¿Qué está pasando con los neumáticos chinos? Spoiler: Europa tiembla

El drama lo suelta la jefa de Michelin en España, María Paz Robina. Sueltan el típico discursito corporativo, pero en el fondo hay nervios: los neumáticos chinos están entrando a lo salvaje en Europa. Hace 20 años tenían un 5% de mercado. Ahora, un 20%. Cuadruplica, colega. Y claro, los clásicos europeos sudando tinta porque los chinos, además, llegan con precios de derribo.
Cubiertas baratas vs. “premium”: lo que hay debajo de la goma
Las cubiertas “made in China” han dejado de ser ese producto de baratillo que sólo montaba tu vecino en el Ibiza para pasar la ITV tiradísimo. Ahora las marcas chinas como Linglong, Triangle, Goodride o Sailun están en talleres y ventas online, y cada vez se montan más en coches de renting, flotas y hasta turismos nuevos Hyundai, MG o BYD.
Mientras tanto Michelin, Continental, Bridgestone y compañía ven cómo cada año lo tienen más crudo para seguir liderando el sector. El coste de fabricación europeo es mucho más alto, y la UE pone mil normas de seguridad, reciclaje, etiquetado y rollos verdes.
Los chinos hacen neumáticos más baratos y, aunque a veces van algo peores en agarre en mojado o desgaste, para muchos conductores de España eso es secundario. Aquí si te ahorras 80 pavos en cuatro ruedas, el ánimo sube.
De los MG a los BYD: coches chinos, ruedas chinas (y algunos datos técnicos)
Nunca habías oído hablar de Omoda, Jaecoo o Jetour, ¿verdad? Ahora los ves por la calle, con diseños que parecen sacados de un videojuego. El MG ZS, por ejemplo, se vende como churros en España. Te lo encuentras por 14.000 euros pelado. Lleva conjuntos motrices sencillos, motores de gasolina de 106 a 120 CV que tragan poco, pero lo que la peña no mira: el neumático de serie suele ser chino. Medidas bien típicas: 215/55 R17, y normalmente gomas Maxxis o Giti, nada de Michelin.
El BYD Atto 3, eléctrico recién llegado y con pinta marciana, sale de fábrica con neumáticos chinos también. Lleva una batería de 60 kWh (más autonomía de la que parece), pesa casi 1.700 kilos, y monta ruedas de 215/55 R18. Son neumáticos de la propia BYD o de Linglong, y no rinden mal, pero no están al nivel de un Michelin Primacy en frenada de emergencia. Pero claro, el precio que se ahorran los de leasing es bestial.
He probado el MG ZS con gomas chinas de serie y... cumplen, pero en cuanto llueve y pillas una rotonda rápida, la trasera empieza a protestar que da gusto. ¿Pérdida de agarre? No peligrosa, pero hay diferencia con un Continental o un Bridgestone. Eso sí, en autopista y por ciudad, sin problemas ni vibraciones raras.
Fabricantes clásicos: Michelin jugando a la defensiva y sacando pecho
Michelin monta en España neumáticos premium como el Primacy 4+ o el e.Primacy. El primero es el típico para familiar diésel y el segundo, diseñado para eléctricos y SUVs, etiqueta consumo A o B y buena frenada en mojado. Los Primacy 4+, por ejemplo, aguantan hasta 40.000/45.000 km conduciendo normal (lo he visto en clientes).
Pero claro, la fabricación top cuesta: más certificados, sueldos, energía y el rollo de la sostenibilidad. El Primacy 4+ 205/55 R16 ronda los 95 euros en taller, mientras que un Goodride chino, similar medida, menos de 60. Si tienes que montar cuatro, la broma suma. Ahí está la diferencia.
La Unión Europea: ¿pintamos algo en esto?
La propia jefa de Michelin dice que los fabricantes chinos juegan con otras reglas. En Europa, entre homologaciones, controles medioambientales y los contratos de trabajo que aquí no son lo mismo, la competencia es desigual. Robina no quiere que cierren fronteras, pero pide que todos—chinos y europeos—jueguen con la misma baraja.
Ahora, la leche es que marcas como Michelin siguen fabricantes en Valladolid, Vitoria o Aranda de Duero y tienen que cumplir mil galimatías legales. Si China quiere vender aquí, lo lógico sería exigirles los mismos crash tests y etiquetas.
¿Solo es un lío de neumáticos?
No. Las ventas de coches nuevos en España tampoco están para tirar cohetes. Cada vez se venden más coches de segunda mano (80% del mercado, ojo), y muchos de esos llevan ruedas chinas porque ahorrarse 100 euros mola más que presumir de cinturón “premium”. Encima, con el eléctrico, muchas marcas de neumáticos no están preparadas para la tracción instantánea de estos coches y el desgaste fulgurante que pegan.
Un paseo personal por el taller y la calle
Tengo colegas mecánicos que en su día renegaban del neumático chino y ahora montan el doble que antes. No por gusto, sino porque el cliente, cuando ve la factura, lo prefiere. Si metes un Linglong o un Goodride, la diferencia de precio lo peta. Eso sí, a veces sí se nota vibración o ruido más fuerte—algo evidente si eres muy exigente conduciendo.
Yo mismo monté hace años Linglong en un Opel Astra 1.6 y... madre mía en mojado, pero para ir al curro y volver, ni tan mal. En cambio, en un Golf IV con Michelin Energy Saver, el coche iba sobre railes incluso haciendo un poco el cafre por curvas.
¿Y qué marcas están arrasando en España?
Las tres chinas más vistas:
- Linglong: barato, gama “Sport Master”, sobre todo en medidas de 16 y 17 pulgadas.
- Sailun: mejora en mojado, pero sigue sin llegar al nivel europeo.
- Triangle: usadas en taxis y mucho renting, baratas y consumen poco, pero el agarre en seco flojea si conduces con alegría.
El futuro del neumático en España tiene nombre… y ojos rasgados
El pronóstico es sencillo: cada año más neumáticos asiáticos y los europeos apretando el culo para ponerse al día o convencerte de pagar más. Si los controles y la normativa igualan, veremos si el usuario típico sigue optando por precio o se anima a por mejores prestaciones.
El sector de la automoción en España se lo toma medio a coña, medio de uñas. Los talleres van con el margen tan justo que el neumático chino es el pan de cada día. Larga vida a la rueda barata, pero ojo con las lluvias torrenciales de otoño en la A6.