El Mazda CX-20 llega para liarla en el segmento B

El Mazda CX-20 llega para liarla en el segmento B
Mazda CX-20 de los compies de Carscoops.com

Mazda está que lo parte últimamente con sus SUV, y lo próximo que van a sacar es el CX-20, un bicho que viene a dejar en el banquillo al viejo CX-3. La idea: un SUV pequeño pero con más rollo que una playlist de reggaetón. Y ojo, que apunta a ser el nuevo punto de entrada para quien quiera pisar el mundo SUV con el logo de Mazda, pero sin tener billetes para pillar un CX-30 o CX-5. Aquí hay miga.

Diseño: Kodo, modernito y, para qué negarlo, un poco canalla

Mazda sigue con su movida de "diseño Kodo", que ya llevan años refinando. Ya sabéis, líneas marcadas, perfil musculado, y un rollito muy japo de querer caer bien tanto a tu abuela como a tus colegas del taller. Los bocetos filtrados —en un verde lima imposible de ignorar— muestran una parrilla delantera ensanchada y faros LED perfilados, de esos que dan miedo por el retrovisor. Además, le han metido luces diurnas en vertical en plan "ya no somos los típicos". Como guinda, techo negro contrastando y culito con ópticas circulares que recuerdan a los Mazda RX de la vieja escuela. Si esto no es postureo bien hecho, que baje Elon Musk y lo vea.

El segmento B, la jungla de Europa

Os pongo en contexto: el segmento B de los SUV es el ring de boxeo más salvaje por aquí. Aquí están el Hyundai Kona, el Toyota Yaris Cross, el Honda HR-V, el Ford Puma y el Kia Stonic pegándose codazos. El CX-20 llega justo a ese corral, buscando llevarse clientes del centro. No va a ser fácil; en España, el Yaris Cross y el Puma van como motos en ventas, pero Mazda tiene la baza de que siempre va un poco a su bola y suele gustar a la gente que no quiere lo de siempre.

Interior: Mazda mejora lo cutre del CX-3

El CX-3 tenía un maletero tan lamentable que casi cabían más cosas sobre las rodillas de tu cuñado que en el maletero. Y las plazas traseras, lo mismo: o van niños o te peleas con los de delante. Aquí Mazda ha prometido ponerse las pilas. Por lo poco que se sabe —Mazda sigue sin enseñar nada en condiciones—, el CX-20 va a apostar por materiales más premium y un salpicadero minimalista, de esos que parecen una app del móvil. Todo orientado al conductor, como lleva haciendo Mazda una década.

Mejorarán la habitabilidad, aseguran. El maletero crecerá, si no lo hace, que se los lleve el viento. Y hay promesa de cuadro de instrumentos digital, que ya iba tocando, porque eso de las agujas está bien vintage pero no te enteras de nada si llevas las gafas sucias.

Lo del sistema multimedia es una incógnita: igual se cargan el famoso mando giratorio y ponen todo táctil, a lo Tesla, o lo mantienen para no liar demasiado a los fans de la marca. A mí, sinceramente, me mola más con mando físico. Aún recuerdo lo chungo que era, por ejemplo, pillar un toque con la pantalla táctil en marcha en el Mazda 3: ¡como para enviar un whatsapp!

Motores: gasolina, pero con chispa

Aquí viene lo bueno. El CX-20 apostará sí o sí por motores mild-hybrid, es decir, los famosos híbridos ligeros, para cumplir con la etiqueta ECO que en España cada día se pone más cotizada. Por lo que se ha filtrado, tirarán de bloques de 1.5 o 2.0 litros, ambos gasolina de cuatro cilindros en línea.

Lo de la potencia aún está por ver, pero si se parece al bloque 2.0 Skyactiv-G del CX-30, podríamos estar hablando de unos 122 o 150 caballos. Y la versión 1.5 rondaría los 90-110 caballos. Para ciudad y algún viajecito, más que suficiente. Además, ese empujoncillo eléctrico (por muy leve que sea) ayuda a arrancar suave en semáforos y a que baje el consumo un pelo. Si los de Mazda se curran como suelen el tacto del volante y el cambio manual, puede que sea uno de esos SUV que, sorprendentemente, mola conducir. Yo con el Mazda 2 mild-hybrid, que comparte plataforma, lo pasé teta por carreteras secundarias, y eso que iba “solo” con 90 cv.

Hay rumores de versiones con tracción total (AWD), igual para mercados donde la nieve es más frecuente que el chorizo en el bocata. Aquí en España la mayoría lo pillará con tracción delantera y pista.

¿Y los híbridos enchufables? Mazda va lento, pero seguro

A día de hoy, enchufable no, aunque podría llegar. Dependerá de cómo tire la demanda y del baile de las normativas de la DGT (Madrid, Barcelona y compañía cada vez cierran más el grifo). Mazda no corre tanto como otros con los PHEV, pero cuando lo sacan, no va nada mal. Eso sí, el precio, seguro que lo ponen más arriba que el de los mild-hybrid.

¿Cuándo lo veremos por aquí?

Mazda no se moja con las fechas exactas. Primero saldrá en Asia, y a Europa lo traen "más adelante". ¿Finales de 2025? Puede ser. Si eres de los que anda mirando SUV petados de tecnología, tendrá competencia, pero en cuanto salga, fijo que se ve alguno por las calles de Madrid o Barcelona, con ese aire japo vacilón y seguro que algún color cantoso para que todos miren.

Por último, Mazda sigue dándole caña a sus otros SUV, incluyendo el inminente CX-5 y, atentos, el CX-6e eléctrico que va a caer en China y quizá llegue a Europa, y el superventas MX-5, que prometen que seguirá dando guerra con "sorpresa bajo el capó". Si Mazda acaba metiendo el turbo en el tema híbrido y eléctrico, cuidado, porque puede volver a liarla parda.