¿Qué diablos es un range extender y por qué deberías saberlo?

¿Qué diablos es un range extender y por qué deberías saberlo?
Range Extender: ¿el futuro?

Olvida lo típico de gasolina, diésel, enchufar el coche y a correr. El futuro va mucho más allá del coche eléctrico puro y duro. Hoy toca hablarte de los famosos range extenders, esa movida tecnológica que lleva dando vueltas décadas pero que ahora puede dar el salto gracias al gigante ZF. Sí, el mismo que mete sus piezas hasta en coches que ni sospechas cuando conduces por la A6.

Range extender: ¿batería pequeña + motorcillo = milagro?

Me mola cómo está la peña en las conversaciones de bar: "Los eléctricos no me sirven para irme a Cáceres sin parar, me quedo tirado en Talavera con dos rayas". Pues un range extender, así dicho rápido y sucio, es una especie de truco: tienes un coche eléctrico, pero con una batería más modesta (porque sale cara y pesa lo suyo), y cuando te vas quedando seco, entra en juego un motor de combustión pequeñito que sólo sirve para recargar la batería. No para mover las ruedas, ¿eh? Aquí las únicas ruedas que empuja son las del cabreo cuando te quedas sin gasolina para el propio generador.

Esto ya lo veíamos en los 90 con Citroën y Peugeot trasteando con Saxo, Xsara, incluso Berlingo. Muy friki, muy raro. Nada que ver con lo que hubo después, como el Chevrolet Volt (que por cierto, lo conducí en un evento de prensa hace años y me dejó flipando cómo podía alternar en modo sigilo eléctrico y luego poner el tres cilindros a recargar como si nada).

No, no es un híbrido normal

Te veo venir: "Entonces, ¿es como un híbrido tipo Prius?" No, tío. La diferencia gorda es que en un híbrido normal o enchufable, el motor térmico puede moverte el coche directamente, solo o ayudando al eléctrico. En el range extender, el motor de gasolina sólo recarga la batería. Aquí circularás en todo momento como si estuvieras sobre un eléctrico puro. Nada de que al pisar fondo salte el calor, ruido y vibraciones, solo zum. Es lo que llaman "híbrido en serie".

También puedes enchufar la batería como un PHEV normal, porque estos sistemas suelen llevar cargador. Pero la clave está en que el motor térmico nunca empuja ruedas, jamás.

El nuevo ZF eRE y eRE+ lo modular mola

Aquí es donde entra ZF, la todopoderosa alemana que, si te metes en un taller, seguro que acabas viendo sus logos por todas partes. Van a sacar en 2026 dos bichos llamados eRE y eRE+ (sí, nombres de Discman, pero qué se le va a hacer).

Lo bueno es que los fabricantes podrán meter estos sistemas casi como Lego en sus coches: ZF pone el motor eléctrico, el generador y todo el software, y los fabricantes pueden elegir qué motor térmico o qué batería quieren (el motor suele ir en el eje trasero y el generador en el delantero o viceversa). Esto es clave porque aquí cada uno tiene sus manías y motores, así que acoplarlo será sencillo, sin tener que reinventar la rueda.

Además, la arquitectura es válida tanto para 400V como para 800V, esto último empieza a ser casi imprescindible. De 400 a 800V va un mundo para cargar rápido: con 800V puedes meterle más chicha en menos tiempo, típico en eléctricos gordos tipo Porsche Taycan.

Niveles de potencia para todos, desde furgos a deportivos

El ZF eRE produce una horquilla de 94 a 148 caballos eléctricos, suficiente para urbanos, compactos y hasta algún SUV light. El eRE+, gracias a una jugada de planetarios, embrague cachondo y diferencial, puede estirarse hasta unos 201 caballos eléctricos. El truco del eRE+ es que permite meter la tracción total, porque aporta la potencia en ambos ejes. No es poca broma.

¿Y la experiencia? Lo he catado en prototipo y la respuesta es instantánea, pero no una patada loca de Tesla. Acelera bien, recupera mejor por el par instantáneo, pero aquí el enfoque es eficiencia y que no sudes tinta cuando sales del parking del IKEA con la batería tiritando.

Ya hubo cosas parecidas, pero oye…

El concepto no es tan nuevo. El BMW i3 REx y el Opel Ampera (el Volt europeo) salieron hace ya unos años, pero se pegaron un palo en ventas aquí en España. ¿Por qué? Primero porque costaban un riñón y nadie entendía muy bien qué hacían. Ahora, con el eléctrico puro subiendo de precio y la infraestructura de carga en España, por decirlo fino, aún “en obras”, igual toca darles una segunda oportunidad.

Además, si ZF consigue que los fabricantes no se tengan que dejar una morterada en adaptar la tecnología, los precios podrían cuadrar más. Aquí Citroën, Opel y compañía podrían hacer cositas chulas para el mercado generalista.

Ventajas reales en nuestro puñetero día a día

En España, tenemos muchas zonas rurales y trayectos largos con poca carga rápida. Aquí un range extender sí tiene jugo, porque aunque tengas autonomía eléctrica limitada, cuando empiece el tembleque, el generador arranca y te quita el miedo. Eso sí, cuando lo hace, vas oyendo el motorcito, pero no se oye casi nada comparado con el motor principal, y el consumo, si lo usas todo el rato como gasolina, tampoco es ninguna maravilla.

Pero para los que hacen un 60% de kilómetros en ciudad y el resto se largan a la sierra los findes, podría cuadrar.

Técnicas y tripas: jugando con el software

ZF incluye el inversor y un software propio que ajusta cómo y cuándo el generador mete chicha a la batería. Y eso puede molar, porque la experiencia se puede personalizar para cada modelo. Además, se pueden hacer cosillas como cargar la batería mientras solo circulas en trasera, y cuando quieres tracción total, le metes la delantera. Curioso para deportivos que quieras jugar con modos, o incluso para SUVs con modos nieve o barro.

Eso sí, el fabricante tiene que poner su motor térmico y la batería, así que no todos los sistemas serán iguales.

¿Y en España, cómo cuadra esto?

Aquí la cosa irá muy por barrios. Para flotas, taxis urbanos o repartidores, este sistema podría ser la pera porque se olvidan del "range anxiety" y no necesitan infraestructura brutal de recarga rápida. Pero para el particular de a pie, tengo colegas que siguen en modo diésel por los 1.000 kilómetros del tirón y paradas de tres minutos... De momento, las estadísticas de ventas eléctricas en nuestro país siguen flojas fuera de las ciudades grandes.

Pero la realidad es que si ZF y los fabricantes lo hacen bien, la típica conversación de cuñados sobre autonomía igual empieza a tener menos sentido. Y algunos, como yo, nos apuntaríamos a un eléctrico con range extender para tener lo mejor de dos mundos. Si no lo has probado, te recomiendo hacerlo: cambia el chip más de lo que te imaginas.