El primer Ferrari eléctrico: ¿Un Breadvan camuflado o el secreto mejor guardado de Maranello?

Ferrari y electricidad, dos mundos que hasta hace poco parecían tan compatibles como el aceite y el agua. Sin embargo, la electrificación llega a todos —incluso a los de Maranello— y las primeras imágenes del futuro caballo rampante enchufable ya están circulando, aunque bajo un disfraz digno de una fiesta de Halloween automovilística.

¿Mula o pura sangre? La metamorfosis bajo el camuflaje
Hasta ahora, los avistamientos del Ferrari eléctrico habían sido poco más que espejismos: prototipos que usaban la carrocería del Maserati Levante para pasearse sin levantar sospechas. Pero en las últimas fotos espía tomadas en Italia, el juego ha cambiado. Bajo una generosa capa de camuflaje —más gruesa que la crema solar de un inglés en Benidorm— ya se esconde la carrocería definitiva.
Y aquí es donde salta la sorpresa: visto de perfil, este futuro Ferrari desprende cierto aire retro al legendario 250 GT SWB Breadvan. Sí, aquel one-off de los años 60, mitad coche de carreras, mitad panadería sobre ruedas, que se ganó su sitio en la historia tanto por su velocidad como por su peculiar zaga. Parece que la inspiración sigue viva, aunque esta vez en clave eléctrica.
Detalles a la vista (y algunos bien tapados)
No nos engañemos: la silueta definitiva todavía juega al escondite. Sin embargo, hay pistas que delatan las intenciones de Ferrari. Por ejemplo, se aprecian recortes en el camuflaje para unas puertas traseras que evocan al Purosangue V12, ese SUV con nombre de pura raza que Ferrari estrenó hace poco. Todo apunta a que el eléctrico será algo más compacto de lo que sugieren las fotos, probablemente para mantener la agilidad y ese toque deportivo que tanto gusta en la marca.
¿Y la trasera? Ferrari ha hecho auténticos malabares para ocultar el diseño final. El techo parece inclinarse con elegancia hacia atrás, insinuando una línea coupé. Eso sí, los paneles falsos en los pasos de rueda delanteros son tan evidentes que hasta un novato en fotos espía notaría que ahí hay trampa.
El misterio continúa: ¿qué podemos esperar?
Por ahora, ni rastro de especificaciones técnicas ni datos sobre autonomía o potencia. Ferrari guarda sus cartas como si estuviera jugando una partida de póker contra Lamborghini y Porsche al mismo tiempo. Lo que está claro es que la marca italiana no solo quiere electrificar su gama, sino hacerlo a su manera: con personalidad, historia y ese toque de exclusividad que nunca falta.
Puede que el primer Ferrari eléctrico llegue disfrazado de Breadvan y cubierto hasta las cejas, pero bajo el camuflaje ya late el futuro de Maranello. Si algo hemos aprendido hoy es que incluso los mitos pueden reinventarse… aunque sea escondidos tras unos cuantos kilos de vinilo y espuma.
¿Preparados para ver a Ferrari cargar baterías? Esto solo acaba de empezar.