Jaguar E-PACE, El SUV británico que vino, vio… y se fue

El Jaguar E-PACE ha dicho bye bye antes de lo que esperábamos. El tipo que llegó como el "anti-BMW X1" y quería morderle el pastel a los premium alemanes se nos va del mercado español. Un SUV que lo intentó TODO para ser diferente, pero ni con etiqueta Eco ni con batería enchufable se ha salvado de desaparecer.
El bicho contra los alemanes
Imagínate: trío alemán al fondo. Audi Q3, BMW X1, Mercedes GLA. El Jaguar E-PACE plantando cara con su rollo deportivo británico, pero con acento sosegado, como quien va en traje pero con calcetines de colores chulos.
También tenía que medirse con el Lexus UX y el Volvo XC40, que igual no venden tanto pero, ojo, ahí están. Cada uno con lo suyo: diseño japo en el Lexus, motorizaciones híbridas y detalles tecnológicos muy bien cuidados. Lo del Volvo ya es hablar del SUV compacto escandinavo con más chulería, infoentretenimiento y etiqueta Eco.
No era pequeño, pero molaba
En tamaño, ni grande ni pequeño. El E-PACE mide 4,39 metros de largo, 1,98 de ancho (¡casi dos metros, eh!) y 1,64 de alto. Tenía una batalla de 2,68 metros, suficiente para que nadie se pegue codazos dentro, pero tampoco te creas que es un Skoda Kodiaq.
La parrilla delantera con ese rollo "fiero", tomas de aire generosas, ópticas LED afiladas y unas ruedas de hasta 21 pulgadas que decían: aquí hay cash.
Por dentro, tabletazos y cuero inglés
El interior, qué decir. Asidero en el túnel central rollo barca de rafting, dejando claro quién conduce y quién solo paga peaje. Pantallote digital para el cuadro, 12,3 pulgadas, y otra de 11,4 en el centro para clima, radio, móvil… Hasta compatible con Android, Apple y Alexa, para que le digas “ponme a Camela” sin despeinarte.
Espacio correcto. Ni enorme ni claustrofóbico, pero un poco menos maletero que otros. 494 litros. Un Tucson o un Sportage le superan en eso. Pero con buen cuero, costuras a la vista y gadgets, el E-PACE no se cortaba.
Equipamiento con gadgets y seguridad hasta en la sopa
De serie y opcional: airbag para peatones (sí, para los de fuera), control de crucero adaptativo, head-up display, cáma 360º, portón eléctrico, selector de modos y lo típico en los premium de verdad.
Detallazo, tienes Head-up Display. Lo probé en alguna unidad y la verdad, no es lo más flipante del mundo, pero para posturear enseñando datos de navegación proyectados en el cristal, sirve.
Motores híbridos para coleccionar etiquetas
El E-PACE era como un Pokémon: tenía varias evoluciones según el motor. Todos automáticos, eso sí. Nada de cambiar marchas a la vieja usanza.
- Gasolina: Empieza con un 1.5 turbo de tres cilindros y 160 CV. Ojo, sólo automático y tracción delantera, no busques AWD aquí.
- Diésel: El clásico 2.0 con dos potencias, 163 o 204 CV. Estos ya llevaban sistema microhíbrido MHEV (pegatina Eco). Aquí sí, tracción total y automática de 9 marchas. Lo conduje una semana (el 163 CV) y es suave, tragón si le exiges, pero muy bien aislado para autopista.
Y luego lo gordo: el híbrido enchufable AWD con 269 CV, batería de 11,5 kWh y unos 69 km eléctricos (83 solo ciudad). Fardas con la pegatina 0 de la DGT. Antes había un PHEV de 309 CV, pero este de 269 ya era suficiente para ir lanzado en autopistas o para tener plato fuerte contra el X1 xDrive 25e o el Volvo XC40 Recharge.
Maletero justito
Con 494 litros, algo justito si le pides viajes a tope. Un Tiguan te mete más bici, más trastos de playa y hasta tu cuñado. El E-PACE es más para el que viaja con dos maletas y traje en percha. Lo comprobé llevando equipo de surf, y sí, cabe, pero apretando. Y si lo pides PHEV, pierdes algo de fondo porque las baterías roban hueco.
Sensaciones interesantes, pero muy pesado
No compres este Jaguar esperando un comportamiento cañero a lo BMW, por mucho que lo pinten de "anti-X1". El eje trasero es firme, pero pesa lo suyo. Para ir de postureo al puerto o hacerte una rutilla con curvas suaves, sobrado. El modo Dynamic alegra la dirección y el cambio, pero no creas que te conviertes en piloto de GT.
Transmite nobleza, buen aislamiento y puedes meterle kilómetros sin acabar harto. Si lo tienes como coche único, es para el que valora más el nombre y el punch british que la última moda techie.
Precios al cierre del chiringuito
Salía caro comparado con el trío alemán. Ahora que se va, quedan unidades por entre unos 25.000 y 60.000 euros según modelo, motor y equipamiento. El que cace una de las últimas, que sepa que lleva algo exclusivo; no verás uno cada dos días por la calle, como sí pasa con los SUV alemanes.
Y ahora ¿qué?
El E-PACE se va al limbo de los SUV que querían ser diferentes, con etiqueta Eco y 0, y que, al final, la clientela española ha mirado, acariciado… pero ha dicho: "mmm, mejor un alemán de toda la vida". Cosas del mercado español: pedigree, diseño y tecnología, pero no era suficiente para el gran público.
En otro momento, igual hubiera sido un éxito. O no, porque aquí ya sabes: SUV hay para aburrir, pero británicos con carácter, poquitos.