Hyundai IONIQ 9 2025, el eléctrico gigante que quiere comerse la autovía

Hyundai IONIQ 9 2025, el eléctrico gigante que quiere comerse la autovía
El IONIQ 9 es el SUV eléctrico de Hyundai que no pasa desapercibido

El IONIQ 9 es el SUV eléctrico de Hyundai que no pasa desapercibido. Olvídate de ver un coreano del montón tirando de etiquetas baratonas. Esto apunta al premium, pero sin pedirte el árbol genealógico por adelantado. Te lo digo así de claro: me he subido, lo he apretado y hasta parece que estemos a los mandos de un alemán de esos que alardean de nombre impronunciable.

Cara de robot, cuerpo de tanque

A ver, este bicho mide 5,06 metros de largo. Es casi más fácil aparcar un camión de butano que encontrarle hueco en la zona azul. Anchura de 1,98 metros y 1,79 de alto. El diseño mezcla estilo “barco de jefe” con detalles sci-fi. Los faros divididos rollo pixel y la trasera con volumen que flipas te dejan con la boca abierta, y las manillas van enrasadas. Si te gusta llegar y que te miren, bingo.

Llantas hay desde 19 a 21 pulgadas, y el color lo eliges a tu bola: cinco perlados, dos metalizados y hasta tres acabados mate. Si vas a marcha atrás, las cámaras-lateral pantalla OLED sustituyen a los retrovisores y ves todo en dos monitores de 7". Te acostumbras, pero te quedas sin ese “culómetro” de toda la vida para calcular espacios a ojo.

Dentro, más espacioso que el salón de tu abuela

Plataforma E-GMP, distancia de ejes brutal: 3,13 metros. Hay opción de seis u siete plazas, pero la tercera es para adultos de verdad, nada de banquetas penosas. Puedes tener segunda fila con asientos giratorios (sí, 180 grados para cotillear cara a cara).

Materiales: reciclados, con buenos plásticos blandos, tapicerías suaves y hasta un esterilizador EV-C al más puro rollo post-pandemia. Es lo que tienen las ideas locas en los departamentos de diseño. Seis USB-C y enchufe de 220V dentro, que aquí el que se aburre es porque quiere.

El tablero es digital, pero no como una nave alienígena llena de touch para dejar huellas. Hay mandos físicos para lo útil: clima, volumen y esas pijadas que ya nadie quiere andar buscando con el dedo en una pantalla.

Maletero: 338 litros de inicio con todas las plazas, 620 si apilas hasta el techo, 1.323 litros con cinco asientos y, quitando todo, 2.462. Delante, frunk de 88 litros. Encima, la boca de carga baja y cómoda. Yo he llenado el de prueba con suficiente trasto de 🎸y equipo de sonido para medio festival.

Batería XXL y motores marcando músculo

Aquí Hyundai apuesta directo al futuro: batería de 110,3 kWh. Enchúfalo a un cargador rápido (350 kW) y del 10 al 80% carga en 24 minutos. En una toma de wallbox de casa a 11 kW le metes una carga completa en unas diez horas. Si tienes suerte de pillar sitio en la calle con 50 kW le costará casi dos horas, pero bueno, tampoco vas a irte a dormir en plena estación de servicio.

La tecnología V2L convierte al coche en powerbank gigante. Te puedes llevar la Play, enchufar una cafetera, dar envidia al vecino camper del parking y reírte.

Tres opciones de motor:

  • RWD: Solo trasera, 218 CV, 350 Nm, 620 km según ficha.
  • AWD: Tracción total, 313 CV y 605 Nm, aquí contamos con 606 km de autonomía.
  • AWD tocho: 435 CV, 700 Nm, 600 km. O sea, pisa fuerte y clava un 0-100 en 5,2 segundos. Yo lo he exprimido en A-6, repechos de la sierra y ni pestañea, aunque si te emocionas con el pie derecho, el consumo se te va a los 25 kWh/100 km. Bajando a Madrid, no pasé de 20.

Sí, pesa 2,6 toneladas pero no se siente bicho torpe. Además, la frenada regenerativa se controla por levas (puedes hacer el auténtico “un pedal” a lo Tesla si quieres).

Rodar, rodar... y silencio que te asustas

El IONIQ 9 es para tragarse autopistas y hacer de chofer VIP. Control inteligente de ruidos con el audio BOSE, cristales doble laminados y triple sellado hasta atrás. Alucinas con lo que filtra. Ni una máquina de obras te fastidia el viaje.

Aunque se le nota que va pensado para rectas infinitas y asfalto bueno, en tramos revirados aguanta mucho mejor de lo que sospechas. No tiene eje trasero directriz, pero no da susto ninguno. Para los que son de emociones, hasta tendrá una cosa llamada cambio virtual VGS que ya he probado en un IONIQ 5 N: te hace sentir como si cambiaras de marcha en un eléctrico. Puro postureo, pero mola.

Eso sí, el botoncito para apagar ayudas como mantenedor de carril suena a urbano de manual. Hermanos, queremos tenerlo a mano, no rebuscar por menús.

Chapa y dinero: ¿Hyundai a precio de Mercedes?

El equipamiento es brutal: bomba de calor, cargador e instalación incluidos (hay que mirar ahí a las premium alemanas, ya podían copiar). Garantía de 5 años coche y 8 en batería o 160.000 km (máximo 20% de degradación).

Precios:

  • IONIQ 9 Star RWD: 218 CV, 69.900 €
  • IONIQ 9 Energy AWD: 313 CV, 81.600 €
  • Calligraphy AWD 7 plazas: 435 CV, 87.100 €
  • Calligraphy AWD 6 plazas: 435 CV, 88.100 €
  • Calligraphy AWD 6 plazas Relax: 435 CV, 88.100 €

Te lo van a decir mil veces: “más de 80.000€ en un Hyundai”. Pero en serio, lo metes en parking de premium alemanes y pocos notarían la diferencia salvo por el logo delantero.

Cosas que molan mucho y otras a revisar

Lo mejor para devorar kilómetros. Silencio brutal. Segunda y tercera fila de asientos sobresaliente. Equipito BOSE de serie con cancelación activa que es para flipar en viajes largos. Tecnologías de seguridad por toda la cabina, con asistentes de voz basados en IA y frenada de emergencia a la última.

Algún “pero”: plaza central trasera algo pobre si pretendes llevar siempre siete. El físico para desactivar ayudas, ya lo he dicho, que se lo curren en la próxima generación.

Y si te vas a lanzar, ojo con la sección eléctrica: si tienes garaje, de lujo; si no, piénsatelo más de una vez. Aquí en España, la red pública avanza, pero aún hay trecho para los que buscan ir de punta a punta sin estrujarse la cabeza.

Así que si buscas SUV eléctrico gordo, que te dé el rollo “premium” sin ser un repollo de pijos, el IONIQ 9 es para echarle un vistazo serio. Llevarás algo distinto, y sí, sorprenderás al cuñado alemanófilo en la próxima comida familiar.