El jefe de ventas de BMW desmonta lanza una pulla a los coches chinos

El jefe de ventas de BMW desmonta lanza una pulla a los coches chinos
Jochen Goller, el jefe de ventas de BMW lo tiene claro

El panorama automovilístico europeo está más movido que la parrilla de salida de Mónaco. Los fabricantes chinos, con sus precios bajos y eléctricos chisporroteantes, están aterrizando en el viejo continente con la ambición por bandera. BYD, MG y compañía ya no son invitados tímidos: este año, los coches chinos han pasado del 3,1 al 5,2 por ciento de cuota de mercado en Europa Occidental. Nada mal para quien “acaba de llegar a la fiesta”.

Pero si pensabas que BMW estaba temblando bajo la mesa, te equivocas. Jochen Goller, el jefe de ventas de la marca bávara, ha salido a escena para bajar la espuma del cappuccino mediático. Y lo ha hecho con una frase que vale su peso en baterías: “No queremos smartphones con ruedas”.

BMW no se deja impresionar: “Sí, son buenos… pero esto es Europa”

No es que a Goller le tiemble el pulso reconociendo virtudes ajenas. Los coches chinos ya no son ese meme de hace dos décadas: han mejorado mucho en calidad, equipamiento y tecnología. Pero para el jefe de ventas de BMW, Europa es una liga distinta. Aquí no basta con ponerle un buen precio y una pantalla gigante al coche.

La historia se repite, dice Goller. Ya vivimos la irrupción nipona y coreana, y aunque hoy Toyota y Hyundai son nombres respetados, tardaron años en conquistar al público europeo. A los chinos les tocará bailar con la misma melodía, solo que ahora el ritmo lo marca la electrificación y las regulaciones medioambientales.

Dos piedras en el zapato “made in China”

Goller identifica dos grandes obstáculos para el dominio chino en Europa:

  1. La experiencia de marca
    El consumidor europeo no compra solo un coche, compra historia, prestigio y ese algo que hace que conducir un BMW siga siendo especial incluso en un atasco. Las marcas chinas parten de cero en ese terreno. ¿Un BYD puede emocionarte igual que un Serie 3? Por ahora, va a ser que no.
  2. La adaptación tecnológica
    Los coches chinos brillan en conectividad y gadgets —de ahí la broma del smartphone con ruedas— pero Europa exige mucho más: seguridad, acabados premium y cumplir con normativas que cambian antes de que termines de leer este artículo.

La batalla por Hungría (y por tu garaje)

Ni los aranceles europeos están parando a los fabricantes chinos. BYD ya está a punto de abrir fábrica en Hungría, lo que suena a declaración de intenciones. Pero ojo, construir un coche bueno y barato es solo el primer paso; ganarse la confianza del comprador europeo es otra carrera… y aquí ni siquiera hay medalla para el segundo.

¿Moraleja? El futuro será eléctrico, pero también exigente

La electrificación avanza a su ritmo (más lento que rápido) mientras las marcas chinas van sumando terreno poco a poco. Sin embargo, para BMW esto no es un apocalipsis ni mucho menos una invasión inminente. El mercado europeo sigue siendo uno de los más exigentes del mundo y aquí no basta con ser el más barato ni el más digital.

¿Habrá más competencia? Por supuesto. ¿Veremos pronto “smartphones con ruedas” dominando las calles? Goller apuesta a que no. Y si alguien sabe de vender coches en Europa, ese es él.

Así que tranquilo: tu próximo coche podría venir de China… o no. Pero lo seguro es que la partida acaba de empezar y las reglas aquí las dicta mucho más que el precio o la pantalla táctil del momento.