Aquí huele a funeral eléctrico: el ID.5 se va al hoyo

La peña de Wolfsburgo tiene una manía: sacar coches para todo. Que si ya tenías un Golf, sacan otro un poco más alto, y luego uno eléctrico, y luego el Taigo, y luego el T-Cross, luego el T-Roc... Un auténtico buffet libre de modelos, lo mismo te comes un filete que sales con un pastel de motor por bandera. El Taigo, por ejemplo, no sabías si venía a pelear con el T-Roc o quitárselo del medio. Y pese a todo este jaleo de nombres, la cosa iba bien. Hasta que llegó el Volkswagen ID.5 y aquí, colega, empezó el desmadre.
El ID.5: el Tiguan Coupé que nunca fue y nunca será
Volkswagen llevaba años rumiando la idea de hacer un Tiguan Coupé. Se les puso carita de BMW X4, pero la jugada quedó en la mesa de diseño. Cuando aparecieron los ID. pensaron: “ahora sí, lo petamos”. Se lanzaron a saco y crearon un SUV eléctrico de aire deportivo, techo caído y muchas ganas de desbancar al Tiguan a base de batería. El Volkswagen ID.5 tenía toda la intención de ser el top de la familia SUV eléctrica. Pero los sueños, sueños son...
Poniendo las cosas claras: qué es el ID.5
El ID.5 es básicamente un ID.4 pero “más guapete”. Hereda la plataforma MEB del grupo VW, con tracción trasera o total según versiones. Motores eléctricos que pueden ir desde los 128 hasta los 220 kW, o lo que es lo mismo, 174 hasta 299 CV en la versión GTX con doble motor y tracción a las cuatro ruedas. Batería de 77 kWh útiles para la mayoría de variantes. Autonomía homologada sobre los 500 km, pero en el mundo real, si eres de los que pisan fuerte la derecha como yo, olvídate, a poco más de 400 andas rezando por pillar algún punto de recarga que no esté lleno de Teslas. El maletero no anda mal, con 549 litros pero pierde respecto al ID.4 por culpa del dichoso techo inclinado. Por dentro es calcado a su hermano ID.4. Plásticos duros, unas pantallas muy minimalistas y más táctil del que querrías (los botones físicos, RIP).
He podido llevar un ID.5 durante unos días, y te digo que no hay mucha diferencia con el ID.4. Es cierto que el techo le da un rollo coupé, más bajo por detrás y algo más racing de postura, pero en la práctica ni la gente te lo mira más ni tú notas nada especial. Eso sí, la visibilidad trasera es peor y tienes la sensación de haber perdido maletero y usabilidad por postureo.
El ID.4, el "Elvis” de los eléctricos de VW
Mientras el ID.5 iba sacando pajaritos, el ID.4 se puso las pilas. Literalmente. Ha sido el eléctrico más vendido de Volkswagen en Europa y en España empieza a verse por nuestras calles, sobre todo en flotas empresariales. El ID.4 es el típico alumno aplicado que no destaca, pero tampoco falla. Y para 2026 anuncian revisión profunda: veremos mejores acabados, nueva electrónica, quizá más autonomía y actualizaciones en la carga rápida, porque eso sí, los alemanes van acelerados con el software desde el tropiezo inicial.
Los números que no cuadran: el ID.5, el eléctrico cenizo
El problema gordo es que el ID.5 no vende ni a tiros en España. Y no solo aquí, en toda Europa va arrastrando los pies en las tablas de ventas. ¿Por qué? Pues porque no es ni práctico como el ID.4 ni aspiracional como un Tesla Model Y Performance o un BMW iX4. Los clientes quieren espacio, mucha autonomía y un precio ajustado, y el ID.5 no logra brillar en ninguna de esas cosas. Su precio suele andar 5.000-6.000 euros por encima del ID.4, y a cambio sacrificas maletero y acceso trasero. Lo de “más deportivo” se queda en el papel.
Y mira que tiene potencia. El ID.5 GTX es rápido, acelera de 0 a 100 km/h en menos de 6 segundos. Pero pesa más de 2 toneladas, y lo notas en curvas: no baila, va agarrado al suelo pero no transmite. Tienes más sensación de nave que de SUV coupé.
Tablón de anuncios: ejecución programada para 2027
La movida es que en Wolfsburgo se han hartado. El coche deja de fabricarse a mediados de 2027, sin relevo. No va a haber un ID.5 “Evolution”, ni un restyling especial. Finito. Han visto que en tiempos de crisis y reestructuración, mantener modelos que no dan pasta es como tener un móvil Nokia guardado para “por si acaso”. Mejor centrarse en el que da guerra, el ID.4, y cuando llegue el próximo SUV gordo eléctrico al estilo Tiguan, que sea uno que venda y no un coche de pose.
Comparte escenario: otros eléctricos “coupé”
En esta guerra del SUV coupé eléctrico, el Volkswagen ID.5 ha peleado con el Skoda Enyaq Coupé iV, el Audi Q4 Sportback e-tron y, por fuera del grupo VAG, el Tesla Model Y. Si te preguntas por este último, simplemente lo barre en ventas en España y Europa. El Model Y no solo es más barato, sino que la red de Supercharger da mucha tranquilidad para viajar. En autonomía y potencia, la pelea es igualada, pero el Tesla pesa menos y se nota ágil.
El Audi y el Skoda son prácticamente primos hermanos del ID.5. El Audi más caro, el Skoda más espacioso, pero todos tienen la misma “caja” por debajo. El Skoda Enyaq Coupé RS iV ofrece 299 CV, igual que el GTX, pero el acabado del Skoda es menos tecnológico. Los precios oscilan en la misma banda, pero en España lo del logo sigue contando bastante.
España y el ID.5: ni está ni se le espera
En nuestro mercado, el ID.5 ha sido carne de stock. Se ve alguno en concesionarios, pero en la calle cuesta pillar uno. El cliente español suele buscar espacio, economía y buen equipamiento por el precio, e ID.5 no le cuadra salvo que te enamore la trasera tipo coupé. Incluso algún renting lo ha intentado incluir con descuentos bestias, pero acaban volviendo al ID.4.
¿Y ahora qué, Volkswagen?
A tope con el ID.4, mejorándolo y bajando costes. El salto gordo llegará cuando VW se atreva a sacar un Tiguan eléctrico “de verdad”, pero ya avisan: nada de versiones para llenar catálogo solo por postureo. Se acabó el turrón de querer cubrir todos los nichos porque sí.
El funeral del ID.5 está servido. Otra cremita para los nostálgicos del coche coupé eléctrico.