Stellantis Europa estalla: "Estamos a unos meses de una tragedia"

Stellantis Europa estalla: "Estamos a unos meses de una tragedia"
Jean Philippe Imparato, Stellantis Europa: "Estamos a unos meses de una tragedia"

Te viene el jefe de Stellantis Europa, Jean Philippe Imparato, y suelta: "Estamos a unos meses de una tragedia". Ojito, que no hablamos de una peli de catástrofes, sino de coches reales, fábricas y curros en juego aquí en España y media Europa.

El grupo Stellantis y la liada parda

Stellantis ya sabes, ese mega grupo que maneja marcas como Peugeot, Opel, Citroën, Fiat, DS, Jeep y compañía. Tienen un montón de fábricas, incluso la de Vigo, una clásica en el mundo de la furgoneta comercial.

Pues resulta que su patinazo con los eléctricos empieza a oler. El sueño europeo de tener todos los furgones y coches industriales a pilas se les está atragantando. Y el Imparato, que fue jefazo de Peugeot, se ve venir el marrón. ¿Por qué? Muy sencillo: la Unión Europea les va a meter un puro de 2.600 millones de euros si no limpian las emisiones antes de 2027.

Números complicados, solo un 9% de eléctricos

Aquí no nos andamos con cuentos. Europa está exigiendo que en 2027 un 24% de las furgonetas industriales que vendan los fabricantes sean eléctricas. Stellantis… está en el 9%. Ni la mitad. Vamos, que entre las Peugeot e-Expert, Citroën ë-Jumpy, Opel Vivaro-e y Fiat E-Scudo, apenas rellenan la foto.

Y son furgones eléctricos, sí, pero el mercado español pasa bastante del tema. La mayoría de repartidores, pymes o autónomos que conozco, siguen tirando de diésel. La razón es tipo "tío, ¿dónde cargo el furgo?", "¿me va a morir en ruta con la mitad de la faena por hacer?". Y ojo: yo mismo, conduciendo una Citroën ë-Jumpy, con batería de 75 kWh, me vine arriba y hasta hice 260 km por autovía, pero sudando tinta con la autonomía (en invierno ni te cuento…).

Las fábricas de Stellantis, en modo pánico

Si la cosa no cambia, la amenaza es clara: chapar fábricas. Y no solo en Francia, que hablan de la planta de Hordain… aquí en Vigo tiemblan. Los compañeros de línea, los ingenieros, ya van con la mosca detrás de la oreja. ¿Cerrarían Vigo? Nadie sabe, pero esas cosas en la automoción no se dicen en voz alta, que luego se lía parda de verdad.

La cuerda está tensa. Para que te hagas una idea, en Vigo fabrican entre otros el Peugeot Partner, Citroën Berlingo, Opel Combo… vehículos comerciales que aquí en España son, vamos, "el pan de cada día" para el que curra repartiendo o lleva su taller en la furgo. Muchas versiones eléctricas se ven en catálogo, pero en la calle, poquísimas. Y el margen para Stellantis es ridículo comparado con el diésel tradicional.

¿Solución? Menos gasolina, más electricidad y bajón en ventas

Imparato lo tiene claro: si la cosa sigue igual, tendrán que reducir los coches de combustión. Es decir, fabricar menos coches de gasoil o gasolina, aunque el cliente realmente solo pida eso. Lo hacen para mejorar el porcentaje de eléctricos en la media, y que la UE no les ponga la multa.

Esto en el día a día implica menos volumen de producción. Y eso, en las fábricas españolas tipo Vigo, puede pasar a: menos turnos, menos contratos, menos alegría en el bar de la esquina. En serio, yo he visto esas bajadas de ritmo y se nota en el ambiente, la gente apaga el móvil por si llaman de recursos humanos.

¿Por qué la gente pasa de las furgos eléctricas en España?

Si tienes empresa y miras números, mola la etiqueta "0" para entrar sin miedo en Madrid o Barcelona, y puedes pillar alguna ayuda. Pero luego te das el tortazo: una Peugeot e-Expert arranca en más de 40.000 pavos… y no tiene ni 300 km reales con carga a tope. Fuera de las grandes ciudades, no encuentras cargadores ni para atrás. Eso sin meter el miedo a quedarte “tirado” a mitad de una ruta de reparto en mitad de Cuenca.

Para el particular, más de lo mismo: poca autonomía, precio alto y muchas dudas. Yo llevé mi Opel Vivaro-e cedido por la empresa con la batería gorda (75 kWh) y, sinceramente, hacía ruta de ciudad perfecto, pero el día que me tocó hacer trayecto largo, ya buscaba escapatoria y mentalmente planeaba la próxima parada en cargador cada media hora. No es cómodo para el trabajo real.

Normativa de Bruselas: la soga al cuello

La presión viene de la media máxima de emisiones que marca la UE por año. No es una opción. Si te pasas, pagas. Por eso muchos fabricantes optan por "forzar" eléctricos aunque el mercado español no esté ni preparado ni convencido.

Pasa también con los turismos, pero en la furgo comercial se nota más porque la gente le mete caña y necesita fiabilidad, rapidez y "no complicarse la vida". Ves los Volkswagen ID.Buzz Cargo, Ford E-Transit, Renault Kangoo E-Tech y son vehículos interesantes, pero en las calles españolas casi no se ven: el porcentaje de eléctricos es ridículo.

El ambiente en la industria está calentito

Las marcas están que trinan. Todos piden que la UE relaje el tema, especialmente para no cargarse el tejido industrial en países como España, donde las fábricas de furgonetas e industriales son clave. Volkswagen y Renault van por la misma línea: que dejen un poco de mano, o acabaremos viendo plantas paradas, parados con el café en el bar y, lo peor, ni furgo ni eléctrica ni de gasolina.

Algunos jefes de la industria, como el de Porsche, pasan totalmente del ultimátum eléctrico: seguirán vendiendo motores de combustión después de 2030, mientras puedan.

Por ahora, lo que hay, es ruido, nervios en las líneas de montaje, y mucha cara de susto en los corrillos del turno de noche. La tragedia que dice Imparato ya se asoma. ¿Y a ti? ¿Te comprarías una furgoneta eléctrica hoy para currar? ¿O sigues a piñón con el diésel de toda la vida con 300.000 km y rasca en frío?

Las cartas están sobre la mesa y aquí, en España, la partida va fuerte.