El Toyota bZ4X ya no es el coche soso que nadie quiere

El Toyota bZ4X ya no es el coche soso que nadie quiere
El Toyota bZ4X convence

Te cuento cómo Toyota ha pegado un giro al bZ4X, y no hablo de cambiarle las calcomanías. Lo que han hecho es meterle una sobredosis de adrenalina a todo, empezando por los motores y acabando en la consola. Nada de chapuzas: esta vez la marca japonesa ha dejado de dormirse y ha espabilado fuerte, que ya hacía falta.

Por fin acelera como toca

Lo primero: adiós a la vergüenza de tener un SUV con 218 CV y cara de ir al Mercadona. Ahora la versión tocha, la de tracción total, sube a 343 CV. Flipas. El 0 a 100 km/h se clava en 5,1 segundos. No te lo esperas en un bicho de 2 toneladas larguitas. Al probarlo en circuito (tuve la suerte, sí, del típico evento de prensa en plan "prueba lo que nunca podrás pagar” pero con bocatas gratis), la dirección transmite lo que tiene que transmitir. Vuelco a favor: ahora parece ágil y no un Titanic.

El cambio de sensaciones es bestia. Ya no tienes ese vacío raro cuando pisas a fondo en glorieta y piensas "igual hoy no vuelvo a casa”. El nuevo bZ4X siempre responde. El extra de caballos y los ajustes en chasis y ayudas electrónicas hacen que se mueva sin dramas incluso en curva cerrada. Por aquí, emoticono de aplausos.

Consumos con eficiencia japonesa

Otra cosa de esas para dejarle en ridículo a su ex-yo. El consumo real —ruta Madrid-Sierra, sin esconderle el pie al acelerador como haría mi suegra— da 15,4 kWh/100 km. Para que te sitúes, ese dato lo firma mucha berlina eléctrica de las que presumen de ser ahorradoras. Aquí estamos ante un SUV.

Parte del truco está en el frontal nuevo, que le baja el coeficiente aerodinámico de 0,29 a 0,27 Cx. Esa cifra impacta más que la factura de la luz en casa MileniGen. La batería también es más grande pero el coche pesa lo mismo, así que te llevas más autonomía sin pagarla en balanzas. Más aerodinámica y más batería, resultado: menos recargas pringosas.

Cambio de cara y de tripas

Si ves el frontal y te recuerda a un Tesla, vas bien. Ahora mete una banda LED que queda fetén, un rollo “futuro japonés de serie B” que, la verdad, no estaba antes. El perfil se parece algo al anterior pero de coche de padre aburrido tiene poco.

Por dentro han metido bisturí serio: salpicadero nuevo, consola central más bajita y la pantalla central ha pegado el estirón hasta las 14 pulgadas. Ojo, que toca mandos físicos también, no todo es “tócalo en la tablet". Se agradece mucho cuando vas con prisas, que lo táctil a veces es desesperante.

El cuadro instrumental ahora está mejor integrado, sin ese marco gordísimo que no dejaba ver ni el cuenta. Han puesto doble cargador inalámbrico (dale, carga dos móviles a la vez y luego, si usas taxi, “cóbrales” a los clientes) y el selector de marchas lo tienes al alcance sin hacer yoga.

Tecnología de verdad y navegación útil

Han recopilado lo que pedía el usuario de eléctricos moderno en España: planificación de rutas con puntos de recarga, y control del preacondicionamiento de la batería antes de parar en un cargador rápido. Todo mezclado en el sistema de navegación y disponible también mediante OTA (actualización remota, para entendernos, sin pasar por taller ni perder la mañana).

Si alguna vez has peleado con un eléctrico "viejo" que no trae estas cosas, te ahorras el drama de plantarte en un IONITY a 18% de batería helada y luego comerte media hora de espera porque la carga se arrastra.

Adiós al enchufe de Microondas

Hasta ahora, el bZ4X era de esos eléctricos donde cargar en monofásica-AC te hacía plantearte la meditación y el yoga por las esperas eternas. Ahora llevas 11 kW de serie en trifásica (en España, ideal para garaje de comunidad “bien”) y hasta 22 kW opcionales si lo quieres más premium. Sí, grandes centros comerciales y puntos públicos agradecen eso.

La carga rápida sigue en 150 kW, pero con mejor gestión térmica. El viejo tardaba casi media hora en ir del 20 al 80%; este nuevo bZ4X lo hará más rápido aún con baterías actualizadas (vienen ahora en 57,7 y 73,1 kWh). No es un récord de la industria, pero deja de ser un lastre.

Variedad y músculo, versiones para todos los públicos

Toyota va a vender una versión básica de 167 CV con batería de 57,7 kWh. Traducido: el más barato pero útil para el curro por ciudad, flotas de taxi o el que sólo pisa autovía para ir a ver a la suegra a Cuenca. Un punto medio se queda en 224 CV y batería de 73,1 kWh (lo bueno si no quieres ni lo más barato ni caprichos locos), y la bestia es la de 343 CV que ya hemos comentado.

Ah, y la estrella: ahora puedes remolcar hasta 1.500 kg. A los del camping y caravana les da la risa floja comparando con el anterior, que no tiraba ni del carrito del Mercadona.

Sobre precios y llegada

Toyota no ha dicho nada de precios en España, pero las malas lenguas dicen que la versión de acceso bajará bastante, y la tope subirá con tanta pila y motor. Lo que sí se sabe fijo: en otoño ya se dejan caer los nuevos por los concesionarios de aquí. El segmento del eléctrico para taxi, VTC y familias se va a poner más movido.

Si el planteamiento que han traído es el que llega a la calle, igual este bZ4X se convierte en algo más que un coche de flotas o empresarios llegados con Uber. Toca darle una oportunidad a ver si todo esto aguanta el trote diario de la vida en España.