El Ioniq 2 llega a revolucionar el gallinero

El Ioniq 2 llega a revolucionar el gallinero
Ioniq 2, un pepino eléctrico que apunta directo al segmento de coches urbanos asequibles

Que Hyundai está hasta las narices de que le birlen protagonismo en eléctricos, no es secreto. Por eso prepara el Ioniq 2, un pepino eléctrico que apunta directo al segmento de coches urbanos asequibles. Ni eléctricos premium ni gaitas. Coches de verdad para la gente de la calle. El objetivo de los coreanos: que entres a un concesionario buscando un Renault 4 o el futuro Volkswagen ID.2X y salgas con uno de estos bajo el brazo (virtual).

Tamaño enemigo de bordillos

Este Hyundai va a ser muy del rollito urbano, pero sin el rollo descafeinado de los eléctricos “baratos” que te dejan tirado a la que sales de Madrid. El tamaño será como el Bayon de combustión: compacto por fuera, con altura para subir bordillos sin hacer el ridículo, espacio para cuatro colegas y dos bolsas de patatas grandes en el maletero, nada de microcoches rollo patinete XL.

Se va a colar entre el pequeñito Inster (ese sí que es mini) y el Kona Eléctrico, el que ya conozco de meterle kilómetros por media España. El hueco existía y Hyundai ha decidido llenarlo en plan justiciero: ni es enano, ni SUV a lo bestia, es lo que muchos buscamos y nunca traían.

Ficha del coche: aquí está el jugo

La base técnica trae canela fina. El Ioniq 2 recurre a la plataforma E-GMP de Hyundai-Kia, la conocida porque llevan años sacándole partido en modelos como el Ioniq 5. Pero esto va de hacerla más barata, recortar lo necesario y dejar lo que mola: espacio plano, motor contundente y baterías serias.

Atento a la movida de las baterías: dos tamaños. El pequeño, 58,3 kWh, ronda los 430 km de autonomía WLTP. El grande, 81,4 kWh, dispara la cifra a 600 km. Vale, en uso real puede bajar, pero si tienes cerca de los 400 km diarios, puedes viajar sin dramas, ni 20 paradas para mear y recargar. Todos llevan el motor delante, con 204 caballos (150 kW) y un par de 283 Nm. El tirón en semáforos promete, ya imagino a más de un despistado con Serie 1 diésel viendo sólo la trasera del Ioniq al salir chicaneando.

Ya digo, los 204 CV dan para ciudad, autovía, y para no pasar vergüenza en una rotonda. Cosas de coreanos con ganas de guerra.

Competencia: el patio está calentito

No es que Hyundai vaya a salir solo al ruedo. Está pensando directamente en destronar a Volkswagen, con el ID.2X en el punto de mira. Otro que querrá bajarle los humos es el Skoda Epiq, y ni hablar del Renault 4 eléctrico, otro clásico reinventado que veremos en los concesionarios españoles. Pero Hyundai tiene ese impulso, sobre todo porque Kia (sí, del mismo grupo) vendió casi 8.000 eléctricos más el semestre pasado. Ya no están para bromas.

El pique viene de lejos, y aquí se trata de quién ofrece más coche por menos pasta. Hyundai apunta a rondar los 30.000 euros antes de ayudas para su Ioniq 2. Si le sumas el Plan Moves, alguna oferta de concesionario tirando a cañera, y restas un poco por no pedir demasiados extras, puede quedar en la barrera de los 25.000. En España eso es precio muy jugoso si el coche da la talla.

Diseño: olvídate del aburrimiento

Las fotos espía y los renders avanzan un rollo hatchback elevado, con el techo cayendo atrás en plan coupé pero sin morir asfixiado atrás. Frontal con guiños al Ioniq 6 (luces LED molonas, mirada seria), muchos plásticos fuera y un toque “me como los badenes sin pestañear”. Ideal si vives en el centro de cualquier ciudad española llena de chinchetas.

El interior promete menos postureo y más dedazos. Esto es: display que ocupa medio salpicadero, con toda la info junta y usabilidad pensada para pulgares grandes, no para fingers de pianista suizo. Aquí, Hyundai sigue el camino (mejorado) que ya ha probado en otros modelos, en los que puedes controlar la música sin llamar a la NASA. Ya tardaban.

La autonomía NO es de broma

Una de las cosas que más joden cuando pruebas eléctricos baratos es que la autonomía real se viene abajo en autovía, sobre todo si tiras millas de Málaga a Burgos a ritmo de AC y Spotify. Hyundai, con el pack de 81,4 kWh, te pone fácil hacerte Barcelona-Madrid con una sóla parada seria. Lo bueno, para ciudad no hace falta recargar ni una vez a la semana si eres de esos que duerme con el móvil al 100%. Para los que dudan: el Hyundai Kona que probé aguanta ciudad, autovía, y aún sobra para jugártela al “llego a casa, o ya si eso recargo mañana”... y la marca quiere repetir (o mejorar) la jugada.

¿Esto se venderá aquí rápido?

En España el segmento urbano y compacto es EL segmento. Aquí la peña no se tira a por SUVs americanos tamaño ballena, van a lo práctico: maniobras por calles estrechas, que entren en parking antiguo de ciudad y que no te arruinen con el seguro. Si Hyundai logra tener stock, no regalar los coches pero sí ajustar margen como hacen los chinos, puede poner nerviosos a los europeos. Y lo de la producción, cuidado, que ya hemos visto algún drama con lista de espera eterna y luego la gente se cansa.

Spoiler: guerra eléctrica, versión cañí

La jugada coreana es ofrecer mucho eléctrico y un precio terrenal a base de recortar chorradas pero mantener lo imprescindible: autonomía, espacio, diseño que mola y, ojo, tecnología al día. El patio se calienta, que nadie se despiste.