Tras el éxito del Sterrato, Lamborghini llevará el off road a toda su gama

Tras el éxito del Sterrato, Lamborghini llevará el off road a toda su gama
De la mano del Lamborghini Sterrato todos apuntan al off road

Lamborghini ha olido negocio donde antes solo había polvo. Tras la acogida del Huracán Sterrato y el empuje imparable del Urus, la marca de Sant’Agata Bolognese prepara una ofensiva campera en la que sus deportivos ya no estarán condenados al asfalto. Lo ha dejado caer su director de ventas y marketing, Federico Foschini, con una frase que encaja como un alerón en fibra: “No solo queremos mejorar, queremos sorprender”. Traducido a idioma petrolhead, preparaos para ver Revuelto, Urus y el futuro Temerario con botas de tacos.

De los circuitos a los caminos de tierra

Lo que hace una década parecía una excentricidad hoy es una línea de negocio. Porsche demostró que un nueveonce con ruedas mixtas no era un sacrilegio sino un imán para clientes y titulares. Lamborghini fue un paso más allá con el Huracán Sterrato, un V10 con 44 milímetros extra de altura libre, protecciones, modos de conducción para superficies deslizantes y unos neumáticos muy especiales que aguantan barro sin arrugarse. El resultado fue una edición limitada que voló de los concesionarios más rápido de lo que tarda un V10 en subir de vueltas.

Ese éxito no solo valida el concepto, también hace números. El margen de un deportivo con un kit campero es superior al de su equivalente estándar porque el valor percibido se dispara. Además, ofrece a los clientes algo fresco para su colección. El coche que puedes aparcar en el club de campo y, si te da el punto, meterte por una pista de tierra sin sentir que estás cometiendo un crimen automovilístico.

Por qué ahora todo el mundo quiere mancharse las aletas

Vivimos en la era de los SUV, con conductores que aprecian postura de conducción alta, facilidad para sortear badenes y la estética aventurera. Esa ola ha educado al mercado. La transición lógica es llevar ese aura todoterreno a productos que, hasta hace poco, vivían pegados al piano de un circuito. Y ojo, no hablamos de trialeras o rocas del tamaño de un Fiat Panda. El territorio de estos deportivos off road son los caminos de tierra y los senderos sencillos, donde la diversión está en el control del derrape y en ese punto canalla de desafiar al grip sin dejar de ir deprisa.

Qué cambia técnicamente en un superdeportivo campero

Cambiar la foto de Instagram no basta. Hay ingeniería de verdad detrás. El Sterrato sirve como plantilla de lo que veremos:

  • Más altura libre al suelo y recorridos de suspensión mayores para evitar besos indeseados con piedras y crestas.
  • Neumáticos con flancos más generosos y dibujo para tierra. Menos llanta, más goma, más confort donde hace falta.
  • Protecciones inferiores y en pasos de rueda. La fibra de carbono es fabulosa, pero una plancha en el cárter ahorra lágrimas.
  • Modos de conducción específicos tipo Gravel o Rally, con un control de estabilidad que deja jugar sin mandar el coche a la estratosfera.
  • Admisión y refrigeración pensadas para polvo y tierra. El Sterrato colocó la toma de aire arriba para respirar limpio. Buen truco.
  • Geometrías y refuerzos en chasis adaptados al trato rudo. No es lo mismo atacar pianos que baches invisibles.

En los modelos híbridos enchufables como el Revuelto, hay un bonus. La entrega inmediata del par eléctrico y la gestión milimétrica de cada eje son aliados perfectos sobre superficies deslizantes. Un mapa de motor y un diferencial controlado con mimo pueden convertir un tramo de tierra en un parque temático para adultos con casco.

Quién es quién en el futuro catálogo de Sant’Agata

Urus: el SUV que ya juega en esta liga, aunque todavía tiene margen para una variante aún más campera. Suspensión elevada, neumático mixto serio y protecciones más contundentes encajarían como un guante. No sería el más rápido en Nürburgring, pero sí el más simpático en un tramo de pista forestal.

Revuelto: el V12 híbrido ya es un escaparate tecnológico. Una versión con altura extra, neumático mixto y electrónica calibrada para tierra serviría de demostración hortelana de ingeniería fina. Sería el super GT definitivo capaz de salir del resort y adentrarse en el camino que lleva al helipuerto.

Temerario: el sucesor del Huracán llega con sistema híbrido y pinta de coche clave. Un Sterrato de nueva generación está prácticamente pidiendo pista. Su tamaño y su peso más contenidos lo hacen perfecto para esa receta de diversión controlada con sabor a grava.

¿Se pierde la esencia o se gana en diversión?

Hay puristas que ponen el grito en el cielo cada vez que un deportivo se sube a unas ruedas con tacos. Pero la esencia de un Lamborghini siempre fue exceso, carácter y rendimiento emocionante. Nada de eso desaparece por añadir centímetros al suelo y una protección en el cárter. Al contrario, muchos conductores descubrirán que a 80 por caminos de tierra se disfruta tanto como a 280 en una autobahn. Y con menos multas.

Además, la realidad manda. Las marcas viven de vender coches, no pósters. Si el cliente quiere aventura y versatilidad con el logo del toro en el morro, Lamborghini se la servirá con salsa picante y una puesta a punto que marque diferencias. Que luego ese coche no toque tierra en su vida es otra historia. También hay gente que se compra zapatillas de trail para ir a por el pan y no pasa nada.

Lo que viene está claro

Lamborghini ha probado que lo campero no está reñido con lo extremo y ahora quiere llevar esa idea a toda la gama. No buscan mejorar medio segundo en el cero a cien, buscan sorprender con nuevas experiencias de conducción. Y sí, habrá barro, gravilla saltando contra los bajos y fotos épicas al atardecer. Los de Sant’Agata han encontrado una mina en los caminos y, por una vez, cavar no está mal visto.

Atad bien el smartphone, que cuando estas máquinas multipliquen la diversión fuera del asfalto no querréis perder ni un derrape.