Polestar 7: el primer Polestar pensado para Europa

Polestar quiere petarlo en España con el Polestar 7, su próximo crossover eléctrico. Marcan el nuevo rumbo de la marca sueco-china, quiere vender a lo bestia pero dicen que no van a dejarse la "esencia Polestar" por el camino. Prepárate a verlo por todas partes, seguro.
Un crossover hecho en Europa (pero no en Suecia)
Este futuro Polestar 7 va a salir de una fábrica europea, pero nada de "vikingos produciendo a mano en el bosque". La marca apunta a Bélgica o Eslovaquia (Ghent o la nueva planta Volvo de Eslovaquia), ni rastro de Suecia, aunque la publicidad va cargada de "minimalismo escandinavo" y hielo en los anuncios. Así que, fabricación europea, pero no nos flipemos con la bandera sueca.
Esto importa porque va a ser el primer Polestar pensado para Europa de verdad, no una adaptación china. Para los que temen lo "chino" de Polestar: a ver, el grupo Geely está detrás, pero la ingeniería y el estilo siguen viniendo de la zona del salmón y los muebles de Ikea. Bueno, más o menos.
¿Más grande y "mainstream"? Sí, pero quiere seguir siendo especial
El Polestar 7 apunta al mercado de masas. Vamos, quiere entrar en la lucha de los SUV eléctricos familiares donde en España triunfan los ID.4, el Mustang Mach-E, el Tesla Model Y, Kia EV6 y compañía. Pero el jefe de Polestar, Michael Lohscheller, sale diciendo que no, que no va a perder el encanto, que el Polestar 7 “va a comportarse 100% como un Polestar”. Ya veremos.
La idea, según cuenta el CEO, es mantener la dinámica de conducción deportiva de la marca. Ejemplo muy claro: el Polestar 3 comparado con el Volvo EX90. Comparten plataforma (la de los suecos), pero uno va a full con la seguridad y la comodidad (el Volvo) y el otro tiene la suspensión más dura y el ajuste más "deportivo" (el Polestar 3). He conducido el Polestar 3 y sí se nota esa diferencia: es un SUV grandote con chasis tensado, algo más bajo, y lo puedes llevar rápido por la A6 con una estabilidad flipante para su tamaño, nada de barca pesada.
Diseño menos "minimal" y con más actitud: adiós aburrimiento
El Polestar 7 llega con cambios en el lenguaje de diseño. En palabras del nuevo jefe de diseño, Philipp Römers, van a dejar atrás lo de "menos es más" tan a lo Tesla y se van a poner más chulos, menos ‘minimal’ y con "más confianza". Pero nada de locuras: quieren que se siga reconociendo como hermano del Polestar 2, 3 y 4.
Ojo a los colores: la marca sigue a full con blancos, negros y grises en plan "nieve escandinava", aunque no han confirmado si van a meter tonos más atrevidos. En España ese rollo tan sobrio puede costar, porque aquí nos tira más el azul eléctrico a lo Hyundai Ioniq 5 o el rojo Cupra Born. Si quieres mimetizarte con el parking de El Corte Inglés, el Polestar es tu coche.
Tecnología bajo la piel: plataforma sueco-china, chasis propio
Todavía no han querido desvelar si el Polestar 7 montará una base 100% Polestar o cogerán la plataforma modular compartida con Volvo, Lotus o Zeekr (todas del clan Geely). Pero insisten en que el ajuste de chasis y suspensión será el del taller Polestar, no vas a encontrarte el típico SUV “blando”.
Lo que no cuentan por ahora: potencia, baterías, versiones, autonomía... Viendo la gama Polestar 2 y 3, puedes esperar dual motor con 400-500 CV, tracción integral, y baterías grandes (más de 80 kWh), autonomía realista cerca de los 500 km, porque si no aquí no le comemos un rosco. Al menos la carga rápida es parte del ADN de Polestar: en la última actualización del Polestar 2, tienes hasta 205 kW en DC, que para los supercargadores y electrolineras de la A-1 viene de lujo.
A ver, ¿se siente Polestar diferente a Volvo?
Esto es algo que te preguntan siempre los puretas del motor: "¿Pero el Polestar se nota distinto o es un Volvo recarrozado?". He probado el Polestar 2 y el Volvo XC40 Recharge, y la diferencia está: la dirección del Polestar es más directa, la suspensión te sujeta mejor en curvas, los acabados son algo más tech, menos tradicional sueco y más "start-up". El Polestar invita a ir alegre por carretera, no es solo para ir del punto A al punto B como un XC40.
Acerca de los Polestar de segunda mano: buenos precios, pero crea hype
En España empieza a haber mercado de Polestar 2 usados, desde unos 19.000 € si no te importa el kilometraje. Casi todos son versiones Long Range Dual Motor (78 kWh, 408 CV, tracción total). El interior es sobrio, materiales buenos, y el sistema multimedia va rápido, aunque no tengas la explosión de color de otras marcas.
Versiones nuevas hay también: el Polestar 2 2024 trae cambios gordos. Ahora tienes RWD (tracción trasera) en vez de FWD en las básicas, baterías más gordas (hasta 82 kWh en el Long Range Single Motor) y un poco más de autonomía (ronda los 600 km WLTP, que aquí serán unos 480 km reales en autovía).
Rollo sostenible pero sin ir dando la chapa
Polestar se cuelga la medalla verde: cada coche nuevo tiene un 25% menos de emisiones en producción gracias a materiales reciclados, y ya prometen para 2030 el Polestar 0, totalmente “climate-neutral”. Sin dramas ni juramentos, pero lo anuncian a los cuatro vientos.
Vale que Polestar suene muy sueco y sea medio chino de fondo, pero si buscas algo diferente al típico Tesla Model Y o EQA, atento al Polestar 7 cuando llegue. Si mantienen el toque deportivo y el diseño directo al grano, puede dar guerra en el segmento eléctrico español. Y, sinceramente, al menos las llantas no parecen sacadas de un sorteo de feria como algunos Volkswagen.