Así es la inversión de Volkswagen en Navarra: ¿Cambiar el Polo por eléctricos baratos será un éxito?

Así es la inversión de Volkswagen en Navarra: ¿Cambiar el Polo por eléctricos baratos será un éxito?
Volkswagen mueve ficha en Navarra, mega inversión en España

El sector del automóvil no se detiene y Volkswagen lo sabe bien. Si hace poco decías “Volkswagen Navarra” y la gente te respondía “Polo”, prepárate para cambiar el chip. El gigante alemán ha decidido apostar fuerte: 100 millones de euros para transformar su histórica fábrica de Landaben y dar la bienvenida a dos coches eléctricos que llegarán pisando fuerte el próximo año.

¿Despedimos al Polo después de más de 40 años? Sí, pero no te pongas nostálgico, porque lo que viene podría ser incluso más revolucionario (y, de paso, eléctrico).

¿Qué va a pasar en la planta de Landaben?

La fábrica navarra se encuentra en pleno proceso de metamorfosis. Desde julio, la planta ha visto más de 280 intervenciones: robots nuevos, líneas de pintura relucientes y una programación de montaje a la última. Todo este despliegue tiene un objetivo muy claro: preparar el terreno para los dos nuevos modelos eléctricos que Volkswagen fabricará allí desde 2026.

Mientras tanto, el Polo pone rumbo a Sudáfrica y deja espacio libre en Landaben. Eso sí, los actuales T-Cross y Taygo siguen saliendo de sus líneas, como buenos inquilinos que aún no han recibido el aviso de mudanza.

Los protagonistas eléctricos: ID.2 X y Škoda Epiq

La auténtica revolución llega con dos nombres: Volkswagen ID.2 X y Škoda Epiq. Ambos serán los nuevos niños mimados del grupo en Navarra. Hablamos de vehículos eléctricos pensados para conquistar al gran público, con un precio objetivo de partida alrededor de los 25.000 euros. Una cifra que puede cambiar las reglas del juego y poner nerviosos a más de uno en el mercado.

Como dato curioso, la versión estándar del Volkswagen ID.2 y el CUPRA Raval se fabricarán en Martorell (Barcelona), mientras que Landaben será el reino del ID.2 X (su versión crossover) y el Škoda Epiq. España se consolida así como uno de los polos clave en la estrategia eléctrica europea de Volkswagen.

Una inversión que no ha sido solo cosmética

Los 100 millones invertidos no han servido únicamente para limpiar el polvo del taller. Hablamos de sustituir robots, adaptar líneas de montaje y modernizar procesos productivos para cumplir con los exigentes estándares de los eléctricos. El futuro es digital, automatizado… y silencioso, como corresponde a cualquier coche eléctrico que se precie.

Eso sí, no todo es color de rosa: la adaptación está implicando ajustes en la producción anual (unos 225.000 coches este año, uno de los datos más bajos en la historia reciente de la planta). Incluso habrá días de ERTE para la plantilla durante los parones programados hasta final de año. Pero todo apunta a que este pequeño bache dará paso a una nueva era mucho más eléctrica.

¿Por qué esto es tan importante para España?

La apuesta del Grupo Volkswagen por fabricar sus eléctricos más asequibles en nuestro país no es solo una cuestión industrial. Es un voto de confianza en la capacidad tecnológica nacional y una oportunidad para posicionar a España como referencia europea en movilidad eléctrica asequible.

Decimos adiós al Polo, sí… pero lo hacemos para dar la bienvenida a una nueva generación de coches eléctricos que podrían democratizar el acceso a la movilidad sostenible.

No sabemos si estos modelos acabarán siendo tan icónicos como aquel Polo que sobrevivió a varias crisis y modas, pero lo que es seguro es que Volkswagen ha puesto toda la carne en el asador para que Landaben siga rugiendo… aunque ahora lo haga en modo eléctrico (y casi sin hacer ruido).