¿Por qué el Polestar 2 seguirá siendo el eléctrico "más terrenal" hasta 2028?

¿Por qué el Polestar 2 seguirá siendo el eléctrico "más terrenal" hasta 2028?
Polestar 2 prepara relevo… aunque aún le queda cuerda

Si pensabas que el Polestar 2 iba a jubilarse antes que tu viejo smartphone, toca recalibrar expectativas. La firma premium nacida bajo el ala sueca de Volvo y ahora bien alimentada por capital chino gracias a Geely ha confirmado que el heredero de su modelo más asequible no llegará hasta 2028. Sí, has leído bien: el fastback eléctrico que abrió camino para Polestar va a seguir dando guerra bastante más tiempo del que muchos apostaban.

El Polestar 2, de experimento Volvo a icono minimalista

El Polestar 2 debutó en 2019 con la misión de demostrar que los eléctricos también pueden tener carácter escandinavo y un toque de rebeldía nórdica. Desde entonces, sus más de 180.000 unidades vendidas lo han convertido en el favorito de quienes buscan algo diferente a lo habitual en las calles. Ha habido actualizaciones por el camino, como el salto a la tracción trasera en la versión de un solo motor en 2023, pero la base técnica sigue siendo la misma. Para cuando llegue su sustituto, el modelo original habrá sumado ocho años en producción. En el mundo de los eléctricos, eso es casi una eternidad.

¿Polestar 8? Ni hablar, el nombre sigue y el ADN también

Durante meses, los rumores apuntaban a un cambio radical: que el próximo eléctrico barato de la marca sería Polestar 8. Pero Michael Lohscheller, CEO de la compañía y aparentemente enemigo declarado de los cambios drásticos, ha dejado claro que el Polestar 2 seguirá siendo Polestar 2. La jugada no es casual: quieren que los actuales dueños repitan y sigan sintiéndose parte de la familia. Además, el nuevo jefe de diseño, Philipp Roemers (recién llegado desde Audi), será quien le dé forma al futuro modelo. Se espera evolución, pero sin perder ese rollo minimalista que tanto gusta.

¿Por qué tarda tanto la segunda generación?

Aquí la cosa va de estrategia y números. Antes de refrescar el Polestar 2, la marca quiere lanzar el Polestar 7, un SUV compacto que verá la luz en Eslovaquia a partir de 2028 gracias a una flamante fábrica compartida con Volvo. Solo después llegará el nuevo fastback eléctrico con nombre familiar. Y aunque los rumores sobre un posible cambio de planes siempre sobrevuelan (ojo al Polestar 6 deportivo), la prioridad es clara: maximizar ventas y rentabilidad. Que no está el sector para experimentos demasiado arriesgados.

Manteniendo la chispa: actualizaciones y versiones picantes

Hasta que llegue el relevo generacional, Polestar no se va a dormir en los laureles. El objetivo es mantener al Polestar 2 lo suficientemente fresco y tentador para que siga tirando del carro en ventas. Las versiones BST, con su toque deportivo y prestaciones mejoradas, podrían quedarse como parte fija del catálogo e incluso llegar a nuevos mercados. En resumen, el modelo más veterano del fabricante seguirá siendo la base sobre la que estabilizar cuentas y consolidar su ofensiva eléctrica.

Más allá del nombre: continuidad como arma secreta

Que Polestar apueste por mantener nombre y formato en su modelo más accesible no es casualidad. En un mercado eléctrico donde las novedades duran menos que una story de Instagram, conservar lo que funciona es una decisión poco glamurosa pero muy inteligente. Y si todo va según lo planeado (que ya sabemos cómo es esto de los calendarios automovilísticos), en 2028 conoceremos al nuevo Polestar 2: diseño remozado, tecnología al día y ese aire fastback que lo hizo tan popular desde el principio.

¿El resultado final? Un eléctrico con espíritu familiar pero listo para sorprender otra vez. Paciencia, porque la revolución aún tiene que esperar un poco más.