Abarth y la gasolina, ¿vuelven los petardazos?

Abarth y la gasolina, ¿vuelven los petardazos?
Abarth ¿volverá a la gasolina?

Abarth, esa marca que convierte Fiat 500 en coches con mala leche. ¿Se acabaron los motores de gasolina? Pues igual no. El jefazo de Fiat, Olivier François, lo ha soltado: no cierran la puerta a meter de nuevo térmicos a sus escorpiones. Pero no vengas con el hype al máximo. Aquí hay mucho de “ya veremos”.

Últimos cartuchos: El 695 Club Italia

Por si eres de esos que piensan que los Abarth de gasolina ya dan más nostalgia que Mazinger Z... todavía hace nada sacaron ocho ejemplares del 695 Club Italia. Todos en formato ultralimitado. Unos bichos con el corazón de siempre: el 1.4 T-Jet turbo de cuatro cilindros, pero con todos los extras y guiños a los clásicos italianos. Ese motor era la joya, con sus 180 CV exprimidos en el 695. Compacto, bestia para lo que pesa el 500, y un sonido que no da un eléctrico ni en broma.

He tenido el gustazo de conducir uno y la patada que pega no es de broma. El turbo entra fuerte a partir de las 3.000 vueltas, y el escape grita como si tuvieras dentro una rave de chicharras enfadadas. Las marchas entran cortas, precisas, y la trasera baila si la buscas. Pillo la curva, bajo a tercera, gas a fondo, coges los 0-100 en menos de 7 segundos. Un juguete para adultos.

Eso sí: ese motor ya está descatalogado. Normativas de emisiones, costes, y demás rollos verdes. La vida…

El motor que se rumorea: tres cilindros para dominarlos a todos

El 1.4 turbo no parece que vaya a volver. Así que todas las miradas están puestas en el archiconocido 1.2 turbo de tres cilindros que ya están metiendo en el nuevo Fiat 500 híbrido. Este bloque, en las versiones mild hybrid, se queda en los 145 CV de serie. Es una cifra que suena poco para un Abarth con mala leche, pero a ver, que estamos hablando de tecnología nueva y aún pueden trastear más.

El tema esencial aquí es que este 1.2 entra a pelo en el hueco del 500 y, si pilla el tren del 600, pues mejor. No tienes que andar cambiando la arquitectura, y Stellantis lo está colocando en toda su gama de urbanos y compactos: Opel Corsa, Peugeot 208, Citroën C3, etc. Si algo funciona, lo exprimen como el zumo de las fiestas universitarias.

La gracia sería, claro, que ese motor lo tuneen hasta los 170/180 caballos. Un Abarth con 145 de serie no pega ni la mitad que un T-Jet antiguo vitaminado, pero si le meten skate eléctrico como apoyo, igual rascan los 180 con ese empuje extra en bajos que dan los motores eléctricos.

Eso sí, la tracción seguiría siendo al eje delantero. Aquí no hay milagros. La marca nunca ha buscado niveles de superdeportivo, pero los 180 CV en un Abarth bien ligero y corto siguen dando mucha guerra en ciudad y en tramo.

El nuevo Abarth 600e: pepino eléctrico (pero tampoco te flipes)

Hoy en concesionario lo gordo es el Abarth 600e, que es full eléctrico y suelta hasta 280 CV. Es la bomba, realmente el Abarth más potente de la historia. Lo he probado y el empuje es instantáneo, el típico torque de eléctrico: pisas y el coche sale catapultado, sin respiro ni paradas entre marchas.

En cifras, acelera de 0 a 100 en apenas 6 segundos. El peso es otro rollo, aquí los eléctricos cargan con más de 1.600 kg, que comparado con los 1.100/1.200 de un 695 tradicional… pues ya me entiendes, el chasis baila menos, pero la sensación de brutalidad en las arrancadas es brutal. Lo peor: cero ruido. El "brrrrrum" lo hace el altavoz por los altavoces, no te creas.

Aunque esta bestia lleva toda la tecnología Stellantis, la realidad es que en España las ventas pegan menos que los de gasolina. La peña que quiere un Abarth quiere algo físico: ruido, vibraciones y olor a quemado (que no lo reconozcan, pero es lo que hay). Por eso el propio Olivier François lo ha soltado: igual nos estamos pasando de modernos.

¿Qué pasa con las emisiones y los híbridos?

El 1.2 Turbo híbrido está en una encrucijada. Si quieren que Abarth vuelva a rugir (de verdad), tienen que meterle más caballos y hacerlo compatible con la Euro 7. Difícil, pero no imposible.

Los híbridos enchufables no son lo suyo. Olvídate de pack de baterías enormes en Abarth: peso extra y menos chispa para tramos. Quizá algún microhíbrido que le dé par en las arrancadas, pero siempre combinando con el motor de combustión que dé sensaciones de verdad.

Ahora, hay que tener ojo en el mercado español. Aquí seguimos amando los gasolina, incluso con las etiquetas eco y mil restricciones urbanas. El Abarth siempre se ha movido mejor por ciudades y pueblos en España que por autovías “de peaje”, así que si te meten un microhíbrido de tres cilindros turbo vitaminado, la cosa podría funcionar.

El público Abarth: menos TikTokers y más quemados de gasolina

En los foros, la comunidad española de Abarth sigue buscando modelos de segunda mano con motor T-Jet por encima incluso de los actuales eléctricos. ¿Por qué? Porque eres tú el que maneja el coche, no al revés. El sonido, las vibraciones y esa sensación de “me la juego en cada rotonda” es lo que más engancha.

Si finalmente vuelven a gasolina, va a haber guerra para pillarlos de los primeros. Conduje un 500 Abarth hará un par de años, carretera entre Segovia y Pedraza y te prometo que no hay eléctrico que iguale la sonrisa (ni los sustos).

¿El futuro? Incógnita. Pero la chispa del escorpión aún no está muerta.