Toyota C-HR+: 36.500€ para un SUV coupé eléctrico de talla D que apunta alto en 2026

Los detractores del coche eléctrico no están de celebración. Tras años de prototipos, promesas y precios que se escapaban del Excel familiar, las marcas de toda la vida empiezan a cuadrar la ecuación que sí importa en la calle: precio, tamaño y prestaciones. Y en ese movimiento silencioso, en España ha pasado de puntillas un protagonista llamado a ser compra inteligente en 2026: el Toyota C-HR+.
Antes de nada, despejemos la confusión. El C-HR+ no es “otro C-HR con una batería”. Comparte nombre, pero ahí termina el parentesco. El C-HR que todos tenemos en mente en España es el híbrido, asentado sobre la base del Corolla y con un planteamiento más compacto. El C-HR+ juega en otra liga: toma la base técnica del bZ4x, el SUV eléctrico grande de Toyota, y la viste con una carrocería coupé más dinámica. Es, por decirlo claro, una versión más compacta y estilizada del bZ4x, no una conversión eléctrica del C-HR híbrido.
El dato clave que cambia el partido está en el metro
4,52 metros de largo, eso, y su arquitectura heredada del bZ4x, lo colocan en “talla D”, una categoría superior a la de los eléctricos que están rompiendo el hielo del mercado generalista. Y, sin embargo, aquí llega el golpe de efecto: precio de salida anunciado de 36.500 euros antes de promociones, financiación o ayudas. Sí, a la altura del KIA EV3, que está funcionando de maravilla en España y Europa, y muy cerca del nuevo Nissan Leaf, que ha adelantado una tarifa de en torno a 37.000 euros con unos 450 km de autonomía estimada de homologación (Nissan habla de 440) y 177 CV.
Este posicionamiento es lo que hace especialmente interesante al C-HR+. Porque hasta ahora el cliente tenía que elegir entre tamaño razonable y precio razonable, y quien quisiera dar un salto en categoría se iba inevitablemente a una factura más alta. Aquí Toyota rompe el guion: ofrece el empaque de un D-SUV, con diseño coupé y la plataforma eléctrica adecuada, sin salirse del precio de los modelos compactos que ya están triunfando. En términos de valor por euro, es una declaración de intenciones.
Otra ventaja poco comentada: partir de la base del bZ4x significa una arquitectura pensada desde cero para ser eléctrica. Sin túneles de transmisión reciclados ni compromisos de packaging. Carrocería con caída de techo coupé sí, pero con esa pisada y esa distancia entre ejes que dan aplomo, comodidad y ese toque de coche “grande” que se agradece en viajes. A falta de que se publiquen todos los datos finos, el mensaje es claro: más coche por el mismo dinero.
Mientras el KIA EV3 ha conquistado titulares por su precio y enfoque, y el nuevo Leaf apunta a consolidar el salto a los 400 y pico kilómetros de homologación sin dramas, el C-HR+ ataca por arriba. No necesita prometer récords de aceleración ni cifras mareantes: le basta con ofrecer una carrocería de categoría superior en el mismo rango de precio y un diseño que, guste más o menos, entra por los ojos. Y eso, en un mercado que ya no va de pioneros sino de convencer a tu vecino, cuenta mucho.
¿Por qué 2026 pinta tan bien para este modelo?
Tres razones muy terrenales. La primera, el contexto: la oferta de eléctricos generalistas se está normalizando y los descuentos/ayudas juegan a favor. Partir de 36.500 euros antes de cualquier promoción deja margen para configurar una operación sensata, sobre todo si el fabricante afina campañas de financiación. La segunda, el tamaño: para quien quiera su primer eléctrico “sin sensación de salto a menos coche”, esos 4,52 m y la base del bZ4x son medio argumento ganado. La tercera, el encaje en el uso real: si el Leaf te abre la puerta a autonomías de en torno a 450 km homologados con 177 CV a precio contenido, el Toyota te ofrece una alternativa con más presencia y genética de segmento superior al mismo nivel de tarifa.
Un apunte importante de imagen y de uso: el C-HR+ no busca ser un “SUV de postureo”. La caída de techo es coupé, sí, pero no parece sacrificar el concepto de coche familiar práctico que se espera de Toyota. Y que nadie se lleve a engaño con el “+” del apellido: no es un DLC aplicado al C-HR híbrido, es un producto con desarrollo y encaje propios. Para el cliente que viene de un compacto o un SUV mediano de combustión y quiere dar el salto eléctrico sin perder empaque, aquí hay miga.
También hay estrategia de marca. Toyota ha sido conservadora con sus eléctricos puros, pero cuando mueve ficha lo hace con intención. Colocar un SUV coupé de base D al precio de los B-SUV y compactos eléctricos más calientes del momento es una forma de decir “no venimos a competir, venimos a cambiar la referencia”. Y si a eso le sumamos un mercado español donde el EV empieza a dejar de ser rareza, la ecuación es bastante convincente.
Si en 2026 tienes en el radar un eléctrico en torno a los 35-38 mil euros, y valoras espacio, presencia y plataforma moderna, el Toyota C-HR+ merece estar en tu terna final con el KIA EV3 y el nuevo Nissan Leaf. No es el más ruidoso, ni el que más titulares se ha llevado en España, pero precisamente por eso es de esos coches que acaban siendo compra redonda: los que no hacen ruido, pero lo hacen todo bien donde importa.
Y sí, habrá tiempo para pruebas y cifras detalladas. Pero la música ya suena afinada: precio de 36.500 euros antes de ayudas, 4,52 metros con base de D-SUV y un planteamiento que sube de categoría sin subir la factura. Para muchos, ese será el verdadero punto de inflexión. El resto, como siempre, lo decidirá la prueba del día a día… y el enchufe del garaje.