SEAT y CUPRA ponen a Markus Haupt al mando para convertir promesas en kilovatios con Raval y Tindaya
CUPRA pisa el acelerador con la renovación de su gama y con un foco cada vez más eléctrico. Es la cara más pasional del Grupo Volkswagen y lo demuestra con productos de diseño afilado y mucha tecnología. SEAT, en cambio, mantiene el pie en la gasolina y necesita un empujón para no descolgarse. Ese empujón ya tiene nombre y apellidos. Se llama Markus Haupt.
Un CEO que ya había calentado motores
Haupt no aterriza de nuevas. Desde el 1 de abril ejercía como CEO interino tras la salida de Wayne Griffiths. Ahora asume el cargo de forma definitiva con una hoja de ruta clara. Continuidad en la transformación, más electrificación y lanzamientos que muevan la aguja. Él mismo lo resume con una idea sencilla. Toca dirigir la etapa más ambiciosa de la compañía y llevar a producción proyectos como el CUPRA Raval y el Tindaya.
CUPRA, de la chispa al enchufe
La marca deportiva ya ha enseñado los dientes con propuestas cien por cien eléctricas y con híbridos enchufables de altas prestaciones. El Raval será su urbano eléctrico con vocación de superventas. El Tindaya apunta a pieza clave en la cúpula de la gama y a escaparate de diseño y software. Si CUPRA mantiene el ritmo, su papel será el de tractor tecnológico del ecosistema de Martorell.
Haupt lo sabe. CUPRA vende deseo y también datos. El reto es sostener ese equilibrio para que cada lanzamiento aporte margen, imagen y volumen. Sin olvidar la calidad percibida, que en esta liga se mide al milímetro.
SEAT necesita el siguiente giro de volante
La foto actual de SEAT es más prudente. Su catálogo sigue dominado por gasolina y variantes electrificadas ligeras. Aun así, hay señales positivas. Las ventas de SEAT crecieron en los primeros ocho meses de 2025, impulsadas en parte por el tirón de CUPRA. Buen síntoma, pero no basta.
Próxima parada. Ibiza y Arona. Dos modelos clave de acceso que deberían adoptar mecánicas mild hybrid para ganar eficiencia y cumplir con emisiones sin disparar precios. Es una transición lógica antes de dar saltos mayores, porque no todo cliente está listo para un eléctrico puro y no toda red de carga acompaña al mismo ritmo.
Cinco prioridades que marcarán la era Haupt
- Alinear las dos marcas sin canibalizarlas. CUPRA como punta emocional y tecnológica. SEAT como acceso inteligente y eficiente.
- Asegurar la industrialización de los eléctricos con coste contenido. Del prototipo a la línea de montaje sin sustos.
- Afinar el software y los servicios conectados. La experiencia digital ya pesa tanto como el chasis.
- Escalar la electrificación de SEAT con soluciones graduales. Híbridos ligeros ahora. Arquitecturas más avanzadas cuando el mercado lo pida.
- Mantener el pulso comercial. Más cuota sin perder rentabilidad. Vender bien hoy para financiar el mañana.
Qué cabe esperar a corto y medio plazo
En el corto plazo veremos renovación de interiores, asistentes más capaces y trenes motrices actualizados en los modelos de volumen. En CUPRA, más protagonismo eléctrico y puesta de largo del Raval. SEAT debería consolidar el Ibiza y el Arona con eficiencia mejorada y costes razonables. En el medio plazo, el Tindaya tiene papeletas para convertirse en bandera de diseño y tecnología de CUPRA.
No todo será un pase de desfile. La cadena de suministro, la normativa de emisiones y la sensibilidad al precio del cliente europeo exigirán cintura. Precisamente por eso la doble marca puede ser una ventaja. Una emociona. La otra democratiza.
La letra pequeña del cambio
La electrificación no es solo meter baterías. Es repensar plataformas, servicios posventa, formación de red y acuerdos energéticos. También exige comunicar mejor. Explicar autonomía real, tiempos de carga y costes de uso sin fuegos artificiales. Si SEAT y CUPRA lo cuentan con claridad, el cliente lo compra con menos dudas.
Markus Haupt hereda un proyecto con inercia positiva en CUPRA y con tarea pendiente en SEAT. Si logra que el Raval y el Tindaya lleguen a tiempo y que Ibiza y Arona ganen eficiencia sin perder precio, el plan encaja. La electrificación no es una moda. Es un examen continuo. Y el nuevo CEO parece dispuesto a estudiarlo con la calculadora en una mano y el cargador en la otra.
