Comparativa OMODA 5EV contra MG HS PHEV, eléctrico y enchufable en el ring

Comparativa OMODA 5EV contra MG HS PHEV, eléctrico y enchufable en el ring
OMODA 5EV vs MG HS PHEV el ring está calentito

La cosa se pone interesante cuando comparamos dos coches que, por fin, hablan el mismo idioma. Bueno, casi. El OMODA 5EV va a saco con lo eléctrico puro, mientras que el MG HS PHEV todavía mantiene un pie en cada mundo. Los dos prometen ahorro en combustible, los dos presumen de tecnología y los dos intentan convencerte de que el futuro ya está aquí.

Pero claro, una cosa es prometerlo y otra cumplirlo.

El dilema de los enchufes

Empezemos por lo obvio: los dos se enchufan. El OMODA porque no le queda más remedio, el MG HS PHEV porque quiere presumir de que puede hacerlo pero no está obligado.

El OMODA 5EV monta esa batería de 61 kWh que ya conocemos, 204 caballos eléctricos y 430 kilómetros de autonomía homologada. Todo muy limpio, todo muy silencioso, todo muy dependiente de la red de cargadores.

El MG HS PHEV combina un motor de gasolina 1.5 turbo con uno eléctrico, sumando entre los dos 258 CV. Su batería es más modesta: 16,6 kWh que prometen unos 52 kilómetros en modo eléctrico puro. Después, cuando se agota la batería, funciona como un híbrido normal y corriente.

Autonomía real, la hora de la verdad

430 kilómetros dice el OMODA. En invierno, con autopista y aire acondicionado, cuenta con unos 320-350 reales. No está mal, pero planificar rutas sigue siendo obligatorio.

El MG HS PHEV es más tramposo con los números. Esos 52 kilómetros eléctricos son perfectos para ir al trabajo y volver si vives en una ciudad normal. Pero si no cargas en casa todas las noches, acabas arrastrando 200 kilos de batería que no sirven para nada y consumiendo más gasolina que un híbrido convencional.

Ahí está el quid del PHEV: funciona genial si lo usas como debe usarse. Si no, es peor que las dos cosas que intenta ser.

Cómo se mueven por la carretera

El OMODA mantiene esa suavidad eléctrica que ya comentamos. Arranque instantáneo, silencio absoluto, y esa sensación de que el coche levita por el asfalto. Hasta que llegan las curvas cerradas y notas los 1.830 kilos protestando.

El MG HS PHEV es más complejo de entender. En modo eléctrico se comporta como cualquier eléctrico: suave y silencioso, aunque con menos potencia que el OMODA. Cuando entra el motor de gasolina, la cosa cambia. No es brusco, pero sí perceptible. Y con 258 CV combinados, tiene un empuje considerable cuando aprietas de verdad.

La tracción total del MG (el OMODA es de tracción delantera) se nota en mojado y en situaciones comprometidas. No es que vayas a hacer el Dakar, pero da confianza extra.

Carga y repostaje: dos filosofías

Cargar el OMODA es un ejercicio de paciencia y planificación. Media hora en un cargador rápido para ir del 30 al 80%, varias horas en casa con un wallbox. Sin escapatoria posible.

El MG HS PHEV se carga en unas 3 horas en casa con el cargador de 3,7 kW. Rápido y sin dramas. Y si se te olvida cargarlo o no puedes, pues nada, sigues viaje con gasolina. Eso sí, consumiendo más de la cuenta.

Espacio y practicidad

Aquí el MG gana por goleada. Es más largo, más alto, y ese maletero de 479 litros supera los 380 del OMODA. La diferencia se nota cuando toca hacer la compra grande o irte de vacaciones.

El OMODA compensa con un interior más moderno y esa pantalla gigante que controla todo. El MG HS PHEV mantiene más botones físicos, lo que agradeces cuando llueve y tienes prisa.

Los asientos traseros del MG son más generosos. Si tu familia incluye adolescentes en fase de crecimiento, lo agradecerán.

La cuenta de la vieja

32.900 euros el OMODA 5EV. Con ayudas del MOVES y autonómicas, puede quedarse en unos 28.000-29.000 euros según donde vivas.

El MG HS PHEV ronda los 36.900 euros, pero también tiene derecho a ayudas, aunque menores que los eléctricos puros. Se queda en unos 33.000-34.000 euros con descuentos aplicados.

El mantenimiento del OMODA es mínimo: ruedas, frenos, filtros y poco más. El MG tiene motor térmico, así que toca revisar aceite, correas, filtros de aire... lo de siempre.

Consumos reales

Si cargas el MG todas las noches y tu vida transcurre en esos 40-50 kilómetros de autonomía eléctrica, puedes estar semanas sin pisar una gasolinera. Consumo: prácticamente cero.

Si no lo cargas nunca, el MG consume entre 8 y 9 litros por cada 100 kilómetros. Más que un híbrido normal porque arrastra peso muerto.

El OMODA consume unos 18-20 kWh por cada 100 kilómetros. A precios actuales de la luz, sale más barato que la gasolina, pero depende mucho de dónde y cuándo cargues.

¿Cuál tiene más sentido?

El OMODA 5EV es para gente que tiene clara la transición eléctrica. Garaje propio, rutas conocidas, ganas de olvidarse de las gasolineras para siempre. Es más barato de usar a largo plazo y más ecológico si la electricidad viene de fuentes renovables.

El MG HS PHEV es el típico coche de "por si acaso". Perfecto para quien quiere probar la experiencia eléctrica pero sin renunciar a la seguridad de tener un motor de gasolina de respaldo. Ideal si vives en un chalet y trabajas a 30 kilómetros de casa.

Los dos son opciones válidas, pero para perfiles muy diferentes. El OMODA pide un compromiso total con lo eléctrico. El MG te deja hacer trampas, pero solo funciona de verdad si juegas según sus reglas.

En cualquier caso, mejor cualquiera de estos dos que seguir quemando gasolina como si el planeta fuera infinito. Aunque a veces, viendo los precios, uno se pregunta si no sería más barato ir en bicicleta.