Corvette se pasa las normas europeas por... el tubo de escape V8

Mira, aquí en España nos encantan las tradiciones: los abuelos con sus Renault 12, los domingos de paella y, si te hablo de coches, esa obsesión por el rugido de un motor gordo. Pues prepárate, porque la Corvette sigue apostando fuerte por el V8. Nada de sacrificar el alma Yankee solo porque en Bruselas digan “fuera gasofa”. La Corvette pisa fuerte en Europa y no se mete en jardines eléctricos solo por cumplir con el vecino repelente ese que no deja poner música en la urbanización.
General Motors lleva a Europa la C8, por fin con volante a la derecha (hola, Reino Unido, ¿qué tal andáis?). Pero aquí, en España, lo más importante es que sigues teniendo ese V8 atmosférico que hace vibrar los cristales del garaje comunitario.
Modelos para flipar: Stingray, Z06 y la E-Ray que da sustos
Te suelto una lista rápida de lo que puedes encontrar aquí, para que luego no digas que no aviso. Empiezas con la Corvette Stingray C8. Ojito, porque es el primer Corvette de motor central, que además tiene unas formas que hacen que el vecino del BMW M4 se pegue cabezazos. Lleva un 6.2 V8 que arroja la nada despreciable cifra de 482 CV. Acelera de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos, así que prepárate para perder las gafas de sol en la salida del peaje.
Después tienes la Z06. Aquí ya la cosa se vuelve más seria. El motor es un 5.5 litros V8 atmosférico, 680 CV a 8.400 rpm. Si te mola ir a trackdays en el Jarama y humillar a los Porsche y algún McLaren despistado, es tu coche. Recuerdo una tarde, pegando volantazos en el paddock, donde el sonido te metía hostias en el pecho; ningún turbo ni ningún eléctrico puede darte eso.
Y si te mola fardar de “modernillo”, te pillas la E-Ray. Atento: es un híbrido, sí, pero no un enchufable de esos que necesitas conectar media hora antes de ir a comprar el pan. Aquí la cosa va de mezclar el 6.2 V8 con un motor eléctrico para lograr tracción total y 663 CV combinados. Cero complicaciones, el coche carga la batería solo y punto, no hay que tocar modos raros ni pensar en wallboxes.
El jefe de ingeniería planta cara: "No sacaremos un coche solo para quedarnos en venta"
Tony Roma, uno que sabe mucho (y no, no es primo del restaurante), dice que pasar a eléctrico “ahora mismo es ciencia ficción”. Que sí, que General Motors sabe que el futuro será eléctrico, pero de momento el Corvette tiene que ser especial, no solo rápido.
Roma pasa olímpicamente de hacer un EV solo porque lo piden las leyes. Y en España, con la que está cayendo con las ZBE, los eléctricos están a tope en plan “compra ahora o muere”, pero ni se plantean matar el V8. El Corvette E-Ray ya va híbrido, pero ni de coña plug-in, porque sumar complejidad, peso y precio solo para sacar un modo eléctrico absurdo no tiene sentido. Aquí la clave es que subes, das al botón... y a correr.
Si algún día los políticos deciden que con 0 emisiones te perdonan la vida, igual lo piensan (tipo etiqueta 0 de la DGT), pero solo si merece la pena.
El futuro eléctrico, cuando apetezca y mole
No es solo correr en línea recta, es disfrutar. El V8 te mete en el cuerpo una sensación que ningún eléctrico ha igualado. Los americanos no quieren hacer un “Corvette de pega” quitando lo que mola. En Europa, para el 2035, te van a obligar a que todo nuevo coche sea cero emisiones. Así que la marca, si quiere seguir vendiendo la bestia aquí, va a tener que meterse con las baterías. Pero mientras tanto, ni se plantean traicionar eso de arrancar el motor y levantar a las abuelas de la siesta.
Lo que buscan no es simplemente que el coche corra, porque ahora cualquier berlina gorda de batería lanza cifras que te marean (el típico Tesla Plaid de los memes). Pero ninguno te pone los pelos de punta como meter tercera con el V8 zumbando detrás.
La competencia y la experiencia propia
Aquí los Ferrari y Lamborghini ya se han pasado al plug-in: tienes el SF90 con sus cien menús, el Lamborghini Revuelto, el Urus... todos jugando con kWh y botones que no sabes ni para qué sirven. El Corvette, en cambio, se ha ido por otro lado: sencillez, potencia bruta, y sensaciones. Cuando llevé la E-Ray por autovía, lo que más agradecí fue que no tenía que estar gestionando modos de recarga ni historias. Apretón, sonido gordo, y probablemente radar de la A-2 haciéndose rico a mi costa.
Y si algún día llega el Corvette eléctrico...
Tony Roma lo tiene claro: lo lanzarán cuando un Corvette eléctrico sea mejor que el bestia actual. Nada de badge engineering, ni pegar una pegatina en un SUV genérico y listo. Cuando lo hagan, será porque pueden ofrecerte lo que supone un Corvette: personalidad, sonido (virtual o no), y ese “algo” que te hace sentir piloto aunque solo vayas a comprar al Mercadona.
Mientras tanto, déjate el miedo en casa. Si escuchas un bramido de V8 en la Calle Alcalá, igual es que General Motors sigue pasando de la “ciencia ficción” y apostando por lo que de verdad importa.