¿Puede el nuevo Honda Prelude, un coupé híbrido, robar protagonismo a los SUV?

Honda ha encendido la mecha de la nostalgia con el regreso del Prelude y el resultado es un boom pocas veces visto. En su primer mes a la venta en Japón, este coupé híbrido ha sumado 2.400 pedidos, una cifra que multiplica por ocho las previsiones internas. Traducido al idioma de la calle, a Honda le toca apretar la cadena de montaje para no dejar a nadie esperando más de la cuenta. Y todo esto sin salir todavía de su mercado local.
Un icono de vuelta con traje moderno
El renacido Honda Prelude apuesta por una receta que funciona. Dos puertas, silueta limpia, un diseño actual que no reniega de sus raíces y, bajo el capó, una mecánica híbrida e:HEV. La marca no ha tirado por la vía fácil. En plena fiebre SUV, decidió poner el foco en un modelo emocional, deportivo y con identidad propia. Lo que antes era su laboratorio de ideas vuelve para enseñar músculo tecnológico.
El sistema e:HEV demuestra que la eficiencia y el carácter pueden ir de la mano. La guinda la pone el S+ Shift, una gestión que simula un cambio de ocho relaciones y marca puntos de cambio en el régimen del motor. No es una simple animación en el cuadro. La sensación de aceleración y retención transmite ese toque mecánico que muchos echaban de menos en la era del silencio eléctrico.
Nostalgia bien dirigida
La gran sorpresa no ha sido solo la demanda. También el tipo de cliente. La mayoría de compradores en Japón tiene entre 50 y 60 años. Son conductores que vivieron el Prelude en primera persona entre 1978 y 2001, cuando el modelo se convirtió en referencia de los deportivos de tracción delantera y en banco de pruebas de tecnología Honda. Hoy repiten, esta vez con un extra de confort y eficiencia. Marketing de nostalgia, sí, pero con fundamento.
Aun así, el nuevo Prelude no pretende ser una cápsula del tiempo. Es un coupé pensado para el día a día, con una conducción sencilla en ciudad y un punto picante cuando toca salir a enlazar curvas. Ese equilibrio es su mensaje. Y visto el arranque, el público lo ha entendido.
Un golpe sobre la mesa en el país del SUV
La jugada de Honda tiene más mérito si miramos qué está pasando alrededor. Por un lado, Nissan prepara su Tekton, un SUV compacto global con inspiración Patrol y cierto parentesco industrial con Dacia. KIA pone al día su Stonic 2026 con un salto tecnológico y tarifas ajustadas. SWM aprieta por precio y prestaciones con el G01 Pro, que quiere ser la alternativa más potente y económica a propuestas como el MG HS. Hasta Hyundai mueve ficha con el Bayon, que con etiqueta ECO y una rebaja de 5.000 euros se coloca como compra racional. Y en el terreno más aventurero, Toyota se anima con la Proace Verso Tanuki, una camper para vivir, viajar y dormir sin tocar hotel.
Ese es el contexto. Con todo el mercado empujando hacia el formato SUV, Honda decide recuperar un coupé. Y le sale bien. Porque cuando el producto tiene personalidad y una promesa clara, no hace falta ir a rebufo de la tendencia. Dicho sin rodeos, hay sitio para algo más que carrocerías altas y maleteros cúbicos.
¿Qué significa para Europa?
De momento, el lanzamiento es exclusivo para Japón. El ruido que está generando al otro lado del mundo, sin embargo, abre la puerta a soñar con una llegada a Europa. El escaparate es inmejorable. Honda gana titulares y recopila pedidos en su patio de casa. Y el mercado europeo, que no es inmune a la nostalgia, podría recibir con los brazos abiertos un coupé híbrido que no exige sacrificios diarios.
La clave estará en mantener el encanto del Prelude sin caer en el postureo ni en un precio prohibitivo. Si la marca clava esa ecuación, el impacto puede ser mayor de lo que parecen indicar los números de un coupé de nicho. Los 2.400 pedidos iniciales dan pistas de que el deseo está ahí, sobre todo entre los que crecieron con pósters de deportivos japoneses en la pared.
Lo importante no es solo correr, es cómo lo hace
El S+ Shift y la puesta a punto del conjunto dan personalidad a la conducción. El sistema híbrido e:HEV prioriza el uso eléctrico en ciudad y afina el térmico cuando toca empuje, con esa simulación de ocho marchas que aporta ritmo y sonido con criterio. No intenta ser un purasangre de circuito, pero tampoco va de electrodoméstico con ruedas. Entra en esa zona dulce que hace que apetezca conducirlo incluso para ir a por el pan.
Y sí, la tracción delantera sigue siendo marca de la casa. Honda tiene oficio para que el eje delantero trabaje con precisión sin restar diversión. Quien conociera las cinco generaciones anteriores sabrá de qué hablamos. Ese legado se nota.
Honda Prelude: todavía hay sitio para los deportivos
El nuevo Honda Prelude demuestra que todavía hay sitio para un deportivo sensato en un mundo de SUV. Es eficiente sin ser aburrido, emocional sin ser incómodo y tecnológico sin disfrazarse de gadget. La respuesta del público japonés, ocho veces por encima de lo esperado, es el mejor aval.
Si Europa lo ve de cerca, la pregunta no será si nos hacía falta un coupé híbrido. La pregunta será cuántos concesionarios tendrán lista de espera. Y me temo que la respuesta, visto lo visto, se contará en meses y no en días.