¿Montar coches chinos en España nos hace más europeos? Chery y el modelo que incomoda a Bruselas

Europa siempre ha sido un continente de grandes ideas, desde el Renacimiento hasta el coche eléctrico. Pero, de repente, nos encontramos en una encrucijada: ¿estamos fabricando coches en casa o simplemente montando piezas enviadas por barco desde China? Spoiler: la Comisión Europea no está nada convencida de que esto último sea el futuro brillante que queremos para el sector.
La llegada de Chery a España: ¿un ejemplo a seguir o una lección por aprender?
Cuando Chery, uno de los gigantes automovilísticos chinos, anunció su desembarco en Barcelona, muchos celebraron la creación de empleo. Que nadie diga que no nos alegran las buenas noticias en la industria nacional. El acuerdo con EV Motors para revivir la antigua planta de Nissan prometía actividad y movimiento donde antes solo quedaba eco.
Pero aquí viene el giro: según Stéphane Séjourné, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Estrategia Industrial, lo que realmente ocurre es que estamos ensamblando coches con piezas cien por cien chinas. O sea, trabajo sí, pero del que suma poco a la economía europea. Ni desarrollo tecnológico ni tejido industrial propio; solo montaje rápido para esquivar aranceles.
¿Por qué este modelo preocupa a Bruselas?
El problema no es que venga inversión extranjera. Europa no va a cerrar la puerta a quien quiera apostar por nuestro mercado. El asunto está en el tipo de inversión: montar fábricas con piezas importadas, sin transferencia real de tecnología ni valor añadido. ¿Resultado? Empleo precario y poca autonomía para los fabricantes europeos.
Chery no es un recién llegado: lleva más de dos décadas liderando las exportaciones chinas y opera en más de 80 países. Hace poco incluso anunció un centro de I+D en Cataluña, pero por ahora el grueso del negocio es importar componentes y ensamblarlos aquí. Para la Comisión Europea, eso no da para una industria sólida ni para competir con los grandes.
Más allá de los aranceles: ¿qué puede hacer Europa?
Estados Unidos ha optado por subir aranceles como si fueran persianas en plena ola de calor, pero Bruselas duda que esa sea la solución mágica. En vez de bloquear, proponen incentivar: obligar a que al menos un 60% de los componentes de los coches vendidos en Europa se fabriquen aquí mismo. La idea es sencilla: si quieres vender en Europa, hazlo con piezas europeas.
También se plantea exigir acuerdos de colaboración en investigación y desarrollo y asegurar que la tecnología no solo llegue, sino que se quede y crezca en suelo europeo. Si no, acabaremos siendo una fábrica barata para marcas extranjeras, y eso nunca fue parte del sueño europeo.
El reto: pasar del “ensamblaje exprés” al liderazgo industrial
La advertencia está clara: si Europa quiere volver a ser referencia en automoción (y no solo un taller de montaje), necesita reforzar su independencia tecnológica y productiva. No basta con poner una pegatina local a un producto cien por cien importado.
Chery ha puesto el tema sobre la mesa, pero esto afecta a toda la industria. Los próximos años decidirán si Europa es líder o seguidor. Mientras tanto, cada vez que veas un coche “fabricado” aquí, pregúntate: ¿cuánto tiene realmente de europeo? Y no te extrañe si la respuesta te sorprende más que los extras del modelo tope de gama.