lo grande. No es que hayan cogido el motor viejo y le hayan dado un chute de energía y ya, ojo. Los franceses se han liado la manta a la cabeza y han sacado una versión full hybrid E-Tech con 160 CV. Ves el dato y piensas: "bueno, 160 ponis, no está mal, será para calentarme en la segunda rotonda y sacar pecho en la siguiente barbecue". Pues no va por ahí la historia.

Casi la mitad de los Renault en España salen ahora mismo del concesionario con sistema híbrido. Y eso es un dato gordo. El Symbioz es solo uno de los ocho modelos hibridados a tope. La tecnología E-Tech de Renault lleva desde 2020 pululando por ahí y ya rozan el millón de unidades vendidas. Más de uno en tu comunidad ya se ha agenciado uno, que lo sepas.

Motor Full hybrid E-Tech: adiós a las siestas al volante

¿Dices que el motor anterior tenía 145 CV? Pues ahora el nuevo sube a 160. ¿Números? Eh, no te duermas que la cosa esconde más miga de la que crees. Ahora debajo del capó llevas un bloque gasolina 1.8 de 109 CV, atmosférico –cosa rara hoy en día– que funciona en ciclo Atkinson, perfecto para apretarle sin que chupe como un demonio.

La tralla eléctrica la ponen dos motores más: uno principal de 36 kW (49 CV) que empuja al coche y otro HSG de 15 kW (20 CV) para tareas más de "currito", tipo arrancar o ayudar en cambios de marcha. El resultado son esos famosos 160 CV combinados, pero el par máximo sube a 172 Nm. Notas el tirón sobre todo cuando adelantas en una nacional o sales de una rotondaza en el extrarradio.

¿Aceleración? Ahora el Symbioz hace el 0 a 100 km/h en 9,1 seg. El anterior se iba a los 10,6 seg y ahí sí que se notaba el modo tortuga.

La batería y el modo eléctrico: "casi pareces un Tesla"

Aquí han subido la batería de 1,2 kWh a 1,4 kWh. No, no te vas a cruzar España en modo eléctrico, pero sí puedes salir en silencio del garaje y moverte por ciudad sin arrancar el térmico en muchos momentos. En vías rápidas, deja circular en modo EV a velocidades de hasta 105 km/h. Muy útil cuando vas con música y no quieres ruidos de fondo.

Lo que mola es que ese empuje eléctrico rebaja el consumo homologado. El Symbioz se planta en 4,3 l/100 km según WLTP. En ciudad, bajando de 5 l es factible. En autopista, ya sabes, el pie derecho y los km/h mandan y puede subir un poco, pero sigue siendo contenidísimo para lo que pesa el chisme.

Multimodo: el cambio que casi me hace llorar (de risa)

Renault se la juega con una caja de cambios multimodo sin embrague: dos marchas eléctricas, cuatro térmicas, 15 combinaciones posibles. Parece una consola retro. Dicen que va suave y es verdad, pero a veces le entran ganas de retener la marcha como un octogenario bajando el puerto de Pajares. Eso sí, cuando necesitas recuperaciones rápidas en autovía, los tirones son inexistentes y el silencio… bestial. Lo he sentido yo mismo al conducirlo, y me dejó loco ese toque de ciudad nave nodriza, aunque le falta un punto de picante.

En el lado bueno, la evolución permite ahora una entrega de potencia más continua y los cambios son más rápidos y fluidos. Pero sigue siendo mucho más coche para ir a gusto que para hacer el gamberro con él.

Interior y modularidad: familiar sin pijadas, pero con detalles techies

Dentro tienes el salpicadero típico Renault. Un diseño sin sustos, con plásticos que no fingen ser madera. El nuevo selector de marchas parece un pequeño interruptor y a mí no me dicen mucho, prefería el antiguo por agarre y apariencia. El maletero tiene bastante boca y capacidad, y la banqueta trasera es deslizante 160 mm: truco muy top si eres de los que va cargado de trastos, bicis o maletas.

¿Equipamiento? Hay donde elegir: Evolution, Techno, Esprit Alpine y Iconic. Todos llevan el sistema multimedia openR link con pantalla de 10,4" y Google integrado. Si quieres techo panorámico Solarbay que se oscurece con un toque, prepara 1.440 €. No es barato, pero mola enseñarlo cuando llevas colegas o niños.

Estética: ni tuning ni sobrada, pero hay truco

Aquí ni siquiera han tocado la carrocería con esta versión. ¡Menos mal! Porque el plan sobrio, elegante y limpio, a mí me gana. El frontal lleva las puntas de flecha LED muy reconocibles en Renault. Lateral con nervio y opción de llantas hasta 19", trasera con ópticas en horizontal para alargar el ancho visual. Mide 4,41 metros, lo que le deja entre Captur y Austral.

El precio: ¿juego o ruina?

Fabricado en Valladolid, made in Spain, y eso en nuestro mercado cuenta. El Symbioz Full Hybrid E-Tech sale por 30.019 € si vas a pelo, pero si tiras de extras puedes pasarte de 36.000 €. Ojo, por ese precio la competencia aprieta y tienes C-SUV híbridos peleones.

La nueva mecánica permite remolcar hasta 1.000 kg, otro detallito que muchos buscan para enganchar el remolque o la caravana de la suegra. Aunque todavía está la versión mild hybrid de 140 CV más barata, el full hybrid va a ser el rey de la gama sí o sí entre taxistas, padres de familia y urbanitas que buscan etiqueta ECO.

Mi experiencia al volante

La dirección es suave; la suspensión traga baches y ciudad como una esponja. No es deportivo, pero para ciudad es comodísimo. En autopista, ni ruidos ni fatigas. El modo eléctrico te hace sentirte ecológico incluso si vas en sudadera y con reggaetón a tope. Los consumos bajísimos son la guinda, e ir a gasolina solo es cosa de viajes largos, para el día a día ni la hueles.

El punto mejorable está en los cambios, que a veces se hacen los remolones, y el feeling a la hora de pisarle no tiene chispa racing. Pero, para uso lógico y "de persona normal", casi perfecto.

Renault Symbioz: SUV lógico, etiqueta ECO y sin tonterías

Quítate los prejuicios; éste no es el típico SUV para posturear. Es práctico, silencioso y respetuoso. Si quieres un C-SUV que va fino, consume poco y te da etiqueta ECO sin dramas ni enchufes, este Symbioz es de los que hay que probar. No vas a meterle miedo en el circuito al Mégane RS, pero para el guerra diaria, es coche para darle caña… y para presumir de fabricado en casa.