OMODA & JAECOO quieren destronar a MG y BYD, el ambicioso plan chino que agita el mercado español

OMODA & JAECOO quieren destronar a MG y BYD, el ambicioso plan chino que agita el mercado español
El asalto chino que nadie vio venir

El mercado español de coches parecía un tablero de ajedrez, con las marcas tradicionales moviendo ficha y los eléctricos intentando colarse por los flancos. Pero en solo año y medio, OMODA & JAECOO han irrumpido como el jugador inesperado que, al grito de “¡aquí estamos para ganar!”, ya suma más de 14.000 coches matriculados. No es un mal dato para quien acaba de llegar a la fiesta… y casi iguala a veteranos del sector como BYD.

Objetivo: liderar entre las marcas chinas (y mirar de reojo a Europa)

Shawn Xu, CEO global de OMODA & JAECOO y vicepresidente del gigante Chery, no es precisamente tímido en sus declaraciones: su meta es clara, quieren ser el número uno entre las marcas chinas en España. Y no es simple fanfarronería: ya han adelantado a rivales como Lynk & Co y van con la vista puesta en MG, el actual rey de los SUV chinos.

Pero Xu lo tiene claro: nada de fuegos artificiales ni crecimiento sin cabeza. Su receta pasa por lanzar modelos con calma, uno a uno, asegurando el éxito de cada novedad. Primero fue el Omoda 5, después llegó el Jaecoo 7; el plan es afianzar cada paso antes de lanzarse al siguiente. En un sector donde muchos corren y pocos llegan, parece que han decidido no tropezar con la misma piedra.

Catálogo para todos los gustos (y normativas europeas)

El menú de OMODA & JAECOO incluye opciones para casi cualquier cliente que quiera un SUV: gasolina, híbridos clásicos, híbridos enchufables y eléctricos puros. Pero lo realmente interesante es su apuesta por la tecnología híbrida, especialmente la enchufable (PHEV) y, próximamente, la convencional (HEV), que debutará en el Omoda 5.

¿Por qué este enfoque híbrido? Porque la Unión Europea ha puesto pegas (y aranceles) a los eléctricos chinos, pero los híbridos se libran del sablazo fiscal. Sí, aquí hay estrategia comercial y política a partes iguales. Xu lo deja claro: la autonomía extendida no entra en sus planes por ahora, mejor apostar por lo que les da ventaja competitiva.

España como trampolín europeo (con parada técnica en Barcelona)

España no está aquí solo para sumar ventas: es la plataforma elegida por Chery para saltar al resto del continente. De hecho, han reactivado parte de la antigua planta de Nissan en Barcelona junto a su socio local EBRO. Aunque la producción se retrasa más que una reforma de baño, Chery compensa abriendo un nuevo centro de I+D en la ciudad condal. Será el segundo gran laboratorio europeo tras el que ya tienen en Alemania.

Xu da pistas del porqué: considera que España es un país grande, abierto y perfecto para consolidar la marca antes del salto continental. Si salen bien las cosas aquí, lo demás será coser y cantar… o eso esperan.

Diseño, confianza y una red comercial en expansión

Una cosa tienen clara en OMODA & JAECOO: por mucho coche bonito que vendas, si no tienes una red comercial sólida, te comes los mocos. Actualmente presumen de 86 concesionarios y aspiran a llegar a 100 en tiempo récord. Saben que el cliente español no se fía solo de promesas ni de anuncios con música épica; quiere respaldo antes y después de comprar.

El diseño diferenciador ha conquistado a quienes buscan algo distinto entre tanto SUV clónico, pero la clave está siendo escuchar al consumidor europeo y adaptar cada modelo a sus gustos y necesidades. Para lograrlo, trabajan mano a mano con su planta alemana de desarrollo. Nadie quiere disgustos tras estrenar coche nuevo.

¿Podrán lograrlo? El reto está servido

El CEO Xu no oculta que el mercado español es tan competitivo como una final de Champions. Pero insiste: la combinación de tecnología, diseño y cercanía al cliente es su fórmula para escalar posiciones hasta el podio. ¿Llegarán a ser el número uno entre las marcas chinas? No hay bola de cristal, pero lo que está claro es que OMODA & JAECOO han venido para jugar fuerte… y no parecen dispuestos a conformarse con un papel secundario.