Karma Amaris GT, 708 caballos y 250.000 euros por soñar a lo grande

Ya te lo digo claro: si ves el Karma Amaris GT y no se te escapa un “ostras, qué avionaco”, tienes que ir al oculista. Es puro coche de videojuego, pero en plan real, de esos que si lo apartas en la calle en Madrid la gente se te arremolina solo para entender qué narices es. California Style por fuera, fibra de carbono por todas partes y una mala leche debajo del capó que ni el chaval más flipado del polígono.
Potencia eléctrica y gasolina: aquí no se juega
Este Amaris va de lo suyo. Sí, parece un deportivo eléctrico más, pero ojo con el combo que lleva. Dos motores eléctricos solo detrás, que juntos te lanzan 708 caballos. Sí, no me he comido ningún número: setecientos ocho. Y un par motor de 916 Nm (676 lb-ft). Por comparar, el Audi RS Q8, ese armario empotrado de 600 caballos… se queda corto.
La aceleración que anuncia Karma para el Amaris huele a darle esquinazo a la Guardia Civil en segundos: 0 a 100 km/h en menos de 3.5 segundos. Que el Model S Plaid es más rápido, pero este Karma va de otra cosa. Además, velocidad máxima limitada a 265 km/h. En España, la velocidad máxima legal no te da ni para olerlo, pero bueno, el postureo manda.
Qué hace especial al Amaris, aparte de la estética de ovni, es que no es 100% eléctrico puro y duro. Lleva una batería de 41,5 kWh (algo pequeña si te lo comparas con eléctricos puros), pero la cosa se lía porque tiene un motor gasolina tricilíndrico turbo que SOLO hace de generador. Nada de hibridarse en las ruedas como un Prius, no, aquí la combustión es esclusivamente para alargar el rango, lo que llaman EREV (Extended Range Electric Vehicle). O sea, le metes gasolina y el Amaris recarga la batería, nada de ir directo a las ruedas. Así puedes hacer más de 640 km si empiezas con batería llena y el depósito a tope. En modo solo eléctrico, anuncia unos dignísimos 160 km de autonomía. En ciudad te sobra.
Interior premium y flipado
El Amaris es un biplaza de manual. Atrás solo maleta (o el jamón de las fiestas de Navidad, si eres artista y te lo puedes permitir). Materiales que solo ves en casas de millonarios: cuero, gamuza, carbono, negro piano. Y una cosa que he visto con mis ojos en muchas presentaciones “top” en el sector: los famosos tres displays en el salpicadero al estilo Ferrari Roma o algunos Audi gordos. Uno para cuadro, uno para la consola y uno para el copiloto, aunque este último solo enciende si hay alguien sentado. Básicamente, para no distraerte tú solo mirando.
El techo es como de película: de cristal con tratamiento electrocrómico, que lo pones oscuro dando a un botón. Esto mola una barbaridad en verano, pero prepárate para explicar a todo el mundo cómo va porque te lo preguntan fijo cada vez que suba alguien al coche.
¿Y el chasis? Ligereza, fibra y llantas XXL
No es todo motor y pantallitas. El Karma Amaris GT apuesta por dejarse el dinero en el gimnasio. Bastidor de aluminio con fibra de carbono en la carrocería, buscando no engordar más de la cuenta. No han dicho cifra de peso, pero seguro que está lejos de ser un M3 Touring de esos que parecen una nave. Llantazas de 22 pulgadas forjadas, muy ricas para la foto… pero cuidadito si tienes que cambiar una rueda en España, porque busca en talleres y verás lo que cuesta.
El precio: ojo con los sustos
Aquí es donde viene el bofetón. El Amaris GT arranca sobre los 200.000 dólares, así a lo fácil. En España, entre impuestos (IVA, impuesto matriculación, etc.), aduanas y alguna chorrada más, cuenta por lo menos 250.000 euros si te entran ganas de importarlo. Más caro que un Porsche Taycan Turbo S, que ya es decir, pero a cambio tienes un unicornio. Radio de exclusividad total.
Olvídate de ayudas, MOVES o descuentos: el Amaris juega en ese segmento en el que a Hacienda le ponen alfombra roja y si lo compras es porque las criptomonedas aún no se han ido a la porra. Eso sí, serás el centro de todas las miradas en el Paseo de la Castellana (y algún que otro TikTok, fijo).
Experiencia propia
No he probado el Amaris, porque aquí importadores ni se esperan hasta que llegue a producción, pero sí llevo bastantes km en coches similares, como el propio Fisker Karma (sí, la marca es como un “spin-off” de Fisker), y la sensación de ir en un coche así en las ciudades españolas es como ir paseando a un tigre con correa. Todo el mundo te mira, algunos flashean móvil y otros niños flipan. El paso por bache español es puro drama, pero para disfrutarlo no hay rival en postureo.
Producción, entrega y a cruzar los dedos
Karma dice que empiezan a producirlo a finales de 2025. El ritmo de estas start-ups siempre va a tirones, así que si tienes la pasta y el hype, paciencia. Igual hay que esperar o pillar hueco en la lista.
¿Lo veremos mucho en España? Difícil. Aquí, con lo tiquismiquis que son los impuestos, estos coches son carne de Marbella, Andorra o de coleccionista que lleva la matrícula oculta. Pero seguro que alguno acaba por aquí para coleccionistas con ganas de posturear en la Costa del Sol.
El Karma Amaris GT no es para todos. Pero cómo mola
Si te va lo extremo, el diseño radical y eso de no ser “otro Tesla”, ponle el ojo, aunque solo sea para soñar. Si algún día veis uno circulando por la A6, haced una foto. ¡Y no digáis que no os avisaron!