Luca de Meo, CEO de Renault: "Un Tesla es como un frigorífico"

Luca de Meo, CEO de Renault: "Un Tesla es como un frigorífico"
"Un Tesla es como un frigorífico", por Luca de Meo (imagen GPTera)

¿Un Tesla? Un electrodoméstico. Pero cuidado, que no lo digo yo, lo suelta el gran Luca de Meo, el jefazo de Renault. No sé si a Elon Musk le habrá dado un escalofrío o si se habrá partido de risa, pero aquí huele a beef automovilístico nivel Champions. Reconozcámoslo, en el parking de cualquier centro comercial te cuesta un triunfo distinguir si ese rectángulo blanco de ahí es un Model 3 o la lavadora del MediaMarkt.

La emoción al volante, RIP

El colega Luca lo deja claro: "hay que meterle la E de emoción a los coches". Tal cual. Un Tesla tira y acelera que flipas (los números no engañan: el Model 3 Performance hace el 0-100 km/h en 3,3 segundos, ¡vaya leche!). Pero luego coges un Renault 5 Turbo "moderno" y es una juerga, aunque sea eléctrico. Este lo han presentado con un motor de 550 CV (sí, has leído bien, más potencia que algunos Porsche 911), solo que aquí el rugido es sustituido por un zumbido raro. Pero la clave: puedes ir en modo drifting con él. Le pides un trompo y va que se mata. Eso sí me pone.

Aquí confieso: he llevado el Renault Clio E-Tech full hybrid y, aunque no es el mismo rollo que el 5 Turbo eléctrico, al acelerar notas ese rollito eléctrico que engancha, pero todavía te deja algo de alma… Está bien, pero ¿te marca? No sabría decir...

Cuando todos los coches son el mismo coche

Pilla cualquier calle de Madrid y mírate los SUV nuevos: todos parecen la version demo de un mismo coche, solo cambia el logotipo. Así se entiende el enfado del italiano. Si lo único que diferencia tu coche de un Tesla es la pegatina y la parrilla, acabamos yendo todos montados en una nevera con ruedas.

Según Luca de Meo, Europa todavía puede dar un golpe sobre la mesa porque aquí, dice, fabricamos coches con historia. Lo que hace falta, según él, es que la normativa europea no nos ahogue y deje sacar coches diferentes, que no sean otro clon del Model Y pero con nombre francés o alemán.

Pero claro, para que la fiesta siga, necesitamos que el mercado español se anime. En España, el eléctrico va despacio, aunque en 2024 ya rozamos las 60.000 matriculaciones de eléctricos puros. Todavía mucha peña va con su diésel o gasolina porque el enchufe y la pasta no siempre casan.

Coches con alma: ¿mito vintage o realidad?

Si hay algo que los flipados del motor llevamos tatuado es esa movida de lo emocional. El primer coche, el 205 GTI de tu padre, el Ibiza en el que perdiste el carnet tres días después de cumplir 18… Esas historias no pasan con el renting de un Model 3 blanco y aséptico.

Luca de Meo lo explica bien: la gente recuerda sus coches según las etapas de la vida, no por el navegador o el autopilot. Que un coche te emocione, te huela a algo, te cabree, te saque una sonrisa chunga cuando pasas de 5.000 vueltas. El Renault 5 original, por ejemplo, fue icono. Un 5 Turbo2 sacaba 160 CV – para un mini-hatch ochentero era un disparate. Eso en la España del destape era pura rebeldía.

Hoy, la tecnología manda pero la pregunta es: ¿un coche de 300 caballos te emociona si va solo y no pasa nada cuando pisas a fondo? Pues depende del conductor y de si no eres un robot.

De Meo, gasolina en vena y una infancia a bordo de un Lancia Fulvia

A Luca de Meo la pasión le viene de niño. Se enganchó con siete años después de subirse a un Lancia Fulvia. El Fulvia, aquel coupe italiano de finales de los 60 y principios de los 70, llevaba motores V4 y tracción delantera. El Fulvia HF de rally era ligero, juguetón, solo 90 CV pero un paso por curva que hoy muchos SUV ni sueñan. Gente como De Meo vivió la conducción con los pelos de punta, no mirando la autonomía restante en la pantalla.

Este tío luego curra en Fiat, o sea, en la tierra de los cinquecento, los Panda 4x4 de los abuelos y todas esas movidas. Luego pasa por Volkswagen, el grupo que planta los Golf GTI, y acaba en Seat (donde el León Cupra es religión) antes de sentarse en el trono de Renault. Se le ve que de pasión sabe un rato.

El Renault 5 Turbo eléctrico de ahora: más potencia que un compact GTI

El nuevo R5 Turbo eléctrico es otra liga. 550 caballos, motor trasero, cero emisiones. ¿Mola? Sí. ¿Suena a lavadora? Pues también. Es lo que hay. Pero cuando te cruzas el coche en una rotonda mojada y ves que la electrónica te deja jugar un poco, se te olvida el zumbido y se te pone cara de niño chico. Igual no huele a gasolina, pero el paseillo lo tienes. Como el Fiesta ST de antes, pero sin el consumo.

Por Madrid, ya empiezan a verse R5 "revival" y los TikTokers se lanzan con vídeos de trompos eléctricos. La electrónica lo controla casi todo, pero hay hueco para saltarse la línea. Eso sí, ni punto de comparación con el viejo R5 Turbo, que aquel sí iba a pecho descubierto y lo mismo te pegaba un susto.

¿Un coche puede cambiar tu vida? El ejemplo del carné benéfico

De Meo también usa lo del coche como ascensor social. Explica que vende su libro ("Diccionario sentimental del automóvil", bastante guay el título) para donar pasta y que mujeres en riesgo de exclusión en España puedan sacarse el carnet. Porque en este país, tener carnet aún abre puertas, y no todos pueden pagárselo.

¿Y tú, tienes alma o ficha técnica?

El "frigorífico" de Tesla tiene buenos datos: el Model Y es el eléctrico más vendido en España en 2024, promete 533 km de autonomía WLTP, tracción total y su interior, pues eso, minimalismo puro. El Renault 5 Turbo se viste de colores chillones, tiene cuadro retro, y aunque la batería es grande (nadie dice números como Tesla, pero están en la pelea), la gracia está en que lo aparcas y la vecina te pregunta si es nuevo o sale de un plató ochentero.

Los datos de potencia están ahí, pero en el fondo, lo que buscas es lo que dice Luca: emoción. Un coche con pelo en el techo y corazón en el motor, aunque no queme gasolina. O uno soso pero que te lleve en silencio hasta la playa, pero con todos tus colegas diciendo “parece una nevera pero qué bien empuja”.