Lucid Gravity a prueba de autonomía real con sorpresa, carga récord y alcance menos brillante

Lucid Gravity a prueba de autonomía real con sorpresa, carga récord y alcance menos brillante
Prueba de autonomía de Lucid Gravity: bien, pero no perfecto

Lucid lleva meses repitiendo que su Gravity es el mejor SUV eléctrico del planeta. Y razones no le faltan sobre el papel. Diseño fino, acabados serios y la promesa grande de una autonomía oficial que se codea con berlinas. El interés es real, tanto que se agotó en un abrir y cerrar de ojos tras ponerse a la venta. Tocaba bajarlo al asfalto y medir lo que importa en el día a día.

Qué promete el Gravity

La ficha técnica es de las que levantan una ceja

  • Hasta 725 kilómetros de autonomía en ciclo EPA, el registro más alto para un SUV eléctrico en Estados Unidos
  • Batería de 123 kWh de capacidad útil anunciada
  • Dos motores y 828 CV para moverlo con alegría
  • Arquitectura de 900 voltios
  • Carga rápida a 350 kW en corriente continua

La EPA suele acercarse más a la vida real que la WLTP europea y mucho más que la CLTC china. Aun así, el tráfico, el clima y la orografía siempre tienen la última palabra.

La prueba que pone tierra de por medio entre teoría y práctica

Un canal estadounidense especializado en consumo y autonomía ha sometido al Gravity a una ruta en condiciones reales. Nada de laboratorio, nada de atajos. Ritmos de autopista, clima normal, tráfico humano. Lo de todos. El veredicto no ha sido un baño de realidad total, pero sí ha enfriado el entusiasmo de los números oficiales.

Lo mejor y lo que flojea

La sesión arroja dos titulares claros

  • Carga ultrarrápida impecable. El sistema de 900 voltios y la curva de carga están muy logrados. Sube potencia con rapidez, la sostiene con coherencia y aprovecha bien los 350 kW cuando el punto lo permite
  • Autonomía real por debajo de lo prometido. No es mala, ni mucho menos, pero no alcanza las expectativas marcadas por la cifra EPA en este escenario

Esto no convierte al Gravity en un farol. Simplemente coloca su alcance en el terreno real que pisan los compradores, donde la física manda.

Por qué la cifra EPA no siempre aparece en tu cuadro

Lo que suele recortar kilómetros en la práctica

  • Velocidades sostenidas de autopista
  • Temperaturas que sacan a la bomba de calor de su zona dulce
  • Llantas grandes y neumáticos de alto agarre
  • Desniveles y viento frontal
  • Carga a bordo y conducción menos suave de lo que dice tu yo racional

Aun con todo, el consumo del Gravity es competitivo para su tamaño y potencia. No es un balón de playa, pero tampoco un ladrillo aerodinámico.

Contexto útil para situarlo

Lucid no es nueva en esto. El Air ya demostró que sabe exprimir electrones con un récord de autonomía registrado en Europa que pasó de los 1200 kilómetros en condiciones de prueba controladas. El Gravity es otra liga por forma y peso. Y enfrente tiene rivales que no se cortan en sacar pecho, con nombres muy conocidos y otros recién llegados desde China. Entre lo que prometen unos y otros hay poco aire, en la carretera es donde aparecen las diferencias.

Qué debe mirar quien se plantee un Gravity

Si piensas en un SUV eléctrico grande y prestacional, toma nota

  • La velocidad de carga real pesa tanto como el alcance. Si haces viajes, recortar minutos en cada parada vale oro
  • El consumo a 120 km por hora es tu número fetiche. Ahí viven tus trayectos largos
  • Pregunta por la curva de carga completa, no solo la potencia pico
  • Valora software y gestión térmica. Son los que afinan el rendimiento cuando el clima se pone pesado

El Lucid Gravity mantiene su aura tecnológica con una carga ultrarrápida de primer nivel y un consumo más que decente para su talla, aunque la autonomía real del test no calca la promesa. No es un drama, es el mundo real recordando que los milagros van caros. Queda camino para más pruebas y ajustes, y ahí Lucid suele ser aplicada con las actualizaciones. La última palabra no está dicha aún.