BMW Serie 7 2026, el sedán alemán no quiere pasar desapercibido

Míralos bien. Si hace unos años te traumatizaste con los faros del Serie 7, te aviso ya: ni los esconden ni los suavizan. Al contrario, siguen finitos, afilados y con ganas de que te reviente el ojo crítico en cada mirada. Recuerdo cuando vi uno de los últimos restylings en la calle por primera vez. Pensé: "madre mía, esto es la interpretación bávara del eyeliner". Una mezcla de lujo, atrevimiento... y un puntito de provocación innecesaria. Pues BMW ha dicho: "me da igual, aquí se quedan". Eso sí, lo de los cristales de Swarovski ya es de club privado de joyas para coches. Lo usaron, ardió el grupo de WhatsApp de petrolheads y el resto es historia.
Ahora, la óptica principal va oculta, camuflada en las mulas de pruebas con plástico y cinta adhesiva, pero no se han molestado ni lo más mínimo en tapar que seguirán igual de finos. Eso sí: han duplicado el tamaño de los faros que van pegados al extremo del paragolpes. Ole ahí el punch visual.
Cambios en la mirada
Despedimos los pilotillos provisionales, entran los de producción. Lo flipante es cómo han conseguido que, siendo tan delgados, parezcan elegantes y no tirados de un rollo tuning chandalero. Hay una forma de "L" invertida muy reconocible en los pilotos. Quien busque quejas tendrá trabajo rascando, porque parecen diseñados para gustar a los que aún creen en el poder de una berlina seria, de esas que hacen temblar a los de dirección en la empresa, pero con chispa ultra moderna.
Parrilla XXL y sensores por un tubo
Vuelven la mega parrilla y esa forma casi ovoide, pero esta vez, mucho más cuadrada y angulosa. Aquí BMW va a su bola y ni se molesta en justificar tamaños. Si no te gusta, te aguantas. Por detrás de unas placas negras bien puestas se alojan todos los sensores de radar y ayudas a la conducción que puedas soñar para pisar la A6 de Madrid con el ego disparado y el control de crucero automático afinado.
Perfil y detalles que solo verás si eres un friki
En los laterales, poca historia nueva. Solo los catadióptricos grandes para cumplir reglas USA. Pero en la trasera es donde, como te conte antes, entran los nuevos pilotos. Y están tan bien integrados que te costará distinguir si el coche está desenchufado o es así de fábrica.
He podido sentarme en un Serie 7 actual y, sorprendentemente, la sensación de calidad y materiales es de esas que te hacen pensar: "¿Para qué quiero casa si puedo echar la siesta aquí dentro?". Si la versión 2026 mejora, va a ser difícil bajarse del coche para ir al trabajo.
Alpina y versiones de postureo nivel diablo
Atento que aquí llega la artillería. BMW no va a sacar una ni dos, sino tres versiones Alpina. Ya sabes, el toque "finolis" a lo alemán, con suspensiones retocadas, potencia para reírte de cualquier salida de peaje y detalles exclusivos. No tengo el placer (todavía) de haber conducido una, pero solo por los datos de anteriores generaciones sabes que juegan en una liga donde la suavidad y el empuje se combinan como en ningún sitio (y te llevas la placa numerada Alpina para luego ponértela de pulsera si quieres).
Interior con pantalla para flipar y mucha inteligencia artificial
Aquí es cuando los abuelos dicen: "antes el coche era solo para conducir". El Serie 7 2026 viene con el nuevo salpicadero panorámico y el ya famoso sistema iDrive X. La pantalla central es de 15 pulgadas, que encima no viene flotando, sino integrada, y una línea holográfica negra decora la base del parabrisas. Lo que se ve con esto es sólo la puntita: el resto está tapado por telas en las fotos-espía, pero la expectativa es enorme.
Por delante, botones físicos desaparecidos en combate. Todo digital, desde la climatización hasta la iluminación ambiente, pasando por los ajustes que solo tocarás una vez en la vida porque luego no recordarás ni cómo llegaste hasta ese menú.
Tienes conducción autónoma en autopista y ciudad. Si alguna vez te has comido un atasco en la M-30, prepárate para dejar que el coche haga parte del trabajo mientras ves cómo la gente te mira desde los Panda y los Ibiza de turno.
El pasajero también podrá manipular funciones con su propia pantalla. Me imagino a más de uno cambiando el color del ambiente solo para chincharte.
Motores y lanzamiento para España
Se va a mantener la gama mecánica actual, lo que significa gasolina, diésel, híbridos enchufables y eléctricos. Para nuestro mercado español, eso será clave. Ten en cuenta la guerra que hay aquí con las etiquetas ambientales y el postureo eléctrico. BMW no va a dejar fuera el i7, su versión eléctrica, ni se va a olvidar de los adictos a la gasolina premium que sean clientes históricos.
Habrá que esperar al otoño de 2026 para verlo en los concesionarios españoles. Y lo mejor es que, entre modelo y modelo, se meterán esas tres Alpinas para quitarle clientes al mismísimo Rolls-Royce Ghost. Y no, no es broma. BMW pretende molestar todo lo que pueda a la gama alta de los ingleses, y en acabados, la cosa se va a poner divertida.
Berlina para directivos y flipados
Este Serie 7 servirá para los que visten traje italiano solo entre semana, y para los que quieren que se les respete en el parking de la empresa. Ya puedo imaginar a ese CEO entrando a IFEMA, dando el portazo y dejando encendida la iluminación ambiente azul celeste para que todos sepan “quién manda”.
El Serie 7 no es tu coche típico. Es para los que quieren ser vistos. Si quieres pasar desapercibido, vete a por un Serie 3 negro y ni abras la boca. Aquí, o te conviertes en centro de atención, o te bajas.