BMW iX5 Hydrogen: el SUV que quiere revolucionar el hidrógeno (aunque repostar siga siendo una gymkana)

No es ningún secreto que el hidrógeno no está de moda. Mientras la mayoría de marcas parecen haber archivado sus proyectos en la carpeta "cosas que molaban en 2010", BMW sigue apostando fuerte: la próxima generación del X5 traerá bajo el brazo una versión con pila de combustible de hidrógeno. Sí, has leído bien. Y no, no es un prototipo para fardar en ferias: será un modelo de producción en toda regla.
El BMW iX5 Hydrogen, tras superar la primera ronda de pruebas, ya tiene fecha marcada en el calendario: 2028. Pero antes de que salgas corriendo a buscar la hidrogenera más cercana, mejor siéntate. La infraestructura disponible para repostar hidrógeno hoy por hoy es tan escasa que encontrar una estación puede convertirse en una aventura equiparable a buscar el Santo Grial. En España, las opciones son tan limitadas que casi hay más posibilidades de avistar un unicornio.
Lo bueno: cinco formas de moverte (y solo una te hará buscar hidrogeneras)
Afortunadamente, BMW no ha perdido el norte y sabe que apostar todo al hidrógeno sería como jugarse el sueldo al cero de la ruleta. Por eso, la nueva generación del X5 será un auténtico buffet libre de motores: gasolina, diésel, híbrido enchufable, eléctrico de batería y pila de combustible. Cinco alternativas para todos los gustos y necesidades, y solo una requiere que te conviertas en explorador de estaciones futuristas.
Las versiones eléctricas prometen autonomías que podrían rozar los 800 kilómetros según ciclo WLTP. Las variantes con combustión interna integrarán hibridación ligera de 48 voltios y los híbridos enchufables superarán sin despeinarse los 100 kilómetros en modo eléctrico puro. Vamos, que alternativas hay y para aburrir.
Tecnología y diseño: lo clásico vuelve con aires modernos
Detrás del iX5 Hydrogen hay algo más que una apuesta arriesgada. Utiliza una pila de combustible de tercera generación desarrollada junto a Toyota, más eficiente, compacta y potente. Calcula una autonomía mínima de 700 kilómetros entre repostajes (si los encuentras, claro), lo cual no está nada mal teniendo en cuenta el contexto actual.
En cuanto al diseño, BMW recupera el gusto por los riñones pequeños y verticales en su frontal, inspirándose en los icónicos Neue Klasse. Se acabaron las calandras desproporcionadas; la elegancia sobria ha vuelto para quedarse.
El reto: infraestructuras que aún van en bicicleta
El principal obstáculo del hidrógeno sigue siendo su red de repostaje: Europa concentra la mayoría de puntos en Alemania, Francia y Países Bajos. España sigue a la cola, aunque proyectos como 'RHeaDHy' (pilotado por Toyota) y 'HyMoS' (con BMW implicada) prometen dar un empujón a la infraestructura durante los próximos años.
Eso sí, no esperes milagros inmediatos: llenar tu depósito de hidrógeno seguirá siendo un ejercicio de paciencia y planificación hasta nuevo aviso.
¿Merece la pena soñar con el iX5 Hydrogen?
BMW no renuncia a experimentar ni aunque el contexto sea adverso. El iX5 Hydrogen es un guiño al futuro y a quienes apuestan por tecnologías diferentes. Pero mientras repostar siga siendo una odisea, las versiones eléctricas e híbridas parecen mucho más sensatas para el día a día.
Aun así, quién sabe: igual dentro de unos años recargamos hidrógeno tan fácilmente como repostamos gasolina. Hasta entonces, BMW seguirá dándonos motivos para debatir sobre el coche del mañana... y para soñar con aventuras dignas de Indiana Jones cada vez que necesitemos repostar.