Seis claves que debes tener en cuenta antes de elegir marca en plena transición eléctrica

Seis claves que debes tener en cuenta antes de elegir marca en plena transición eléctrica
¿Cuántas marcas van a desaparecer en los próximos años?

La electrificación ha levantado la alfombra del sector del automóvil. Hay más marcas que nunca, los costes se están reordenando y la carrera por la batería y el software decide ganadores. Traducido: no todas las enseñas sobrevivirán. Si no quieres que tu próximo coche sea “el Nokia con ruedas”, esto es lo que debes mirar, hoy, con lupa.

1) Salud de la marca: señales que puedes verificar tú mismo

No necesitas un MBA para evaluar solidez. Haz estas comprobaciones antes de firmar:

  • Red comercial real: cuántos concesionarios y talleres oficiales hay a menos de 50 km de tu casa o negocio. Si dependes de uno solo, tu riesgo sube.
  • Plazos de recambios: pide por escrito tiempos medios de entrega de piezas de alto voltaje, lunas, paragolpes y electrónica. Más de 15 días de media en básicos es mala señal.
  • Compromiso de electrificación: pregunta por inversiones en baterías, alianzas tecnológicas y fábrica asignada al modelo que te interesa. Si todo son promesas y maquetas, cautela.
  • Volumen y cuota: una marca que vende poco en tu país tiene menos palanca de posventa y valor residual. Cruza matriculaciones locales del último año con su cuota histórica.

Consejo de compra: prioriza marcas con planes claros de batería y software, red establecida y modelos ya en la calle, no solo “anunciados”.

2) Batería: química, garantía y coste de sustitución

La batería es la mitad del coche. Lo útil no es el eslogan, sino estos datos:

  • Química: LFP suele ser más robusta y barata, ideal si haces mucha ciudad y cargas a menudo al 100%. NMC ofrece más densidad, mejor para quien necesita más autonomía por peso.
  • Garantía medible: pide por escrito porcentaje mínimo de capacidad al final del periodo. Objetivo razonable: 70-80% a 8 años o 160.000 km.
  • Sustitución y reparabilidad: solicita el precio de un módulo y de un pack completo, disponibilidad de recambio en España y tiempos de sustitución. Saberlo antes evita sorpresas de cinco cifras.
  • Certificado de salud: en usados, exige informe de SOH de la batería con lectura del BMS y prueba de carga. Si no te lo dan, no compres.

Regla práctica: compra la química que mejor encaja con tu uso y una garantía con números, no adjetivos.

3) Software y actualizaciones: soporte real y sin letra pequeña

El coche eléctrico ya es un dispositivo conectado. Lo que te interesa es:

  • Actualizaciones OTA: ¿qué se actualiza, con qué frecuencia y durante cuántos años? Exige compromiso mínimo de soporte (p. ej., 8 años de actualizaciones críticas).
  • Funciones críticas offline: el coche debe mantener funciones básicas aunque el servidor “tenga un mal día”. Pregunta por redundancias.
  • Ciberseguridad y privacidad: solicita política de datos y posibilidad de optar por no compartir telemetría sin perder funciones esenciales.
  • Coste de funciones: huye de sorpresas de suscripciones para elementos clave. Pide el listado de funciones de pago y su precio anual.

Truco del veterano: prueba el coche una semana si puedes. Las pegas de software aparecen en el día a día, no en un test de 20 minutos.

4) Coste total de propiedad: calcula con escenarios conservadores

El PVP es el titular, pero el valor residual es la noticia. Construye tu TCO con:

  • Depreciación: para marcas nuevas o con red débil, aplica un -10/-15% extra de depreciación a 4 años frente a competidores consolidados.
  • Seguro y mantenimiento: pide tres ofertas de aseguradora con idénticas coberturas; contrasta precios de mantenimiento de HV, líquido refrigerante de batería y frenos.
  • Energía: calcula a 12 meses vista con 3 escenarios de precio de kWh (bajo, medio, alto) y añade un 20% por pérdidas de carga.
  • Financiación: atención a TAE real y a los valores garantizados de recompra. Un buy-back firmado reduce riesgo de valor residual.

Regla de oro: si el TCO a 5 años de tu segunda opción es similar y la marca tiene más músculo, ve a lo seguro.

La autonomía WLTP es literatura. Lo que cuenta es tu ruta:

  • Prueba a 120 km/h: solicita un test en autopista para medir consumo real en kWh/100 km. Un 10% menos de consumo equivale a un “depósito” extra cada mes.
  • Curva de carga: no mires solo “hasta 150 kW”. Importa cuánto tiempo sostiene potencias altas entre el 10 y el 60%. Pide el gráfico o crónometralo tú.
  • Plan B de carga: identifica dos puntos de alta potencia alternativos en tu ruta habitual y confirma compatibilidad de conectores y medios de pago.
  • Gestión térmica: pregunta por preacondicionamiento de batería en ruta y en carga. Reduce tiempos y alarga la vida útil.

Pro tip: si haces muchos viajes largos, prioriza redes propias o acuerdos amplios de carga y una arquitectura que no “se caiga” a 40 kW a la mínima.

6) Posventa que responde: herramientas, plazos y coche de sustitución

Cuando algo falla, necesitas hechos:

  • Capacitación HV: el taller debe tener técnicos certificados en alta tensión y equipos de aislamiento. Pídeles ver la certificación y su plan de formación anual.
  • Herramientas de diagnosis: confirma que disponen de lectura de batería, actualización OTA en taller y calibraciones ADAS.
  • Tiempos de cita y sustitución: por escrito, tiempo medio de cita, de reparación y disponibilidad de coche de cortesía. Si no se comprometen, desconfía.
  • Stock local: averigua si hay stock de módulos de batería y electrónica en el país. Dependencia total del extranjero alarga paradas.

Cláusula salvavidas: incluye en contrato un compromiso de vehículo de sustitución si la reparación supera X días.

Qué haría yo hoy

  • Definir mi patrón de uso real durante un mes y elegir química y capacidad de batería en función de eso.
  • Preseleccionar tres marcas con red solvente y planes claros de software y batería.
  • Calcular TCO a 5 años con tres escenarios y valor residual conservador.
  • Exigir prueba en autopista y lectura de batería en el modelo elegido.
  • Negociar por escrito soporte de software, plazos de recambios y coche de sustitución.

La electrificación no es el fin del mundo, pero sí el fin de la compra “por logo”. Con estos filtros, reduces el ruido del marketing y te quedas con lo que de verdad te hará la vida más fácil… y más barata.