Suzuki Jimny se larga de Europa a lo MacGyver

Ponte las botas de montaña, que hoy toca barro y nostalgia. El Suzuki Jimny, la mítica cucarachilla todoterreno que nunca tuvo complejos de tamaño, se larga de Europa. Ni un año más, ni un gramo menos de CO2. Y en España, olvídate de recibir algo chulo de despedida. En Francia lo celebran con una edición especial y aquí, pues a seguir mirando fotos en Instagram.
55 unidades para los franceses: ¿y aquí qué?
A los galos les montan el fiestón. Suzuki se lía la manta a la cabeza y saca una edición limitada de 55 Jimny retro que huele a nostalgia desde la A6. Ahí tienes su rejilla con el logo clásico, unos vinilos laterales que parecen pegatinas sacadas de una caja de cereales de los 80, guardabarros rojos y la funda de la rueda de repuesto para posturear en el Carrefour de Lyon. Todo puro epic retro, para coleccionistas con la cartera sobrada.
No me preguntes si van a llegar aquí. La respuesta es no, y ni falta que hace. En España estamos más familiarizados con la Jimny-Pro, la versión comercial que hace la gracia de que te puedas sentar atrás si eres, yo qué sé, una caja de herramientas. En Francia, la edición “55 aniversario” lleva hasta llavero numerado y placa conmemorativa. Aquí, si quieres una placa, la pides al ferretero del barrio.
Detalles macarras, sí. Tecnología, lo justo.
Ni LED, ni pantallón de 9 pulgadas, ni gaitas de última moda. Este Jimny especial se lo monta a lo clásico: acero negro en las llantas, asientos que aguantan un rally de niños, y solo cuatro colores (Blanco, Jungle Green, Negro Azulado y Gris Medio). Por dentro, lo justo para resistir barro, arañazos y el típico bocata perdido por el salpicadero.
Y quien busque conectarse a Android Auto o un masaje lumbar, pues que se mire una berlina. Esto va de carretera, campo y, si me apuras, de perder el coche en una cuneta y saber que sales de ahí porque sí.
Motor atmosférico y cuadratura del círculo
El corazón sigue siendo el mismo bloque 1.5 litros atmosférico, 102 caballos y cambio manual de cinco marchas. Tracción 4WD AllGrip Pro, con reductora de verdad. No hay función “grip” light ni modo nieve eco-blando: esto tira o no tira. Yo probé uno hace un par de veranos metiéndome en pistas que el Google Maps ni detecta. A 40 por caminos de cabras, subido de vueltas y con el culo más firme que el de Cristiano en pretemporada. La sensación de dar gas y escuchar el motor subir es de las que no dan los SUVs modernos, ni aunque les pongas sonido artificial en los altavoces.
Los ángulos son una bendición: ataque de 37º, salida de 49º y ventral de 28º. Suelo libre de 21 cm. El peso, sobre los 1.000 kg. Vamos, que si te quedas atrapado, o te remolca un tractor, o lo sacas entre dos colegas empujando.
Normativas chungas, pues nos vamos, el adiós de Europa
Todo hubiese seguido igual si Europa no se pusiese moralista con el CO2. Ahora si tu marca se pasa con las emisiones, a pagar multa. Y el Jimny, con más de 150 g/km de CO2, no pasa la ITV de la UE aunque gaste menos gasolina que tu cuñado con su Sorento en segunda. Suzuki lo intentó: comercial, dos plazas sin asientos traseros, catalogado como N1 para currantes. Pero ni por esas. Aquí lo han ido liquidando y ya las unidades vuelan. Y lo cachondo del caso: ha habido Jimnys segunda mano más caros que nuevos, rollo producto Apple de serie limitada.
Actualizaciones que ni notarás (si lo pillas fuera)
Se viene una actualización ligera para mercados donde puedan venderlo. En Japón y en la India, los Nomade de cinco puertas y los Sierra reciben el pack de seguridad nuevo: frenado de emergencia con doble cámara, reconocimiento de señales y ayuda para cuando tu cerebro va en punto muerto. Las versiones automáticas meten control de crucero adaptativo, asistente de marcha atrás y alerta de tráfico cruzado trasero, que para meterte marcha atrás en un barrizal viene fino.
Pero diseño, lo justo. Este coche va de mantener su aspecto cuadrado y su alma macarra. En India han pegado tal petardeo con el Nomade de cinco puertas que Suzuki tuvo que suspender pedidos: 50.000 reservas en 4 días. Locura.
Experiencias en el barro y especulación patria
Yo me quedo con haberlo catado como herramienta de campo puro. No te regala nada, no te perdona errores. Pero te mete por sitios donde hasta los Toyotas grandes se lo piensan. El diferencial y la reductora pura hacen magia para un coche pequeño. Eso sí, si lo encuentras en España, prepara billetes, porque la especulación con Jimnys va que flipas. Hay quien los guarda más que un Rolex.
La historia del Jimny ya se huele a clásico. Y el que lo tenga, que lo cuide bien, que dentro de poco va a valer más que cuando lo compró. Y para el resto, nos quedamos viendo vídeos y esperando a que, tal vez, vuelva en eléctrico. Mientras tanto, recuerda: el último de los samuráis del barro dice adiós a este lado de los Pirineos.