Maserati Grecale Folgore 2026 sube a 580 km de autonomía sin cambiar batería
El Maserati Grecale es el punto de entrada a la marca, pero su versión eléctrica vive en un nicho aún más estrecho. Justo por eso, la puesta al día del Grecale Folgore apunta a lo que más inquieta al comprador de un SUV eléctrico. La autonomía. Y lo hace sin tocar la batería.
La actualización llega para 2026 con un cambio clave en el tren motriz. El Folgore puede desacoplar el eje delantero cuando no necesita tracción integral. Pasa a rodar en propulsión trasera y reduce pérdidas mecánicas. Resultado. Homologa hasta 580 km por carga frente a los 501 km anteriores.
No es magia, es ingeniería.
El sistema separa físicamente los semiejes de los bujes delanteros y lo hace en medio segundo. El conductor no tiene que tocar nada. La electrónica decide por sí sola cuándo conviene el modo 4x4 y cuándo es mejor dejar trabajar solo al eje trasero.
Las decisiones se toman leyendo miles de datos por segundo. Demanda de par, temperatura de los frenos, pendiente, velocidad y aceleración, programa de conducción, temperatura exterior, actividad de las ayudas dinámicas y reparto de par. Si la carretera está seca y vas a ritmo de crucero, manda la propulsión trasera. Si la cosa se complica, el eje delantero entra en juego antes de que te dé tiempo a pensarlo.
La batería mantiene 105 kWh de capacidad. No hay cambios en química ni en formato. La mejora llega por eficiencia y gestión de pérdidas. La anterior homologación se movía entre 23,9 y 27,8 kWh cada cien kilómetros. Con la nueva lógica de desacople, el SUV exprime mejor cada kilovatio hora. No hace falta rascar celdas nuevas para ir más lejos.
Las cifras de rendimiento siguen en el territorio serio. Dos motores, uno delante y otro detrás, con 410 kW de potencia conjunta. Son 557 CV y 820 Nm. El cero a cien se firma en 4,1 segundos y la velocidad máxima se queda en 220 km por hora. Con este empuje, el modo 4x4 sigue siendo un seguro cuando la adherencia baja. Pero en el día a día, la propulsión trasera le sienta como un traje a medida.
La estrategia se completa con el EV Routing. Es el planificador que afina rutas y paradas de carga y que ahora trabaja de la mano con el sistema térmico de la batería. Cuando el coche se acerca a un cargador programado, empieza a ajustar la temperatura del pack para llegar en la ventana óptima. El objetivo es claro. Sostener potencias altas desde el minuto uno y reducir el tiempo en el poste.
La transición entre modos de tracción está diseñada para ser transparente. No hay tirones ni vacíos de par. Se nota en el consumo y no se nota en las manos. A nivel de mantenimiento, la desconexión física delantera también reduce arrastres y podría aliviar el desgaste en elementos asociados a la transmisión. Un pequeño extra que no molesta.
En estética, el model year hace lo suyo
Más colores, más combinaciones, más margen para que cada unidad sea distinta. La paleta estándar suma once tonos y el programa Fuoriserie añade treinta y dos. Hay nueve colores sólidos y metalizados, trece con pinturas de tres y cuatro capas y cuatro acabados mate. Seis de ellos son novedad dentro del catálogo.
Las llantas crecen en variedad con cinco diseños disponibles que se pueden casar con cuatro colores de pinzas de freno. Es la típica combinación que cambia muchísimo la presencia del coche. De discreto ejecutivo a deportivo elegante con solo dos clics en el configurador. O con una visita al concesionario, que también vale.
El interior pisa fuerte con el Programa Fuoriserie. Ocho ambientes dedicados y tres configuraciones nuevas que meten carácter sin perder ese punto clásico de Maserati. Pelle Ghiaccio Premium para un look limpio y luminoso, Sport Leather Nero con toques Rosso para el que quiere contraste, y Sport Leather Nero con detalles Giallo para el que prefiere un guiño racing. Hay ocho tipos de asiento para rematar la jugada.
En cuanto a sensaciones, la filosofía de la actualización va en línea con lo que demandan los eléctricos de gama alta. Menos consumo por pérdida mecánica, más aprovechamiento del hardware ya existente y una electrónica que trabaje de verdad para el conductor. No hace falta reinventar la rueda cuando puedes hacer que gire con menos rozamiento.
El Grecale Folgore sigue siendo el eléctrico de quien no quiere renunciar a la aceleración contundente ni al empaque de un SUV premium. Ahora llega más lejos con la misma batería y lo hace con una solución que tiene todo el sentido en un coche de dos motores. Eficiencia sin drama y con la discreción que esperas en un Maserati.