¿Qué cambia para los coches con etiqueta B desde enero y en 2026?

¿Qué cambia para los coches con etiqueta B desde enero y en 2026?
Llega el drama a las etiquetas B

La película de las Zonas de Bajas Emisiones ha tenido hasta ahora a los coches sin distintivo como protagonistas del drama. Pero el reparto está cambiando. A partir de enero empezarán a crecer las ZBE que ya no permitirán la entrada de vehículos con etiqueta B y la multa por colarse alcanza los 200 euros. Y 2026 se perfila como el año en el que varias ciudades rematarán el giro con vetos más claros para esta categoría. Si tu coche luce la pegatina amarilla, conviene que ajustes el GPS mental.

Un recordatorio útil

La etiqueta B identifica a turismos de gasolina que cumplen Euro 3 y se matricularon a partir de 2000 y a diésel Euro 4 y Euro 5, en su mayoría matriculados entre 2006 y 2013. Son coches con años de servicio que, aunque no están en la diana más estricta, emiten más que los C o los ECO. Las ZBE nacieron para recortar emisiones en áreas urbanas con más contaminación y cada ayuntamiento regula los accesos con cámaras y carteles específicos. De ahí que el mapa cambie por barrios.

Madrid la primera de la clase

Madrid fue de las primeras en mover ficha con los B. En el Distrito Centro, dentro de su ZBE de Especial Protección, los coches con etiqueta B tienen el paso muy limitado, igual que los C. Existe un salvavidas. Si entras y lo dejas en un aparcamiento público adherido, el sistema te perdona la infracción. Esta excepción ha permitido a muchos conductores seguir entrando puntualmente sin miedo a la receta. No es un pase VIP, pero sí una herramienta útil para quienes necesitan acceder por trabajo o gestiones concretas.

Bilbao sube el listón

Bilbao ha apostado por un enfoque parecido, aunque allí el listón ya ha subido para los que llevan la pegatina C. Desde junio de este año no se permite su circulación en horario laboral. Hablamos de lunes a viernes entre las siete de la mañana y las ocho de la tarde. Fuera de ese tramo se puede circular sin sanción. Más que una curiosidad, es una señal de por dónde va el guion. Si una gran ciudad restringe a los C en franjas horarias, los B no deberían esperar alfombra roja a medio plazo en su ZBE.

Cataluña la más contundente

El movimiento más contundente llega desde Cataluña. La Generalitat ha activado el Plan de calidad del aire horizonte 2027 y pide a todos los municipios de más de cincuenta mil habitantes que regulen la entrada de los vehículos con etiqueta B en sus Zonas de Bajas Emisiones. No es un deseo abstracto. Es una llamada a que las ciudades implanten reglas claras para los B dentro de sus perímetros de aire protegido. En la práctica significa más señales, más cámaras y menos margen para improvisar.

Todo esto y más a partir de Enero

Esto entronca con lo que veremos desde enero. Más ayuntamientos sumarán ZBE activas con restricciones específicas para los B y habrá menos excepciones. Donde hoy se tolera el acceso sin motivo, mañana habrá detectores que no perdonan. El mensaje es sencillo. Entra sin permiso y te arriesgas a 200 euros. La cifra pesa y la gestión es automática gracias a la lectura de matrículas. Ya no es solo cuestión de gasoil o gasolina. Es cuestión de etiqueta y de dónde la pones a circular.

Para quien depende a diario de un coche con etiqueta B, la estrategia cambia. En Madrid, utilizar un parking público adherido sigue siendo una salida válida si necesitas cruzar la frontera del Centro. En ciudades con franjas horarias como Bilbao conviene planificar la ruta dentro de los tramos permitidos si no quieres financiar la decoración navideña del consistorio. En Cataluña habrá que seguir de cerca los bandos municipales, porque el plan autonómico empuja a homogeneizar criterios en todo el territorio y eso implica novedades por oleadas.

La clave es que ya no vale la creencia de que tener distintivo basta para moverte libremente. La etiqueta B pierde privilegios con rapidez. Los coches con etiqueta C ya sufren límites serios en algunas ciudades y eso anticipa un mayor rigor con los B. No es que mañana desaparezcan de las urbes, pero aumenta la probabilidad de que te toque aparcar fuera del anillo y rematar el trayecto con transporte público o con un parking que valide tu entrada. El famoso mix de movilidad deja de ser eslogan y se convierte en rutina.

Impacto irregular

El impacto no será idéntico en todas partes. Hay municipios que avanzan a toda velocidad y otros que van por detrás con calendarios más suaves. La tendencia general es clara y está respaldada por planes regionales y por el objetivo de reducir episodios de aire sucio. El conductor que se informe antes de viajar a otra ciudad tendrá ventaja. Identificar si existe ZBE, saber si hay franjas temporales, confirmar si hay parkings asociados o si se necesita una autorización puntual te ahorra problemas. Hoy más que nunca, la señalización manda.

Queda por ver cómo evoluciona la flexibilidad con colectivos específicos. Residentes, profesionales con carga y descarga o personas con movilidad reducida suelen contar con tratamientos diferenciados. También están por definir matices como la convivencia con los B en anillos exteriores o la creación de corredores de acceso a hospitales y estaciones. En cada ciudad se están negociando detalles que pueden marcar la diferencia entre aparcar a la primera o dar una vuelta de más.