Tesla a juicio por atropello, Autopilot se la ha jugado

Tesla a juicio por atropello, Autopilot se la ha jugado
Tesla, con su Autopilot, sentado delante del juez

Aquí va una historia de esas que parecen sacadas de una peli de Netflix, pero con más tensión y menos glamour. ¿Conducción asistida? Sí. ¿Automaticidad sin cerebro? También.

El marrón judicial de Tesla

Miami. Calor, humedad y un juicio que pinta culebrón. Tesla, con su Autopilot, sentado delante del juez por un piñazo gordísimo que no puedes quitarte de la cabeza. La movida pasó en 2019, cuando un Model S —ese sedán eléctrico grandote y con cara de sabelotodo— arrolló a una pareja debajo de una señal de “STOP”. El conductor, George McGee, iba con el Autopilot activado y confiando en que el coche frenaría solo al ver la luz roja intermitente. Spoiler: no frenó.

Resultado: una mujer fallecida, su novio, herido. El Tesla se comió absolutamente todo, a más de 97 km/h, que no es precisamente ir de paseo por la Castellana.

Piloto automático, mucha promesa, poca chicha real

Aquí empieza la trifulca jugosa. Los demandantes acusan a Tesla de vender Autopilot como si fuera R2D2 con ruedas. Y, ojo, en España hay peña que se lo ha creído igual. Pero no, ni Autopilot lee la mente ni te hace el desayuno. Es asistencia, no magia.

Lo que te venden: "Conducción autónoma-raza superior, duerme y que el coche haga todo".

Lo que te llevas en realidad: El Autopilot de Tesla detecta carril, mantiene la distancia y le mete algo de chicha al freno de emergencia. Pero no es ni de coña nivel 4 de autonomía (donde el coche hace absolutamente todo), ni llega a lo que algunos flipados creen al comprarse un Model 3 de 40.000 pavos.

De hecho, el Autopilot sólo está pensado para uso en autopistas con carriles claros y bien delimitados. Y cualquier Tesla vendido en España (Model S, Model 3, Model Y, el Cybertruck si llega…) te salta con advertencias cada pocos minutos: manos al volante sí o sí.

Un Model S que parece la NASA, hasta que te la lía

Este Model S que se estampó lleva dos motores eléctricos y, según versión, puedes tener entre 670 y hasta 1.020 caballos si eliges el Plaid (ese que te pega la cabeza al reposacabezas a la mínima). Acelera de 0 a 100 en menos de 2 segundos y te puedes cruzar media península con una sola carga de unos 100 kWh de batería, dependiendo versión.

Pero por muchos sensores y cámaras que lleve (ocho cámaras, ultrasonidos y radar hasta hace poco), si el sistema no reconoce bien una señal, no la identifica o se confunde de entorno, puede ser tan patoso como un humano despistado con el móvil.

Yo he probado el Autopilot de Tesla en vías rápidas y te hace el apaño, pero basta que la carretera esté regular pintada o haya follón de señales achuchadas (hola rondas de Barcelona, hola circunvalación de Madrid), para que el coche te pida el control o le den las siete cosas y meta un frenazo a lo loco.

En el banquillo Elon Musk y la opinión pública a cuchillo

En el juicio se han escuchado más veces “Elon Musk” que “señoría”. Hay jurado que lo idolatra, hay quien le tiene tirria eterna. El show está servido. Se discute si Tesla tiró de marketing agresivo para hinchar lo que hace su tecnología o si, como dice la marca, la culpa es del humano por confiarse y activar Autopilot fuera de vías aptas.

Por cierto: en España, si usas estas ayudas y te la pegas, la DGT deja claro quién es el responsable: tú, que para eso estás en el asiento del piloto y el coche no es KITT.

Daños punitivos, software y la movida en Europa

El marrón va más allá del accidente. El juez permite reclamar daño punitivo, o sea, multa extra, si se demuestra que Tesla se ha hecho el loco con las advertencias federales sólo para ganar pasta y avanzar con su tecnología. En USA las demandas vuelan; en España y Europa, por ahora, los pleitos así no son tan bestia, pero la movida empieza a cocerse.

En 2023, la NHTSA (la DGT yanqui, pero con más presupuesto) obligó a Tesla a actualizar más de 2 millones de coches en todo el planeta porque el Autopilot no ponía alerta suficiente si el conductor se flipaba y no tocaba el volante.

En España, Tesla lanzó el update por OTA, así que tu Model 3/Model Y se puso las pilas vía wifi del garaje. Pero ojo, estos parches van a ser cada vez más habituales. Si usas Autopilot, mantente al día, porque cualquier actualización puede cambiar cómo responde el coche a una situación inesperada.

¿Pero el coche autónomo está listo?

En nuestro país, olvídate de dejar el coche “a su bola”. No hay normativa que te deje ir leyendo el Marca mientras el Tesla va solo. Autopilot es asistencia, igual que el control de crucero adaptativo del Seat León, pero con esteroides. Las marcas (no sólo Tesla, también Volvo, BMW, Mercedes y compañía) están en guerra de márketing, pero legalmente todo depende de que no quites las manos ni pierdas la atención. Si te pillan, multazo y retirada de puntos.

En ciudad la cosa es peor: pasos de peatones, rotondas y señales a tutiplén. El sistema ahí va bastante vendido, y Tesla deja claro en las pantallas: "Función beta, ojo en todo momento". Mi experiencia, al probarlo por Barcelona, es que el Autopilot, en entorno urbano, recula rápido y pide a gritos que retomes el control, especialmente al ver señales poco convencionales o semáforos en ámbar.

¿Cuánto cuesta confiarse?

El Model S de la movida judicial costaba más de 100.000 euros en España cuando salió tope de gama, cargado de opciones y Autopilot. El Model 3, que es el que se ve a patadas ahora, parte de 39.990 euros sin extras. El “Full Self-Driving” (FSD) vale un pico adicional. Quizá un día estos sistemas sí conduzcan solos de verdad, pero por ahora, si no quieres acabar como testigo en un juicio de Miami, sigue con el volante bien agarrado.

La movida legal puede que no cambie nada en Europa a corto plazo, pero sí va a poner el listón muy alto a todas las marcas. Menos postureo y más realismo, por favor.

Que sí, que la tecnología mola. Pero el demoledor: el que lleva el carnet, sigue teniendo que estar despierto. Siempre.