Más pequeño que el Dolphin Surf, el Kei Car eléctrico de BYD apunta al E Car barato para Europa
 
            BYD ya lo había dejado caer y ahora lo enseña en un primer avance. Su nuevo eléctrico urbano nace con pasaporte japonés, diseñado desde cero para encajar en la normativa Kei Car. Es su primer eléctrico de acceso concebido para triunfar fuera de China y llega con una idea simple y poderosa: ciudad primero, precio bajo y espacio bien aprovechado.
La puesta de largo será en el Salón del Automóvil de Tokio a finales de octubre. Teaser oficial en la mano, el mensaje es claro. Compacto hasta el extremo, práctico sin complejos y con vocación global si el tablero europeo se pone a tiro.
Por qué este coche importa más allá de Japón
Europa está ultimando un nuevo escalón para eléctricos de acceso inspirado en el espíritu Kei. El borrador del segmento E Cars plantea límites de 3,8 metros de largo, hasta 70 CV y menos de 1.000 kilos con batería. Traducido a la calle, esto significa coches más asequibles, más fáciles de aparcar y con costes de uso a la altura de una moto con traje de domingo.
El producto de BYD encaja en esa lógica. Si el marco regulatorio se confirma, el salto del archipiélago nipón a las calles europeas dejaría de ser un sueño húmedo de ingeniero para convertirse en un plan de producto real.
Posicionado por debajo del Dolphin Surf
En la gama BYD este urbano se sitúa un escalón por debajo del Dolphin Surf en tamaño y prestaciones. Eso no es una mala noticia. Para moverse por ciudad tener menos a veces es tener más. Menos peso, menos consumo, menos factura y más agilidad entre bordillos.
El objetivo no es batir cronos, es ganar en practicidad diaria. Y ahí este formato juega en casa.
Diseño con cerebro y malicia urbana
La imagen publicada por BYD deja varias pistas interesantes. La carrocería es un ladrillo optimista, con superficies rectas y volumen bien cuadrado para rascar centímetros de interior. Morro muy corto, ideal para meter más habitáculo sin inflar la longitud total.
El pilar D aparece con efecto flotante y las manetas se concentran en el centro de la carrocería. Ese truco delata unas posibles puertas traseras correderas. Ventaja clara en plazas traseras, sobre todo cuando toca colocar una sillita o si a bordo sube alguien con movilidad reducida. En ciudad también ayuda en plazas estrechas, donde abrir una puerta batiente puede ser un pequeño drama.
Kei por fuera, espacio por dentro
La gracia de los Kei está en la ecuación tamaño de moto con interior de turismo sensato. BYD buscará ese equilibrio clásico del segmento japonés. Prestaciones suficientes para la urbe, consumo eléctrico contenido y un maletero usable para la compra semanal. Nada de fuegos artificiales. Aquí manda la utilidad.
Calendario y lo que se sabrá pronto
Presentación en Tokio a finales de octubre, con el diseño definitivo ya cerrado. Quedan por conocer la batería, la autonomía oficial, la potencia máxima y el paquete de asistentes de seguridad. También si usará química LFP para contener costes, algo muy en la línea de la marca.
Conviene vigilar tres cosas cuando BYD quite el velo:
- Capacidad de batería y consumo homologado
- Peso en orden de marcha y cómo afecta a la agilidad
- Soluciones de espacio interior como banqueta trasera deslizante o piso plano
- Tipo de puertas traseras y su apertura
- Conectividad y actualizaciones remotas
- Dotación de seguridad activa y pasiva
¿Puede llegar a Europa como E Car?
Tiene lógica. Los fabricantes piden un marco menos restrictivo en seguridad y costes para ofrecer eléctricos realmente asequibles. Si Europa abre esa puerta con el nuevo segmento E Cars, BYD ya tendrá un modelo listo que nace pensado para ese hueco. Además, la marca cuenta con red comercial en expansión y experiencia acelerada en industrialización de eléctricos compactos.
La letra pequeña pasa por homologación, aranceles y capacidad de fabricación. Si la ecuación cierra, este urbano podría convertirse en el eléctrico de entrada de BYD en mercados europeos. Con un foco muy claro en flotas, carsharing y usuarios que hacen vida en la ciudad.
Un eléctrico urbano muy compacto, más práctico que vistoso, con la etiqueta del precio en mente y un diseño que saca metros donde no los hay. Si llega a Europa con la receta correcta, puede ser el coche que haga que aparcar y enchufar sea más fácil que discutir sobre autonomía en la sobremesa.
La pregunta ya no es si hay hueco. Es cuándo y con qué precio se llenará.
 
                     
             
            