Ford E-Tourneo Courier: ¿El monovolumen eléctrico que jubilará a los SUV urbanos?

Ford E-Tourneo Courier: ¿El monovolumen eléctrico que jubilará a los SUV urbanos?
La gran baza del Ford E-Tourneo Courier es su practicidad real

La electrificación ya no es coto exclusivo de los premium ni de los early adopters con carteras abultadas. Ford ha decidido que la movilidad eléctrica también puede ser práctica y, sobre todo, alcanzable. El Ford E-Tourneo Courier es, a día de hoy, la puerta de entrada más económica de la marca al mundo de los monovolúmenes eléctricos. Pero ojo, porque este modelo tiene bastante más miga de lo que sugieren sus cifras.

Diseño funcional pero con chispa

Parece un monovolumen, pero no es el típico “vehículo industrial reconvertido” que tanto se ve últimamente en las calles. Sus líneas recuerdan más a un turismo moderno que a una furgoneta, lo que sinceramente se agradece si quieres un coche familiar sin renunciar a un toque desenfadado. No es un coche para pasar desapercibido, pero tampoco presume de músculo innecesario.

Espacio interior: el rey del tetris

Lo primero que sorprende al abrir sus puertas es la sensación de espacio. Sus 4,34 metros de largo esconden una cabina donde cinco adultos caben sin tener que pedir perdón por las rodillas. El maletero parte desde unos generosos 570 litros y puede llegar hasta 1.188 litros si abates los asientos traseros. Así que sí, puedes llevar la compra, la bici, el perro y, si apuras, hasta la tabla de paddle surf del cuñado.

Equipamiento: sin dramas ni extras obligatorios

El acabado Trend ya viene bien servido: pantalla central de 12 pulgadas, instrumentación digital del mismo tamaño, llantas de 16 pulgadas, retrovisores calefactados y sensores de aparcamiento con cámara trasera. Y lo mejor: todo esto está incluido desde los 32.912 euros, antes de descuentos y ayudas. Nada de paquetes misteriosos ni “extras imprescindibles” a precio de oro.

Si buscas algo más resultón, el acabado Active sube la apuesta con llantas de 17 pulgadas, control de crucero adaptativo, alerta de ángulo muerto y detalles estéticos que le dan un aire más aventurero. Eso sí, aquí el precio arranca en 35.794 euros.

Motor y autonomía: lo justo y necesario (sin dramas)

No hay líos de versiones ni combinaciones imposibles: todos los E-Tourneo Courier eléctricos montan un motor delantero con 136 caballos y 290 Nm de par. Las cifras podrían parecer modestas, pero mueven el coche con soltura incluso a plena carga. Su batería de 43 kWh le permite homologar 288 km de autonomía combinada; suficiente para el día a día e incluso alguna escapada extraurbana sin ansiedad por quedarte tirado.

¿Recargas rápidas? Sí: admite hasta 100 kW en corriente continua, lo que significa pasar del 10 al 80% en solo 35 minutos. Ya puedes irte a tomar un café sin mirar el reloj cada dos minutos.

Tecnología y seguridad: sin quedarse atrás

El equipamiento tecnológico es digno de modelos mucho más caros: integración total con Apple CarPlay y Android Auto, reconocimiento de señales de tráfico y asistente para cambio involuntario de carril en las versiones altas. Y por supuesto, cámara trasera y sensores por doquier para evitar sustos en el supermercado o cuando toca aparcar en huecos imposibles.

¿Por qué elegirlo antes que un SUV?

La gran baza del Ford E-Tourneo Courier es su practicidad real. Frente a muchos SUV eléctricos equivalentes (que suelen quedarse cortos de maletero y espacio interior), este monovolumen gana por goleada en habitabilidad y capacidad de carga. Si lo tuyo no es aparentar sino aprovechar cada centímetro, aquí tienes un aliado inesperado.

El Ford E-Tourneo Courier demuestra que ser eléctrico y práctico no tiene por qué ser caro ni aburrido. Es una alternativa lógica para familias urbanas o aquellos que necesitan espacio a diario y no quieren hipotecar su futuro en la transición eléctrica. Puede que los SUV sean la moda, pero este monovolumen tiene argumentos para darles más de un susto... y quizá robarles algún cliente despistado.

¿El principio del fin para los SUV pequeños? Al menos, Ford ha puesto las cartas sobre la mesa.