Bentley Batur Convertible One Plus One, el adiós al cabrio más bestia del Reino Unido

Vamos al grano, que esto no es una tesis: Bentley se ha marcado un “one-off” muy loco para decir adiós a su mítico motor W12 biturbo. Se llama Batur Convertible One Plus One y solo habrá 16 de estos cabrios de ultralujo en todo el planeta. Si quieres uno para fardar en Marbella, empieza a buscar chequera y contactos, porque esto lo encargas igual que un traje hecho a medida (y cuesta como un edificio en Madrid).
El coche lo presenta el departamento Mulliner, que son como los de Hermés pero con tuercas y aceite. El estreno, en el Monterey Car Week, que no es precisamente la feria de muestras de Albacete, y encima después de lucirse en Goodwood, que es la pasarela top para estos bichos.
750 caballos y mucho veneno
No te líes con el nombre: lo importante aquí es el corazón. Bajo el capó está el legendario W12 biturbo, pero vitaminado hasta los 750 CV. Estos caballos se gestionan con una suavidad británica, pero si le pides chicha, te pega a la butaca como un vuelo sin Ryanair. No hay cifras de par exactas en el artículo, pero si sigue la línea de los últimos Bentleys, estaríamos hablando de unos 1.000 Nm. Es más, me monté en un Bentley Continental GT W12 y cuando pisas a fondo el suelo parece que se curva a tu favor. El Batur Convertible promete ser una orgía de números rojos en el marcador y de vértigo en la cartera.
En cuanto a puesta a punto, nada de chasis normalito. Aquí todo va sobredimensionado: suspensión adaptativa, tracción integral y frenos como paelleras de competición. Los neumáticos van montados sobre un juego de llantas de cinco radios, diseño bastante agresivo para lo que suele ser la marca. El toque “macarra” perfecto para un cabrio que podría ser, perfectamente, el Batmovil en vacaciones.
Pintura flipante y detalles para posturear
Esta unidad de la que hablamos lleva una carrocería que Bentley llama Opalite. Traducido al castellano: un color plateado que según le da la luz, cambia de tono. Flipante para meterte en el parking del casino y deslumbrar hasta al de la limpieza. Por si la discreción no es lo tuyo, lleva una banda negra brillante que atraviesa todo el lateral, rematada con unos bordes naranjas que gritan: “mírame que me lo puedo permitir”.
Los mismos acentos en naranja los puedes ver en la parrilla y en las llantas. Así, si eres de esos que combinan los calcetines con la camiseta, este coche es la fantasía hecha realidad.
Interior, egoísmo bien entendido
Lo del “One Plus One” va por el interior. Nada de compartimentos iguales, aquí el conductor y el pasajero viajan en dos mundos distintos, aunque estén a metro y medio. A la izquierda, el conductor se sienta en una cápsula negra bastante “racing”: cuero Beluga (que no es caviar, pero casi) y Alcantara, con costuras naranjas “Mandarina”, llamativas a rabiar.
El copiloto va casi en otra dimensión, con cuero Lino y los mismos detalles Mandarina. Todo pensado para que, si la pareja discute, cada uno se encierre mentalmente en su propio microclima de lujo. Incluso el maletero y la funda de las llaves van a juego, por si quieres vacilar cuando aparques en Valet Parking.
El volante mezcla pespuntes en Beluga y Lino, y los mandos giratorios, levas y salidas de aire son de titanio y aluminio satinados. No hay plástico barato ni aunque quieras, todo pensado para que sientas que viajas en el despacho de un millonario excéntrico.
Y de extra, exclusividad extrema
Los detalles a medida, que esto sí que es artesanal puro. Puedes pedir desde el patrón de costura de los asientos hasta el perforado de los altavoces, porque Mulliner hace de todo menos prepararte el café. Un cliente de España podría pedir el logo grabado con la bandera nacional o el nombre de la abuela bordado a mano en la guantera. Aquí el límite es la imaginación (y el saldo en Suiza).
Por si te lo preguntas: la unidad expuesta en Monterey no es la que sale en las fotos, sino el prototipo “Coche Cero”, pintado en rojo Vermilion Gloss, pensado para machacar durante semanas y que todo salga perfecto en la versión de cliente.
Bentley W12: El motor que marcó época
En el mundillo de la automoción, decir “W12 biturbo” aún suena a fiesta en los oídos de los petrolheads. Este monstruo lleva desde 2003 siendo el amigo fiel de los Bentley más bestias. Su configuración única (sí, una W de verdad), le ha permitido mantener la suavidad y robustez de un V12, pero con una compacidad que lo hace ideal para estos GT de casi dos toneladas.
La Bestia británica ha pasado por muchos modelos, desde el Continental GT hasta el Bentayga, pero el Batur Convertible es su último canto del cisne. Y qué mejor despedida que quitar el techo, apretar el botón de “Start” y soltar los 750 CV a cielo abierto. Si te tienes que gastar una herencia, al menos que sea gritándole a todo el vecindario con la sinfonía del W12.
Bentley jugándose el futuro eléctrico
Pillado el contexto, este Batur Convertible simboliza, además, que Bentley pone punto y final a las mecánicas de combustión alta costura. El futuro va por lo eléctrico, y lo siguiente en la hoja de ruta de Crewe (la fábrica donde nacen todos estos Bentley) será un SUV eléctrico que dicen que va a romper la pana en el segmento premium. No han dado datos, pero lo hacen en la línea de exclusivos modelos personalizados, así que imagínate lo que está por venir.
En fin, ya lo sabéis, si en España veis uno de estos por la Castellana o bajando por la Gran Vía de Barcelona, saludad con envidia sana. Y si algún día tienes la suerte de ponerte detrás de ese volante, que sepas que estás conduciendo el fin de una era mientras todo el mundo te mira con cara de “ese sí que sabe vivir”.
Bentley Batur Convertible One Plus One. Para los que se saltan todos los menús y piden la carta entera, con postre y copa.