Incendio y caos a la deriva: 3.000 coches haciendo el Titanic eléctrico

Incendio y caos a la deriva: 3.000 coches haciendo el Titanic eléctrico
Titanic eléctrico

Que si el Morning Midas, que si bandera de Liberia, que si casi 3.000 coches de paseo por el Pacífico metidos en un barco ahora mismo a la deriva. Hay historias típicas de los viernes noche, pero lo de abandonar un brazo móvil de un concesionario flotando por Alaska… eso ya es otro nivel. Y ojo, que de esos 3.000, unos 800 son eléctricos. Un cocktail de chispazos esperando a hacerse viral.

Tiene más coches el barco que tu garaje

En ese barco estaba metido de todo, gasolina, diésel y, cómo no, eléctricos a punta pala. No es raro, ahora los chinos exportan coches eléctricos por contenedores como quien trae móviles o camisetas. Imagina el polvo que levantaría un lote de Zeekr 7X nuevecitos, o cualquier SUV eléctrico de los que empiezan a verse por aquí, en España.

El Zeekr, por ejemplo, suele salir de China con una batería Qilin de CATL, 100 kWh y pegando a la autonomía una sacudida seria: 780 km CLTC, que en versión europea (WLTP) se quedan en unos 615 km. He llevado coches con esas baterías y la verdad: cargar a menos del 10% y meterle caña en autovía no da el canguelo que tenías antes con baterías cutres de hace años.

Por cierto, el Zeekr 7X pesa más de 2.300 kg, todo gracias a ese batería-tocho y su planteamiento SUV cazafamilias.

La tripulación al agua y el carguero a la deriva

El barco sale de Yantai, China, el 26 de mayo. Iba dirección México. El Morning Midas, que así de poesía se llama la cosa, se queda ardiendo y la tripulación, 22 personas con bastantes menos ganas de aventura que tú y yo un lunes, acaba evacuada. Los yankis mandan barcos y helicópteros porque aquí la cosa no va de esperar a que el seguro arregle la luna.

¿Problema? El sistema contra incendios en los cargueros está pensado para fuegos normales, gasolina a lo sumo. Pero, hermano, cuando se lía parda en una batería de litio gordaco, el sistema suelta CO2, sí, pero si le da por quedarse sin reservas, la fiesta sigue: fuego reavivado, sudores fríos y el carguero con los coches haciendo de antorcha flotante.

Baterías y fuego, el drama de la química

Aquí es donde viene la movida de los eléctricos. Aunque la estadística sigue diciendo que los eléctricos petan menos en porcentaje, si se lía con la batería, hay para rato. El litio, si empieza la reacción térmica, se pone chulito y ni el agua, ni el CO2 ni el vecino del quinto lo apagan.

Una fuga térmica puede provocar que la temperatura de una celda suba y haga lo propio con las de al lado. Vamos, efecto dominó. Los packs Qilin, los de la marca CATL, son lo último en seguridad, pero si el fuego empieza en una celda y nadie lo para, el resultado puede ser dantesco.

He estado en pruebas de laboratorio donde una batería de LFP (las de litio-ferrofosfato, más seguras que las antiguas NCM) soportaba torturas bastas: pinchazos, martillazos, calor burro… y sí, resisten mucho, pero el riesgo cero no existe.

Un déjà-vu acuático, el Felicity Ace y los Volkswagen churruscados

Lo del Morning Midas recuerda lo del Felicity Ace, que en 2022 se fue al fondo cerca de las Azores con 4.000 VW, incluidos Porsche, Audi y demás juguetes. Hay quien culpa al eléctrico, pero la verdad es que nadie sabe seguro si la chispa inicial fue un BEV (Battery Electric Vehicle) o uno de combustión. Da igual, en el momento en que una batería grande arde en un barco… fiesta asegurada.

¿Sabes lo que cuesta mover un coche accidentado eléctrico? Prueba a llamar a una grúa en España y verás cómo le cambia la cara al gruista cuando le dices que llevas una batería de 90 kWh ardiendo en el maletero.

China aprieta tuercas con las nuevas normas para baterías

China lo ha pillado rápido. Allí, desde el 1 de julio de 2025, las baterías de autos eléctricos tendrán que pasar por exámenes de tipo Escape Room pero en plan sado: pruebas de impacto por debajo, 300 ciclos de cargas rápidas de infarto y cortocircuitos controlados. Si explotan, fuera. Así de simple. La nueva normativa se llama GB 38031-2025 y no es para dejarla olvidada como una pegatina de la ITV. Antes solo se pedían alarmas; ahora, aguante puro.

Las primeras que se comen todo el marrón son las Qilin de CATL, las famosas. El Zeekr 7X, por ejemplo, ya lleva ese pack de 100 kWh y los chinos están locos con meterlos en berlinas, furgos y SUVs como si regalasen caramelos.

Y antes de que digas que estas normas sólo afectan a China, que sepas: la mayoría de marcas que quieres ver aquí acaban montando packs CATL o similares. Si aquí en España alguno empieza a incendiarse porque no cumple, la abuela del director de la DGT sale en la tele.

Moraleja

Coches eléctricos ardiendo en barcos, transportistas flipando, nuevos sistemas de batería made in China, leyes a lo bestia y la sensación de que si no espabilamos aquí, los titulares se van a escribir en chino más pronto que tarde. Los eléctricos, por cierto, no son bombas de relojería, pero sí necesitan respeto. Y también sistemas de emergencia a la altura, que un extintor solo no va a frenar a CATL cabreada a 800 km de la costa.